Sobre los excesos en los cobros, el presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea, explica que se devuelve el dinero en caso de sobrepasar los límites. “Hay muy pocos casos en que cobran más que el arancel: casi siempre se cobra menos”, señala.
El “arancel de honorarios médicos” de galenos de La Paz alcanza hasta Bs 780 por una sola consulta. Pacientes dicen que los costos son elevados; ni el Ministerio de Salud ni el Servicio Departamental de Salud (Sedes) logran regular las tarifas.
Mariana Calle cuenta a La Razón que un médico especialista cuyas iniciales son N. C. le cobró Bs 400 por cada cita médica; en total fueron cuatro. “Es un horror de tarifa, que pensé que valdría la pena, pero no fue así”, dice. La mujer visitó al traumatólogo por problemas en la rodilla, pero aquél no solucionó su afección y ella tuvo que visitar a otro especialista. “N. C. no es bueno, es pésimo. Él me deformó la rodilla. Es más mercantilista que doctor, me cobró horrores y no se preocupó por atenderme bien”, se lamenta.
De la misma forma, Clidia Cadena afirma que los honorarios médicos de los especialistas privados son “abismales”. “Mi madre estaba mal de los ojos, tenía cataratas, pero la trataron muy mal. Encima, el cobro de las consultas era de 350 bolivianos. Luego la tuvimos que llevar a Argentina, donde la atención es gratuita. Da rabia que aquí solo busquen dinero”, comenta.
Las dos pacientes critican los montos de las consultas y de otras intervenciones médicas. A la fecha, los aranceles vigentes fueron actualizados por el Colegio Médico de La Paz en 2016, de manera unilateral, sin la regulación del Ministerio de Salud ni del Sedes.
El artículo 6 de la Ley 3131, de Ejercicio Profesional Médico, señala que “el Ministerio de Salud es responsable de la supervisión y control del ejercicio médico en coordinación con el Colegio Médico de Bolivia”.
No obstante, el arancel del Colegio Médico de La Paz fue aprobado por el Voto Resolutivo 01/2016. Éste permite un cobro de hasta Bs 300 por una consulta general, Bs 600 por consulta de especialista y Bs 780 por una subespecialidad. (Ver infografía). Los costos mínimos son de Bs 100, Bs 200 y Bs 260, respectivamente.
Encuentre la información completa en la edición impresa de La Razón. (21/09/2018)
La temperatura ha bajado a los 7 grados, la aguja corta del reloj roza las 21 horas. El Alto aún no duerme, dicen que nunca lo hace. Las tarkas suenan roncas en el Ayllu K’alaqaya; a unas calles, en el Wayna Tambo, transmiten por radio los temas que rapeó el gran Ukamau y Ké y decenas de otros jóvenes de ropa ancha; en varios puntos de la ciudad están regados y actuando los cientos de artistas que dejó la línea de Iván Nogales del Teatro Trono (Compa); bailan todas las danzas bolivianas y latinoamericanas en la Escuela de Artes alteña; la sinfónica de El Alto se prepara… Uno de sus actores de cine ha sido nominado a los Goya. El Alto es eso, es cultura. Es arte. ¿Y las letras?
Hay oasis. Hay espacios que se han atrincherado desde la autogestión y han presentado su propuesta literaria. Destaca el Club de Lectura El Alto; la Altusa (de un colectivo feminista), donde está la sucursal de la editorial Sobras Selectas; el espacio indianista Editorial Nina Katari en el Camino a Viacha…
Sin embargo, hacía falta un espacio de encuentro de todas estas piezas separadas. Una feria del libro, una internacional, una con las condiciones y lo que significa un espacio de encuentro literario de primer nivel. Antes hubo intentos. Ponderables, claro.
Pero es desde este 2024 que la marka podrá jactarse de su Primera Feria Internacional del Libro de El Alto (FILEA), que se abrió el 7 de marzo y se prolongará hasta el 17 en la moderna, nueva y acogedora Terminal Metropolitana de El Alto.
La ciudad aymara más alta del mundo tiene una evidente e intrínseca conexión artística. Esos artistas, como sucede en la cultura aymara, buscaron apoyarse, unirse y así surgieron las redes de centros culturales autogestionados, las comunidades musicales, actorales… redes artísticas sin, o casi sin, apoyo de nadie. Así también han ido apareciendo los escritores alteños.
Este año podemos destacar y serán parte de la feria autores nacidos en la urbe y que realizan su trabajo desde ahí, como Quya Reyna, Luis Raimundo Quispe Flores, Luli Micelio, Fher Massi, Oscar Coaquira Alí, Daniel Averanga, Jaqueline Calatayud, Mónica Jiménez y Elvira Zabala.
¡Para muestra un botón o un par!
