La obesidad de la embarazada puede pasar al recién nacido
En 2005 nació en Santa Cruz un bebé de seis kilos y el año pasado, en junio, se reportó otro caso en Tarija, el neonato pesaba 5,9 kilos; sin embargo, no hay un reporte oficial al seguimiento de la salud de los mismos.
Una mujer embarazada y obesa es capaz de modificar la expresión genética de su hijo desde el útero y causar que suba o baje la probabilidad de que el bebé sea obeso, hipertenso o diabético, coincidieron expertos de Bolivia y Chile reunidos en un seminario.
“Las mujeres obesas y embarazadas ya tienen la carga genética y van a transmitir esto al bebé en gestación, quien podría nacer con sobrepeso o desarrollar la obesidad en la infancia con el agravante de ser diabético o hipertenso”, advirtió el endocrinólogo y diabetólogo boliviano Ricardo Landívar.
El experto indicó que el nacimiento de niños con un peso por encima de los cuatro kilos ya no es un evento raro en las maternidades del país, especialmente en las grandes ciudades. “Si bien no existe un estudio bien establecido al respecto, se ve que muchas embarazadas dan a luz a niños con sobrepeso y obesidad”.
La observación fue hecha en el seminario “Desafíos del tratamiento de diabetes y su relación con la obesidad”, realizado el 15 en La Paz.
Paola Casanello, obstetra-ginecóloga de nacionalidad chilena, explicó que durante el desarrollo gestacional se abre la posibilidad de tener un niño obeso o con sobrepeso, porque durante ese periodo el feto acumula tejido adiposo dentro del útero, lo que es determinante para sufrir obesidad.
“El hecho que un niño crezca demasiado dentro del útero es el efecto directo de diabetes gestacional o exceso de grasa de la madre. Entonces, el niño tiene mayor predisposición a nacer con sobrepeso o desarrollar la obesidad en la edad infantil”, manifestó.
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