Desde este lunes Tomasita Machaca, la mujer que denunció que fue obligada a trabajar sin ningún beneficio durante 38 años, cuenta con un trabajo en el Ministerio de Justicia, donde dice que se siente segura porque encontró “gente buena”.
Ahora contará con un sueldo fijo y, cuando por su trabajo de mensajería deba salir a la calle, lo hará acompañada por otro funcionario.
En paralelo avanza la denuncia que presentó en contra de quienes ella asegura que la retuvieron para trabajar sin ningún beneficio en medio de amenazas y abusos.
Hasta el momento no fueron encontrados en su domicilio, por lo que la Fiscalía tramita el allanamiento de esa casa, ubicada en la zona Sur de La Paz, en busca de los investigados y para conocer cómo vivía Tomasita.
Erika Febrero, abogada del Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima, informó sobre la situación de la víctima y dijo que ahora se siente protegida.
“Ella se ve protegida, se siente protegida ahora porque ha encontrado –según ella- gente buena. No estamos dejándola sola. Si bien va a hacer el trabajo de mensajería, en ese trabajo siempre va a ser acompañada por personal del servicio”, explicó en una entrevista con la red Bolivisión sobre este caso que consternó a la sociedad.
De acuerdo a su versión, desde sus 16 años habría sido sometida a un encierro y hace algunas semanas decidió romper el silencio y denunció lo ocurrido ante el Ministerio Público. Contó que siempre estuvo vigilada por José O. y María Eugenia O., dueños de la casa en la que pasó gran parte de su vida haciendo labores domésticas.
Hay una orden de aprehensión en contra de los denunciados, quienes a través de sus abogados negaron que hayan retenido contra su voluntad a Tomasita. Por el contrario, aseguraron que le pagaban por su trabajo y que tiene una denuncia por robo.
El Ministerio de Trabajo también colaborará en el caso para gestionar el pago de salarios y beneficios. Dejó de aparecer en los medios de comunicación, para evitar su revictimización, y logró reencontrarse con la familia que había pensado muerta por lo que le decían quienes la retuvieron.