La famosa Quya y su llamado reivindicativo aymara. Reyna es rebelde, como buena alteña, tanto que le dijo a María Galindo que su mamá y las mujeres alteñas no tenían tiempo para el feminismo de clase media porque estaban trabajando de sol a sol; o fue a Santa Cruz, donde hoy reside, a decirles que se están “collanizando” y que pronto “la Santa Cruz colla, morena e india va a desplazar a la élite cruceña”.
Sobre la feria, como no podía ser de otra forma en esa juventud crítica, Quya jala las orejas y advierte: “Una feria del libro es importante y trasciende en la medida en que haya lectores que sostengan el espacio y eso no se hace en una semana. Son años de trabajo para promover la lectura, incluso a mí me cuesta (leer), porque no es un hábito común ni en El Alto ni en el país”.
La escritora alteña publicó su libro Los hijos de Goni (Sobras Selectas, 2022). El texto reúne nueve crónicas íntimas, familiares, de experiencias y vivir alteño, que busca terminar con estereotipos o (des)mitificar a El Alto y sus habitantes.
Quizá un acercamiento y, de alguna forma, resumen del libro son las líneas en las que Reyna le da título a su libro: “La papa es sa-gra-da, decía mi papá, ya que tenerla en el plato era el resultado del trabajo arduo de la cosecha de mi familia en el campo. Sobrar una era totalmente intolerable. Papá vio esos restos e inmediatamente gritó: Pero ¡qué se creen ustedes para sobrar la comida! ¿Se creen hijos de Goni? ¡Váyanse a vivir con Goni!”
Fher Masi
Jaqueline Calatayud
Mónica Jiménez
Quya Reyna
Elvira Zabala
Oscar Quaquira
Rodny Montoya
Luis Quispe Flores
Luli Micelio
Por otro lado, cumpliendo el chachawarmi, otra pluma que revuela El Alto es la del también panadero Luis Raimundo Quispe Flores. Así como en el pan, Quispe amasa la alteñidad, le da forma, la mueve, quiere entenderla, pero la ve como un proceso que no termina, a diferencia del pan que concluirá saciando el hambre de algún hermano o hermana alteña.
“Me siento parte de mi comunidad, siento que mi trabajo es valorado”, dice Raimundo, sobre su labor de eliminar el hambre con harina y agua (óbviense otros “excipientes”), que a diferencia de la escritura sabe que será consumida y bien recibida.
En su obra figuran La Equis (2019) y Ciudad Apacheta (Sobra Selectas 2023). Esta última reúne diez relatos de no ficción que se sumergen en El Alto, la alteñidad y en qué es ser alteño.
Al menos para Quispe, su contacto con su ciudad fue y continúa siendo innegable: “(El autor) nació en una vivienda a medio construir que luego se convirtió en su lugar de trabajo, el hogar que nunca ha abandonado”, dice.
Con todo, no son los únicos escritores, pero son parte de los creadores y lectores que se encontrarán en la primera feria del libro alteña.
“Nayriri Markanakpura Panka Qhathu Altu Pata Markana” se lee en la invitación en aymara trabajada con el reconocido doctor en lingüística y docente universitario Teófilo Laime. Es pues, El Alto una ciudad neta y profundamente aymara.
David Pérez, presidente de la Cámara Departamental del Libro de La Paz (CDLLP), también invita a la población alteña, paceña y visitantes a recorrer las letras alteñas y no alteñas desde este evento a más de 4.000 metros.
“El anhelo de tener una feria en El Alto viene de hace mucho y por fin lo estamos logrando. Hay que darle a la población lo que está demandando, lo que está buscando”, comenta.
El evento es organizado por los colectivos alteños, escritores y la coordinación, gestión y trabajo de la CDLLP y el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto (GAMEA). Por el carácter municipal, la entrada será gratuita.
Este año, la FILEA tendrá como país invitado a la República de Francia y se tendrán variadas presentaciones literarias, artísticas y culturales. Se puede encontrar la agenda y buscar las actividades preferidas en las redes sociales de la cámara del libro.
La Terminal Metropolitana, donde será el evento, está ubicada en la avenida Ladislao Cabrera (Camino a Viacha), zona Bolívar D del Distrito 2 (detrás de la última parada del Teleférico Morado).
El arte y la cultura alteña han sorprendido desde siempre. Esta ciudad no deja de crecer, no solo en lo territorial, sino en lo que puede hacer, ofrecer, demostrar, enseñar… Este 2024, El Alto ha retado al continente a jugar el fútbol nuestro de cada día en Los Andes. Con la copa internacional de la Libertadores de por medio, desde el Titán de Villa Ingenio, y una feria de libro también internacional, también de primer nivel y donde también se registrará una victoria y, esperemos, que sea por goleada.
