El tricentenario Santo Sepulcro paceño luce por su talla singular en América
Después de 1825, la ceremonia religiosa se realzó con la participación de una comitiva encabezada por el presidente de la República, los ministros del Estado y otras autoridades locales, junto al obispo de la ciudad, seminaristas y las bandas del Ejército y la Policía.
Una imagen traída de Europa, casi única en América y que llegó a llevar a sus hombros un presidente de Bolivia, hace de la procesión del Santo Sepulcro en La Paz uno de los actos más atractivos de la Semana Santa boliviana, que pervive desde hace más de tres siglos adaptándose a colonia, república y pueblo.
La manifestación religiosa inició en 1700, en la iglesia de La Merced cerca de la plaza de armas de La Paz, y se caracterizaba por sacar en procesión en Viernes Santo a la imagen de un viejo Cristo rústico para luego hacer un sencillo recorrido alrededor del convento de los padres mercedarios.
Pero fue en 1780 cuando empieza a marcar la diferencia, cuando el español José Gurruchaga y su esposa Rosalía Ruiz decidieron «replicar lo que se hacía en España» durante Semana Santa, según relató a Efe el presidente de la orden del Santo Sepulcro, Rudy Aponte.
Parte de ese cambio impulsado por los Gurruchaga fue hacer traer una imagen nueva desde Italia, la de un «Cristo yacente», con articulaciones flexibles de manera que incluso pueda estar crucificado y que fuera capaz de generar una gran impresión entre los fieles, en vez de la vieja imagen de yeso, recordó Aponte.
En aquella época únicamente existían solo tres cristos con esas características: el de La Paz, uno en Perú y otro en un lugar indeterminado de Europa.
El «nuevo» Cristo reemplazó al anterior ya deteriorado, cuyas piezas de estuco se enterraron debajo de uno de los altares del templo de los mercedarios.
Antes de la independencia de Bolivia en 1825, los protagonistas de la procesión fueron las familias españolas de La Paz que junto a las autoridades eran las encargadas de organizar el recorrido, mientras que quienes llevaban la imagen religiosa eran indígenas, según refieren los documentos de la orden del Santo Sepulcro.
Después de 1825, la ceremonia religiosa se realzó con la participación de una comitiva encabezada por el presidente de la República, los ministros del Estado y otras autoridades locales, junto al obispo de la ciudad, seminaristas y las bandas del Ejército y la Policía.
Aponte contó que el único de los presidentes bolivianos que cargó la imagen del Santo Sepulcro en procesión fue Mariano Melgarejo (1864-1871), en lo que se cree fue un acto de fe del mandatario.
Sin embargo, otro de los momentos más importantes se dio en 1913 con la creación de la hermandad del Santo Sepulcro, ahora orden, que incorporó la presencia de caballeros con túnicas de colores que simbolizan el luto o el dolor, con cruces en sus atuendos y con los rostros tapados con capuchas, al estilo de la Semana Santa en España.
Actualmente, a la imagen del Santo Sepulcro la acompañan otras cuatro: el Señor de la Sentencia, el de las Caídas, del Gólgota y la Virgen Dolorosa.
«Cinco pasos y que reflejan la pasión de Cristo» y cuya incorporación fue progresiva durante la segunda mitad del siglo XX, explicó Aponte.
Desde que Bolivia se declaró Estado laico, con la Constitución en 2009, ya no participan las autoridades de Estado y tampoco acompañan el recorrido las bandas del Ejército y la Policía.
Aponte aseguró que esto «ha permitido que la gente se manifieste de mejor manera», ya que a su juicio antes la procesión era ceremonial y que ahora involucra a muchas más personas, que no solo observan el paso del desfile religioso, sino que participan en él.
La procesión de Viernes Santo en La Paz comienza a las cinco de la tarde, dura tres horas y recorre calles del casco viejo al son de melodías fúnebres interpretadas por bandas de estudiantes de algunos colegios católicos en compañía de la feligresía, que repite rezos mientras avanza a paso lento.
La procesión y la imagen del Cristo del Santo Sepulcro, junto a las otras cuatro que acompañan el acto religioso del Viernes Santo, fueron declaradas por las autoridades municipales de La Paz como Patrimonio Cultural Material de la ciudad en 2009. (29/03/2018)