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El racionamiento de agua en la zona Sur también alteró el horario de descanso de las familias

Madaí Gonzales, del restaurante Curva, en la calle 35 de Cota Cota, llenó desde el martes, 12 recipientes de agua, entre baldes y ollas, para proveerse de este elemento y cocinar sin falta sus almuerzos diarios ante el anuncio de cortes debido al racionamiento de dispuesto por la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) en su zona. Como ella, otras familias y negocios se abastecen, desde temprano, para evitar contratiempos.

La zona 1, que comprende 35 barrios, hoy sufrió el corte de servicio de 08.00 a 20.00, tal como lo dispuso la empresa, luego de anunciarse un plan de ahorro que contempla cortes por 12 horas en 94 barrios —de la ladera Eete y el macrodistrito Sur— debido a que el embalse de la represa de Hampaturi es de apenas 5% y el de Incachaca, de 8%, el más bajo en los últimos nueve años.

Además de aprovisionarse, los vecinos decidieron levantarse más temprano para llenar sus baldes y preparar sus alimentos, otros usaron pozos o se abastecieron de vertientes, y otros más agradecieron que tienen tanques. Otras familias optaron por bañarse en menos de cinco minutos.

«Vivimos de este negocio. Vendemos de 40 a 50 almuerzos al día y para no perder ingresos acumulamos agua. Tres baldes dispusimos para el baño, otros tres para el aseo y limpieza de platos, y seis más para cocinar», señaló Gonzales.

Además de Cota Cota, La Razón visitó Ovejuyo, Chasquipampa, Nuevo Amanecer  —que no estaba en la lista oficial de los 35— y Los Pinos para conocer los problemas de los vecinos.

«Sin agua no sé qué haremos, pues rostizamos de 20 a 30 pollos al día, y requerimos lavarlos, así como las papas y la lechuga. Ante este problema decidimos levantarnos más temprano para preparar los pollos y llenar muchos baldes con  este líquido», dijo además un empleado de los pollos Nork’s, en calle 37 y 38 de la zona de Chasquipampa.

La directora del Jardín Mi pequeño ángel, en Los Pinos, María del Carmen Rojas, se siente algo aliviada porque el agua acumulada en su tanque les permitió asear y cuidar a 50 menores esta jornada.

“Necesitamos el agua para las actividades recreativas de los niños, como el de pintura o para que se laven los dientes. Es una pena que vivamos esta situación, pero debemos de tomar previsiones», dijo.

En el hospital Los Pinos también se cuenta con tanques, por lo que según su dirección, no se vieron afectados para atender a sus pacientes, ni para su aseo interno.

Quien agradeció que una vertiente pase por su morada, en Ovejuyo, es Lucy Chino. La inquilina también uso ese líquido para cocinar, “de esta vertiente vamos a tener que abastecernos”, dijo mientras lavaba su ropa.

Debido a la falta de agua, Flormela Pamuri, dueña de un lavadero de autos en Cota Cota, solo se limitó a asear dos coches, pues la presión de agua por la mañana era mínima. «Qué podemos hacer, espero que todo puede solucionarse», señaló.

La familia de la Carmen Huanca, cuya casa se encuentra en la calle 27 B de Los Pinos, decidió reducir su tiempo de aseos y ducharse en menos de cinco minutos, para evitar desperdiciar agua. “No modo, tocó tener que micharnos (tacañarse)”, dijo además otra vecina de la zona Nuevo Amanecer. (10/11/2016)