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En Bolivia se trata la ‘ley Ajayu’ – Se busca proteger al jucumari

En Sudamérica existen unos 12.000 jucumaris y Bolivia posee el 33%, es decir, unos 3.000 ejemplares. El Gobierno redactó el proyecto de “ley Ajayu”, que fue aprobado la anterior semana por una comisión de Diputados para preservar al oso andino.

Con el cráneo fracturado, el ojo derecho totalmente dañado y el izquierdo con un coágulo, así quedó un oso jucumari luego de ser golpeado con palos por los comunarios de Tiraque (Cochabamba), en enero de 2016. El animal trepaba un árbol cuando un grupo de niños comenzó a molestarlo, razón por la que reaccionó para defenderse.

Los pobladores lo maniataron y funcionarios municipales tuvieron que intervenir para salvarlo. El oso fue bautizado como Ajayu y su historia conmovió al país. Él vive ahora en Senda Verde, en La Paz, donde aún se recupera de los traumas y se adapta a vivir con un solo ojo.

El caso motivó la redacción del proyecto de Ley de Preservación, Conservación y Protección del Oso Andino o Jucumari “Ajayu”, que busca proteger a la especie. La iniciativa pertenece al diputado (UN) Luis Felipe Dorado, a quien este medio intentó contactar, pero no hubo respuesta. El Ministerio de Medio Ambiente dio su visto bueno para el tratamiento.

Este documento ya fue aprobado el miércoles por la Comisión Región Amazónica Tierra y Territorio, Agua Recursos Naturales y Medio Ambiente, de la Cámara de Diputados, y remitido para su tratamiento al plenario, informó Avilio Vaca, diputado (MAS) y miembro de esta instancia.

El proyecto, al que tuvo acceso La Razón, tiene tres artículos. En el primero dispone la declaración como patrimonio natural al oso andino o jucumari; en el segundo, parágrafo I, establece que “el nivel central del Estado, en coordinación con las entidades territoriales autónomas e instituciones civiles relacionadas establecerán políticas, proyectos y programas para la preservación, conservación y protección del oso andino”.

En el parágrafo II resuelve que “el Estado, a través del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, emitirá las directrices, lineamientos y regulaciones ambientales para la preservación, conservación y protección del oso andino o jucumari”. Añade que la reglamentación y ejecución estará a cargo de las gobernaciones y alcaldías.

El tercer artículo menciona que la norma se enmarca en la Constitución Política del Estado, respecto a preservar y proteger la fauna.

“De aprobarse la ley, se dará más garantías para que la cantidad de esta especie no disminuya, también para que la sociedad no lo catalogue como peligroso”, indicó Vaca.

Ximena Vélez, investigadora boliviana del oso andino, asociada a WILDCU de la Universidad de Oxfort de Inglaterra y del zoológico de Chester, aseguró, basada en sus estudios, que en Sudamérica existen al menos 15.000 jucumaris y que Bolivia posee 3.000 (33%).

Sostuvo que el país es privilegiado al tener un tercio de la población de osos, sobre todo con un hábitat intacto. Para obtener la cifra de los 3.000 ejemplares se usó un modelo de medición de imágenes satelitales que verificó cuánto de hábitat queda disponible, de qué calidad y de qué tamaño.

Estudios. Tras 18 años de investigación, la bióloga identificó que el jucumari habita en la vertiente oriental de Los Andes, desde el norte de La Paz, Cordillera de Apolobamba, Madidi, Altamachi en Cochabamba, Parque Nacional Carrasco, Parque Nacional Amboró, región del TIPNIS, hasta Tarija.

Para la investigadora, si bien es importante una norma, ésta debe ser aplicada para no repetir casos como el de Ajayu. “Es la primera vez en mi vida que vi a un animal quejarse de dolor”, recordó.

“¿De qué serviría tener un oso andino como patrimonio del país, si es que la gente sigue maltratándolos y torturándolos como hicieron con Ajayu?”, cuestionó.

Además del maltrato, el jucumari es vulnerable a la cacería, pérdida de hábitat y efectos del cambio climático. “Si no se reduce todo esto, es posible que de aquí a 20 años se pierda un tercio de la población y desaparezcan”, alertó.

El oso jucumari ingresó hace dos millones de años a Sudamérica. Su conservación es clave para la preservación de bosques y que éstas sean saludables.

Este mamífero tiene el rol importante de ser dispersor de semillas a través de su excremento porque lo que consume (semillas y frutos) no son destruidos por ácidos.

“En Tarija, en la zona de osos, el bosque es más saludable, hay mejor calidad de agua”, dijo Vélez.

Espere…

Expertos alistan plan de custodia para el jucumari

Se reunirán unas 50 personas entre expertos y autoridades de Gobierno

La cacería, el hábitat y el cambio climático contra la existencia del oso andino serán las temáticas que abordarán investigadores y autoridades, quienes se reunirán el 28 y 29 de este mes. El objetivo es elaborar el Plan de Acción de Conservación del Oso Andino y el Jaguar.  

La investigadora Ximena Vélez informó que en la reunión participarán 50 personas, entre expertos en biodiversidad, representantes del Ministerio de Medio Ambiente y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).

Agregó que uno de los temas que se abordará será la ruta crítica que se debe seguir cuando alguien encuentra a un osezno, qué hacer y cómo regresarlo a su hábitat. “El plan nos delineará cuáles son las acciones para su conservación y el manejo del oso andino”.

Otro aspecto puntual es la propuesta de una legislación que sancione la venta de colmillos y otras partes del jaguar. En el caso del oso andino, será tratar los aspectos que le afectan, como la cacería, la pérdida de hábitat y cambio climático. 

Una de las tareas prioritarias para la conservación del oso andino es el manejo sustentable en el tema ecoturismo para que se haga conocer sus características.

“Mi percepción en todos estos años es que la gente caza al oso, no necesariamente porque se comió un ternero o 100 maíces, sino por el miedo que la gente le tiene debido a que es una especie grande, es carnívoro. En todos los lugares que trabajé, desde La Paz hasta Tarija, todos hablan de que el oso les va a robar”, explicó Vélez.

La bióloga aseguró que no existe ni un solo caso, ni registros de que en Bolivia un jucumari haya atacado a una persona.

“Es trabajar con las actitudes que la gente tiene, hay muchos jóvenes, incluso del campo, que tienen acceso a redes sociales y se informan sobre la importancia de cuidar la vida silvestre”, apuntó.

Cuidado. “Ellos han aprendido que no es un animal que los va a atacar, hay que trabajar en el cambio de imagen del oso; pero eso no significa que son mansos, hay que enseñar a la gente que se debe respetar, que es salvaje, siempre lo van a ser”, dijo la investigadora.

Una de las tareas dentro del Plan de Acción de Conservación del Oso Andino será concientizar a la población y explicar que el animal no ataca a las personas. “No estamos dentro de su dieta, pero sí debemos respetarlo y tenerlo lejos”.

Avilio Vaca, diputado (MAS) y miembro de la Comisión de Medio Ambiente de Diputados, señaló que en este encuentro de investigadores se sugerirán elementos que aporten al reglamento del proyecto de Ley de Preservación, Conservación y Protección del Oso Andino o Jucumari “Ajayu”, una vez que sea promulgado.

Según la página de la Wildlife Conservation Society (WCS), las primeras investigaciones sobre el oso andino en el Gran Paisaje Madidi-Tambopata fue a partir de 1997, cuando Susan Paisley hizo los primeros estudios de radiotelemetría con dos osos del valle de Pusupunku, en áreas protegidas.