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Giovanna Rivero: ‘Me importa este momento leer la maternidad desde otros ángulos’

La reconocida escritora cruceña recibió el lunes el premio Dante Alighieri de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, en el género cuento. Antes de volver a Ítaca (Estados Unidos), donde es docente universitaria y donde reside junto a sus hijos nos concedió esta entrevista en la que explica cómo han ido cambiando las temáticas de su escritura y en la que reafirma su compromiso por una aportar a una literatura femenina que incomode, despierte consciencias y que vaya más allá de la moda.

¿Qué significa para usted ganar el IV Premio de Literatura Dante Alighieri?

Es un premio importante y el hecho de que sea el Dante Alighieri es también una afirmación de mis propias búsquedas, porque la ‘Divina Comedia’ (obra de Dante Alighieri) es una puesta en escena de los arquetipos que construyen nuestras existencias, nuestras pasiones, nuestros terrores más hondos. En mi literatura trato también de conectarme con esas fibras fundamentales del ser humano, así que me parece que es una bellísima coincidencia.

¿Cuál es la trama de la obra “Para comerte mejor”?

Son cuentos y los escribí a lo largo de los años, no fue un libro que programé como unidad, sino que son cuentos que escribí en distintos momentos y bajo distintos influjos. Por ejemplo, tengo dos cuentos de ciencia ficción que tienen que ver con los momentos políticos que atravesamos con los mandatos de Evo Morales…También hay otros cuentos donde está presente la maternidad que es un tema que me interesa mucho, tan cuestionada desde el feminismo, me importa este momento leer la maternidad desde otros ángulos.

Cursó un doctorado en Literatura en EEUU. ¿Cuál es tu experiencia en esa especialización?

Yo estaba consciente de que me faltaban instrumentos intelectuales, una formación más teórica y para ser redundante, formal de Literatura, para poder entender los fenómenos literarios de mi país y de otros países… Fue así que busqué una beca Fullbright, me la dieron y con eso pude migrar para estudiar literatura y la vida ya me fue dejando en los Estados Unidos. Ahora estoy viviendo en Ítaca (Nueva York), enseño en una universidad, pero estuve viviendo por 10 años en la Florida, que es tan tropical como Santa Cruz, ahora el cambio es radical con las nieves eternas.

¿Cuánta fuerza han adquirido las mujeres en la literatura boliviana?

En vez de usar la palabra fuerza… yo prefiero hablar cuánta presencia visible que se ha estado consiguiendo que es mucha, porque el talento, el trabajo y compromiso de mujeres escritoras  siempre estuvo ahí… lo que pasa es que el mercado ha sido un poco sordomudo a lo largo de las décadas, entonces visibiliza a un tipo de escritora en muchos casos, que quizás incomoda menos a los status quo de siempre. En cambio, escritoras muy jóvenes, o muy viejas, que por su edad o por su extracción social no participan de manera muy fácil en los modelos de mercado, esas mujeres también están adquiriendo visibilidad, gracias a los movimientos feministas que no incluye solo a la mujer, sino un despertar de conciencia de todos como sociedad.

¿Qué proyectos con la editorial que tienen con Magela Baudoin?

Tenemos una colección que se llama Mantis y que sale bajo el paraguas de editorial Plural y ya vamos un año de existencia, cuatro títulos… es alta literatura. No buscamos hit, buscamos generar un proyecto a largo plazo, en que la literatura escrita por mujeres realmente construya un espacio, una nación literaria importante tanto para el presente como para el futuro. Nuestra idea es seguir mirando qué hay, con ojos muy sensibles y críticos. No nos interesa la moda, lo que nos interesa publicar literatura que perdurará en el tiempo.

¿Cuán difícil la maternidad con adolescentes?

Es dificilísimo, sobre todo porque las generaciones actuales de los jóvenes les ha tocado este capitalismo feroz que enajena a todos y a ellos sobre todo, porque no hay proyectos existenciales, sociales, que incluyan de manera más colectiva y estructural a los jóvenes. Se las buscan solos, se las encuentran consuelo en los videojuegos.

