Misa de Gallo y adoradores para Jesús
Los abuelos del asilo Quevedo relatan historias de tradiciones que se pierden.
Anoche se celebró el Nacimiento de Jesús y según los abuelos del hogar Quevedo, hace unos 50 años el festejo resaltaba adoraciones al Niño con villancicos, misas de Gallo (a medianoche para celebrar el Nacimiento) y otros que se pierden con el paso del tiempo.
La Razón visitó el hogar María Esther Quevedo para escuchar de voz propia de los abuelos cómo era la Navidad cuando ellos eran niños. El relato también fue escuchado por una veintena de niños de la coral Voces de Belén, quienes bailaron villancicos con ellos.
Roberto Velarde, el impulsor de que el asilo tenga su propio grupo de villancicos, recordó que previo a la Navidad se dedicaba a recolectar tapa coronas y las aplanaba con piedras, las perforaba y pasaba en un alambre para tener ch’ullu ch’ullu. Otros hacían bombos con las latas de leche, y para el sonido del pajarillo, que acompaña los villancicos, colocaban agua en una lata pequeña y un tubo o bolígrafo, que al soplar emitía un ruido parecido al canto de pájaro.
Villancico. Abuelos interpretan una canción navideña para los niños.
“Con el grupo formado nos dedicábamos a ir a las casas a tocar villancicos y a adorar, al llegar nos daban golosinas o monedas”, dijo.
Alicia Flores, otra adulta mayor, apoyó el relato al indicar que en su casa su familia se afanaba para hacer chocolate, buñuelos y refrescos. “Era la paga para los adoradores que llegaban desde el día de Navidad hasta Reyes. Las puertas de las casas con un Nacimiento permanecían abiertas hasta la medianoche”.
Los niños de entonces, a decir de los abuelos, también se dedicaban a elaborar el pesebre y los regalos para Jesús. Iban a las afueras de la ciudad para buscar pasto para el Niño. “Sobre el pasto se colocaba a los animales y cochecitos de madera, en el pesebre se colocaba la paja que se recogía”, contó Flores.
Algunas familias enseñaban a sus hijos a elaborar animales de greda para el pesebre. “Era una forma de compartir el espíritu navideño”, recordó con lágrimas Velarde.
Jorge Carrillo, otro abuelo del asilo, guarda un grato recuerdo de una tradición que ya se perdió: la misa de Gallo. “Era el inicio de la Navidad, las familias enteras iban a las iglesias a la medianoche para celebrar el Nacimiento de Jesús y al regresar, algunas familias tomaban un chocolate y los que tenían más cenaban la picana”, sostuvo.
El buñuelo y el chocolate caliente eran el alimento de la Navidad, complementó Flores.
La Navidad, festividad más importante del cristianismo, conmemora el Nacimiento de Jesús en Belén. Los cristianos consideran que es una oportunidad para reflexionar en familia y crear tiempo de paz.
Los abuelos coincidieron en que antes se preservaba más el espíritu navideño de unidad familiar con las mismas actividades tradicionales e incluso el afán para preparar alimentos. Aseguraron que ahora se da más importancia a lo material.
Maya Varela, una de las niñas del coro Voces de Belén, pidió que las tradiciones de antaño sean difundidas y practicadas. “Olvidamos que pasar en familia y compartir lo que uno tiene es la verdadera Navidad”.
‘Toco villancicos’
Roberto Velarde, 80 años
“A mi edad aún participo en concursos de villancicos con algunos instrumentos, hechos por nosotros, para hacer conocer a los niños cómo era la Navidad de antes. La tecnología es buena mientras no te separe de la familia o los amigos”.
‘Lindo era antes’
Alicia Flores, 89 años
“Cuando era niña la navidad era esperada porque todos en casa colocábamos en el Nacimiento los adornos o regalos que hacíamos para el Niño durante el año: ropita de lana o tela, la corona, animales, carritos de madera. Lindo era antes”.