Alerta vecinal en Quime por amenaza a patrimonio
El inmueble fue declarado ‘patrimonio histórico’ por la Ordenanza Municipal 030/2009 del 11 de noviembre de 2009, durante la administración del entonces alcalde Porfirio Adriázola.
La casa blanca, con puertas y ventanales azules, con el número 33, en Quime, departamento de La Paz, parece una edificación cualquiera. Sin embargo, la vetusta infraestructura fue en 1933 la cárcel de 123 presos paraguayos de la Guerra del Chaco.
El proyecto edil de convertir ese espacio en una plaza causó rechazo y moviliza a un grupo ciudadano que considera que la Casa Prisión “Urquiola” sea conservada.
“Esa casa es el recuerdo más triste de la Guerra del Chaco (1932-1935). Muchos lo consideran un patrimonio que merece ser respetado. Muchos ya no recuerdan, por eso hay que preservarlo”, dijo Rosario Olave, vecina de Quime, quien destaca que ese pasaje histórico pasó de generación en generación en su familia.
El inmueble, que fue edificado en 1860, se encuentra ubicado en la parte superior de la plaza Urquiola en ese municipio y según su propietario, Rubén Urquiola hijo, de 85 años, la Alcaldía, cuyo burgomaestre es Javier Flores Villa, del Movimiento Al Socialismo (MAS), busca demoler esa vivienda y una casa contigua para construir la Plaza Cívica.
La Razón intentó conversar con el Alcalde, quien no contestó las llamadas telefónicas.
El inmueble fue declarado ‘patrimonio histórico’ por la Ordenanza Municipal 030/2009 del 11 de noviembre de 2009, durante la administración del entonces alcalde Porfirio Adriázola.
Según Urquiola, en 1933, 103 prisioneros paraguayos fueron trasladados desde Uyuni bajo la responsabilidad del entonces diputado Teodomiro Urquiola, su padre. Durante su reclusión se dedicaron al cultivo de maíz, producto que era enviado a los soldados bolivianos que participaban en la contienda. También trabajaron en la construcción de los primeros kilómetros de la carretera Quime-Inquisivi.
- Historia. Soldados paraguayos; de fondo, la Casa Prisión en Quime. Foto: EAV
La casona tiene una sola planta. En la fachada todavía se puede ver el cartel que señala el nombre de la plaza. Un grafiti que destaca en la blancura del muro es un indicio del descuido que sufrió el inmueble en estos años.
En la parte posterior, el deterioro es más notorio. La mayoría de los vidrios están rotos. La fachada de los cuartos cercanos al patio se cayó y dejó a la vista la pared de adobes, que se van destruyendo con los embates de las intensas lluvias y el calor.
Eddy Coria, concejal de Soberanía y Libertad (Sol.bo), manifestó que el inmueble es parte de la historia e identidad del municipio.
“Como municipio (sic.) se ha incumplido, por ejemplo, el mantenimiento y preservación, tareas que no se han realizado”.
Martín Mamani, de la Central Agraria de Quime, señaló que si bien la construcción de la Plaza Cívica es una necesidad, es inaceptable que se acabe con el patrimonio. “La gente, lastimosamente, no tiene conocimiento de que este espacio es patrimonio”.
“La plaza grande se vería mejor. Podría ser una buena idea. Ya tienen el diseño y el plano”, comentó una comerciante que apoya el proyecto de la plaza, quien prefirió no identificarse.
Mientras persiste el debate en el pueblo, Urquiola aseguró que “antes (de derribar la casa) tendrán que pasar sobre mi cadáver”.