¿Cómo han ido cambiando los temas de su narrativa a lo largo del tiempo?

Al comienzo mis primeros libros tenían una fuerte impronta erótica sexual… con el paso de los años, esa misma pasión se fue canalizando hacia cómo en la infancia comienza a gestarse lo que vamos a ser como adultos, los dolores, las búsquedas. El tema de la infancia me interesó en un libro como “Sangre Dulce”, donde hay una percepción del mundo desde el momento más triste donde nunca más se repite, que es el paraíso de la infancia. También me gusta escribir para niños y jóvenes, me gusta enchufarme a ese momento donde los códigos civiles no funcionan igual, donde todo es mucho más salvaje y más instintivo.

Luego, en mis últimas novelas y cuentos creo que me interesa el ser humano a lo crudo, cómo somos como complejidad. Trato de huir de los personajes esquemáticos que tienen comportamientos con causas o reacciones muy previsibles. Estoy trabajando en el ser humano como una complejidad súper fascinante de la que nos falta un millón para aprender.

Su hermano falleció hace poco ¿Cómo se aborda la partida de un ser querido?

No lo sé. No hay una receta para ello, cada duelo es tan personal. En la misma familia cada miembro tiene una historia distinta con esa persona que se fue, que yo no puedo decir que mi dolor sea más grande o menos intenso que el de mis hermanos o que el de mi madre sea más importante que el de los hijos, porque es tan íntimo, que no hay recetas.

La resistencia a esa muerte es la memoria, el amor sigue vivo, la esperanza del reencuentro está como una vela encendida siempre y creo que el cultivo de la memoria es la forma de abordarlo, en este caso la escritura me sirve de mucho.

¿Qué opina de la Feria del Libro?

En lo particular ha sido una feria hermosa, afectivamente ha sido muy plena, porque con Magela Baudoin presentamos los dos últimos libros de Mantis y como era una antología, tuvimos la suerte de contar con el apoyo de la Fundación Patiño y nos ayudó a traer un número significativo de estas escritoras latinoamericanas y al estar rodeada de este talento es innegable que solo puede expandirse y crecer. Fue llenarme de una nueva energía de ir caminando y de saber que el trabajo da frutos, hay una ley en la que creo mucho, que es el trabajo. Nunca el trabajo es estéril, aunque tarde en verse el producto, siempre su consecuencia es un buen fruto.

Comparando esta feria con la de 2017, ¿cómo la observa?

Creo que las actividades que hemos hecho, como los paneles de narrativa, el encuentro de poesía y los otros encuentros de literatura diversifican lo que la feria tiene para dar. Además de la parte de infraestructura o de los stands, creo que el diálogo y lo que perdura en la memoria de las personas, lo que lleva afectivamente, es la feria.

El hecho de que un lector pueda decir, estuve en un panel y me encantó, para mi ahí está el significado de un evento cultural, porque la cultura tiene un nivel tangible sin duda, que son los libros como ediciones concretas, objetos culturales. Sin embargo, está también lo intangible, que es lo que se dice, para quién se lo dice, lo que aprendemos de los demás. Entonces, creo que en ese sentido ha madurado, por supuesto que hay que seguir trabajando, pero no somos la feria de hace años y eso es trabajo de todos, con la gente que estuvo desde el principio creando la feria como Peter Levy, Jorge Luis, Sarita Mansilla, la gente que estuvo desde el comienzo, cuando no tenía casi nada, cuando era en el Parque Urbano, me acuerdo que eran unas carpas y ahora es un camino hecho, como decía en el discurso del premio Dante Alighieri, no se puede trabajar solo.

Algún mensaje a la juventud boliviana fomentando la lectura.

Creo que leer es multiplicar la vida, así como los videojuegos te dan la oportunidad de tener no se cuentas vidas la lectura te da una vida infinita.