Figura central de la Generación Beat, su obra maestra 'Howl' y su vida dedicada a la libertad creativa y espiritual lo convirtieron en un ícono de la contracultura, cuyo legado perdura como símbolo de autenticidad artística y compromiso ...
El periodismo es la peor de las novias celosas. Para ser periodista, particularmente de un medio impreso, se tiene que ser un amante total y completo. No hay otra forma, no hay otra manera, porque al periodismo en general se le entrega todo, o casi todo.
En los pasillos de La Razón, un colega habla por celular con su hija de cuatro o cinco años. Le dice que en la noche llegará muy tarde (cuando la pequeña esté dormida), pero que dejará un regalo o algo que la niña pidió.
Otro compañero discute con su pareja, también por teléfono. El enamorado se esconde en la sala de reuniones. Y aunque él cree en el poder del amor, conoce bien la premisa: amor de lejos…
De la misma forma, de la mano de la tecnología una colega chatea con su nuevo galán (el antiguo se cansó de esperar hasta tarde y no comprendió que los sábados y domingos también se tienen que escribir las noticias). Ella le manda corazones, besos virtuales y le promete encontrar tiempo para que estén juntos.
Hay otro que le pide fotos a su hijo adolescente para saber dónde está. Él no está en casa, pero debe saber qué pasa con los miembros de su familia.
Otros tres salen del periódico y se desesperan por llegar a la universidad, porque quieren terminar sus estudios (aunque ya sean profesionales en todo el sentido de la palabra), pero llegan tarde a sus clases. De nada sirvieron los dos minibuses y el teleférico, porque no llegaron a tiempo.
Es que el periodismo necesita de un amante total y completo. Es controlador, es absorbente, es agotador, “es grave”, como diría algún buen paceño.
Por todo lo descrito, en definitiva el periodismo no es el mejor trabajo del mundo —quizá el mejor oficio, como decía el maestro García Márquez—, pero sí el más apasionante. Pero esa pasión tiene un costo y ese costo es un tanto alto.
Ahí, precisamente ahí reside el respeto a los compañeros que dedican su vida a esta sacrificada labor.
Por eso, a veces hay que tomar pausas. Hay que tomarse un tiempo para continuar los estudios, para mejorar académicamente, para compartir los primeros meses de vida de un hijo, para pasar tiempo con la familia, para viajar, para recargar energías o simplemente para reencontrar la inspiración del periodista.
Por ello, el que escribe estas líneas tomará una pausa para continuar sus estudios, pero estará ansioso por retornar al matutino más grande de Bolivia.
Después de la pausa, el amante total y completo retorna al periodismo. Retorna y vuelve a entregarle todo, o casi todo. Al final, éste es el oficio que elegimos para el resto de nuestras vidas y sin el que no podríamos vivir.
El periodismo es la peor de las novias celosas. Para ser periodista, particularmente de un medio impreso, se tiene que ser un amante total y completo. No hay otra forma, no hay otra manera, porque al periodismo en general se le entrega todo, o casi todo.
En los pasillos de La Razón, un colega habla por celular con su hija de cuatro o cinco años. Le dice que en la noche llegará muy tarde (cuando la pequeña esté dormida), pero que dejará un regalo o algo que la niña pidió.
Otro compañero discute con su pareja, también por teléfono. El enamorado se esconde en la sala de reuniones. Y aunque él cree en el poder del amor, conoce bien la premisa: amor de lejos…
De la misma forma, de la mano de la tecnología una colega chatea con su nuevo galán (el antiguo se cansó de esperar hasta tarde y no comprendió que los sábados y domingos también se tienen que escribir las noticias). Ella le manda corazones, besos virtuales y le promete encontrar tiempo para que estén juntos.
Hay otro que le pide fotos a su hijo adolescente para saber dónde está. Él no está en casa, pero debe saber qué pasa con los miembros de su familia.
Otros tres salen del periódico y se desesperan por llegar a la universidad, porque quieren terminar sus estudios (aunque ya sean profesionales en todo el sentido de la palabra), pero llegan tarde a sus clases. De nada sirvieron los dos minibuses y el teleférico, porque no llegaron a tiempo.
Es que el periodismo necesita de un amante total y completo. Es controlador, es absorbente, es agotador, “es grave”, como diría algún buen paceño.
Por todo lo descrito, en definitiva el periodismo no es el mejor trabajo del mundo —quizá el mejor oficio, como decía el maestro García Márquez—, pero sí el más apasionante. Pero esa pasión tiene un costo y ese costo es un tanto alto.
Ahí, precisamente ahí reside el respeto a los compañeros que dedican su vida a esta sacrificada labor.
Por eso, a veces hay que tomar pausas. Hay que tomarse un tiempo para continuar los estudios, para mejorar académicamente, para compartir los primeros meses de vida de un hijo, para pasar tiempo con la familia, para viajar, para recargar energías o simplemente para reencontrar la inspiración del periodista.
