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David, el niño boliviano que salvó la vida de tres personas en Chile

Fue arrastrado por una ola en el mar y poco después fue rescatado en un estado grave que acabó con una muerte cerebral. David era un boliviano de 12 años y había llegado a Arica junto a sus padres en busca de un mejor futuro, pero ahora su madre se enfrentaba a la decisión de donar sus órganos a chilenos, ante su inminente muerte.

Ruth Fuentes contó lo ocurrido en diciembre de 2016, cuando tuvo que tomar una decisión que ahora no dudaría en volver a hacerlo. No se conoce a qué personas salvó la vida su hijo, con la donación de sus órganos, aunque por lo menos tiene el dato –dijo- de que fue una “niñita y dos adultos los bendecidos con la muerte de mi hijo”.

“Luego que el médico me dijo que David no despertaría más, vino una enfermera de la Unidad de Procuramiento y Trasplante de Órganos y me explicó lo que podía hacer. Fue tan cálido su mensaje, que no lo pensé dos veces. Le dije de inmediato que autorizaba la donación, pensando: ¿Y si otra familia está sufriendo igual que yo?. David era un niño que siempre ayudaba a todos, eso me motivó a autorizar la entrega de sus órganos”, recordó en una entrevista publicada en La Tercera y firmada por Ximena Astudillo.

Son oriundos de Cochabamba y hace ocho años decidieron probar suerte en Arica, Chile. La pareja emprendió el viaje dejando a sus tres hijos, el menor David, en su tierra natal y tras cinco años lograron las condiciones para la reunificación familiar. Ahora tienen un cuarto hijo.

“Sufría muchos abusos en los pagos y con horas excesivas. No sacabas nada con reclamar. Nadie hacía nada. Junto a mi pareja nos vinimos primero, porque nos dijeron que en Chile surgiríamos. Llegamos a Arica a mediados del 2010. Dejé a mis hijos en Bolivia y solo el 2016 me los pude traer. Aquí no fue fácil. También sufrí algunos atropellos en los trabajos y discriminación de personas que nos decían que veníamos a quitarle el trabajo a los chilenos”, recordó.

El 17 de diciembre de 2016 su hijo fue rescatado agónico de la playa Las Machas y llevado al hospital Juan Noé en estado gravísimo. Antes de autorizar la desconexión para poner fin a la vida de David llevó a sus otros tres hijos para que se despidieran del pequeño y luego fue notificada que el cuerpo estaba en la morgue.

“No quise llevarlo a un cementerio. Decidimos cremarlo para tener sus cenizas en la casa, porque queríamos sentirlo siempre cerca de nosotros. Desde la Gobernación de Arica me ayudaron a costear ese gasto, porque con mi marido éramos garzones y nuestro sueldo no nos alcanzaba. Justo el 24 de diciembre, cuando todos los padres se aprontaban a celebrar la Navidad, yo iba llegando con las cenizas de mi hijo. La sensación fue muy rara. David ya no estaría con nosotros”, relató la boliviana.

Ahora dice que una de las tareas pendientes es saber quiénes fueron los que recibieron los órganos de su hijo. “Sé que es confidencial y no se puede conocer quiénes recibieron parte de mi hijo. Sólo pude saber que una niñita y dos adultos fueron bendecidos con la muerte de mi hijo. Eso me reconforta, que una parte de él esté en ellos. ¡Qué ganas de saber cómo esa niñita hoy vive y le da alegrías a sus padres”, expresa Ruth.

Llamó a evitar la discriminación a los extranjeros, justo después que en Chile se cuestionara por redes sociales cuestionamientos xenófobos al trasplante de hígado que permitió salvar la vida de una mujer haitiana.

La cifra de inmigrantes bolivianos en Chile subió en tres años y se triplicó. Según datos del Gobierno de Chile, en 2014 había en ese país 36.036 bolivianos, una cifra que se incrementó en 2017 cuando se cifró a 111.011 y se convirtió en el tercer conglomerado extranjero con más población, según datos revelados en abril.