El Alto, el lienzo andino de tonos multicolores
La migración es del área rural hacia la ciudad y la gente llega con esperanza y, según Ameller, también con dificultades propias como son la falta de ingresos y de educación.
Abigarrada, en ebullición, inmensa red, nebulosa de estrellas, desorden ordenado y multicultural. Estos son algunos de los conceptos y figuras que se utilizan para definir a El Alto y su complejo tejido cultural, económico y social fruto de una complementariedad y convergencia de diversos factores.
Quizá la descripción que más ayuda a entender al espíritu de la urbe es la que hace Mario Rodríguez, coordinador de Wayna Tambo – La red de la diversidad: “Es como un aguayo que se extiende y, pese a ser multicolor, diverso, la pampa define el matiz del color principal, y en Wayna Tambo estamos convencidos de que ese tono es profundamente andino, aymara, por los rasgos en la forma de organizar la vida en todos sus aspectos”.
En torno a esta apreciación se articulan las que dan autoridades ediles, arquitectos y gestores culturales, quienes relievan algo que parece contradictorio: la unidad de elementos diversos y dispares en una ciudad que tiene el reto de enfrentar el futuro.
Si bien los datos oficiales del Censo 2012 cifran en 848.840 habitantes la población alteña, las fuentes consultadas aseguran que supera el millón.
El secretario de Desarrollo Humano de la Alcaldía de El Alto, Vladimir Ameller, asegura que indudablemente hay contradicciones en lo cultural, arquitectónico, económico y tecnológico, pero advierte que lejos de crear tensión generan una complementariedad pues hay tradición y una fuerte energía andina que debe ser el canal por el que fluya la ciudad.
La autoridad afirma que en los últimos años fueron concluidas varias obras en esa urbe, algunas que esperaron décadas para ser realidad, y que dotaron de servicios públicos. “Hemos generado corrientes de modernidad, innovación y creatividad sin dejar el arraigo de la población, más bien ha ayudado a definir el enfoque por la tradición y los hechos históricos que han ocurrido en la ciudad y la historia que portan sus habitantes”.
Sin embargo, admite que hay retraso porque si bien hay una visión de siglo XXI, hay tareas pendientes del siglo XX para la construcción del espacio territorial porque, sin proponérselo, El Alto tomó una característica que va más allá de zona de expansión de La Paz, pues es una de las ciudades importantes del país, además se ha constituido en un hito en la historia y la política recientes en el país. “Ahí radica la necesidad de responder a la altura de ese desafío porque además queremos alcanzar un liderazgo económico”, sentencia Ameller, quien dice que estas asignaturas pendientes no solo son para el gobierno municipal, sino para todos los niveles del Estado para que complementen los esfuerzos.
Encuentre la información completa este especial de ‘efeméride de El Alto’ en la edición impresa de La Razón. (06/03/2018)
También puede ver:
- Dos economías generan los recursos en la urbe alteña
- El Alto, al son de rock, metal y jazz
- Las primeras villas alteñas
- Breve historia de la creación de El Alto