Por ello, el que escribe estas líneas tomará una pausa para continuar sus estudios, pero estará ansioso por retornar al matutino más grande de Bolivia.
Después de la pausa, el amante total y completo retorna al periodismo. Retorna y vuelve a entregarle todo, o casi todo. Al final, éste es el oficio que elegimos para el resto de nuestras vidas y sin el que no podríamos vivir.
El desarrollo de Puerto Busch, en Santa Cruz, contará con una inversión público-privada de $us 950 millones, que garantizará una mayor salida de mercadería boliviana hacia el océano Atlántico, informó ayer el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
La autoridad recordó que el 31 de diciembre el Ejecutivo firmó una alianza con empresarios privados del país para consolidar el acceso a esa terminal fluvial, ubicada en la Hidrovía Paraguay-Paraná.
“Es un acuerdo muy importante, sin precedentes. Un hito histórico. (…) La construcción de los accesos implica una inversión que en términos estimativos superará los $us 500 millones, como esfuerzo y compromiso del Gobierno nacional”, detalló el ministro en el programa El pueblo es noticia, de la estatal Bolivia Tv.
La contraparte del empresariado será de $us 450 millones para la infraestructura portuaria y para ampliar las redes de comercio.
“Hemos decidido de manera conjunta llevar adelante la implementación de un gran complejo de desarrollo estratégico en el este (del país) a partir de la construcción del acceso, la infraestructura portuaria y la provisión de servicios básicos para el desarrollo de ese complejo comercial (…). El empresariado se va a organizar en un consorcio que va a ser la contraparte del Gobierno nacional”.
Señaló que la administración del presidente Evo Morales hará un estudio a diseño final que determinará la vía de acceso (férrea, caminera u otra) más adecuada. Romero subrayó que junto a los empresarios se conformó el Consejo Estratégico de Desarrollo del Este. “En los próximos cinco años, de manera conjunta, se consensuarán las decisiones estratégicas. Juntos vamos a atraer y gestionar la presencia de las principales navieras del mundo”.
La autoridad aseveró además que se busca generar un corredor estratégico que una a otros puertos del este del país.
“Puerto Busch se unirá a otros puertos para generar un verdadero corredor estratégico. Además queremos consolidar un eje bioceánico (…). Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay son importantes y podemos multiplicar nuestras posibilidades comerciales con esos países, pero también el flujo hacia otros continentes”, sostuvo.
“En términos económicos esto va a implicar que debemos tener una gran capacidad de ampliación productiva, de diversificación y de exportaciones. Debemos tener la capacidad de reconducir y reorientar las exportaciones por esta vía”, indicó Romero, según ABI.
El desarrollo de Puerto Busch, en Santa Cruz, contará con una inversión público-privada de $us 950 millones, que garantizará una mayor salida de mercadería boliviana hacia el océano Atlántico, informó ayer el ministro de Gobierno, Carlos Romero.
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“Es un acuerdo muy importante, sin precedentes. Un hito histórico. (…) La construcción de los accesos implica una inversión que en términos estimativos superará los $us 500 millones, como esfuerzo y compromiso del Gobierno nacional”, detalló el ministro en el programa El pueblo es noticia, de la estatal Bolivia Tv.
La contraparte del empresariado será de $us 450 millones para la infraestructura portuaria y para ampliar las redes de comercio.
“Hemos decidido de manera conjunta llevar adelante la implementación de un gran complejo de desarrollo estratégico en el este (del país) a partir de la construcción del acceso, la infraestructura portuaria y la provisión de servicios básicos para el desarrollo de ese complejo comercial (…). El empresariado se va a organizar en un consorcio que va a ser la contraparte del Gobierno nacional”.
Señaló que la administración del presidente Evo Morales hará un estudio a diseño final que determinará la vía de acceso (férrea, caminera u otra) más adecuada. Romero subrayó que junto a los empresarios se conformó el Consejo Estratégico de Desarrollo del Este. “En los próximos cinco años, de manera conjunta, se consensuarán las decisiones estratégicas. Juntos vamos a atraer y gestionar la presencia de las principales navieras del mundo”.
La autoridad aseveró además que se busca generar un corredor estratégico que una a otros puertos del este del país.
“Puerto Busch se unirá a otros puertos para generar un verdadero corredor estratégico. Además queremos consolidar un eje bioceánico (…). Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay son importantes y podemos multiplicar nuestras posibilidades comerciales con esos países, pero también el flujo hacia otros continentes”, sostuvo.
“En términos económicos esto va a implicar que debemos tener una gran capacidad de ampliación productiva, de diversificación y de exportaciones. Debemos tener la capacidad de reconducir y reorientar las exportaciones por esta vía”, indicó Romero, según ABI.