Navidad Villancicos, una tradición que perdura
Expertos atribuyen al ‘consumismo’ la desaparición de tradiciones
La dramatización sobre el Nacimiento de Jesús es una de las muchas tradiciones que desaparecieron en Bolivia por el “consumismo”, pero los villancicos y los niños adoradores aún perduran gracias a las parroquias, grupos de coros, de amigos y de baile.
“La Navidad ya no es como hace 50 años. Antes, en cada calle o barrio había por lo menos una casa que armaba el pesebre para que los niños vayan a adorar y en retribución daban chocolate con buñuelos. Algo de esta tradición es lo que buscamos rescatar con el ballet”, dijo José Farfán, director del ballet Fantasía Boliviana.
El padre Iván Bravo, párroco del Montículo de La Paz, corroboró que, “antes del predominio del consumismo”, los feligreses hacían representaciones sobre el Nacimiento de Jesús dentro de las iglesias y hasta en las plazas, donde se armaban pesebres y los niños se dedicaban a adorar con la música que salía de los instrumentos hechos por ellos.
Explicó que la Navidad en Bolivia es una expresión cultural y si bien está señalada, por sus usos y costumbres, de ser española en sus inicios, con el pasar de los años se adecuo a las tradiciones de cada región; sin embargo, en los últimos años “el comportamiento de la población se dejó llevar más por el consumismo que por la acción espiritual”.
“A pesar de esta situación, vemos con agrado que en muchas iglesias se continúa organizando a los niños adoradores y son quienes alegran la misa del 24 o 25 de diciembre. Además, todas las parroquias levantan un pesebre cerca del altar y la novedad de los últimos años es que lo hacen con material reciclado. Entonces, vemos que los villancicos no desaparecen y son parte de nuestra Navidad”, afirmó el sacerdote.
Los nacimientos adoptaron características de acuerdo con las regiones, los hay de plantas, como la jatata, el bambú o madera, que son típicos de las tierras bajas. En el altiplano y los valles, la particularidad del pesebre es la paja o los materiales artificiales.
El sociólogo e investigador de las tradiciones bolivianas David Mendoza, con el religioso al indicar que la Navidad de antaño tenía más tintes de creencia, a diferencia de lo que sucede ahora, “donde la compra de regalos y armado de arbolitos” se impuso por encima de la fe”.
Previa a la fiesta de la Nochebuena, los niños y adolescentes del ballet Fantasía Boliviana realizaron para La Razón una representación del Nacimiento de Jesús con villancicos y adoraciones.
“Desde muy pequeño, mi papá me contó cómo adoraba al Niño en la zona de San Pedro, pero ahora solo en algunas iglesias veo eso”, dijo Andrés Pinaya, de 11 años.
Hugo Trujillo, párroco de San Pedro, relató que antes los vecinos organizaban los concursos de villancicos y la plaza Sucre se llenaba de niños vestidos con ponchos y pantalones remangados.
“Cuentan que había mucha participación de los vecinos, mientras los niños se afanaban en adorar al Niño e interpretar los villancicos con la zampoña, el chullu chullu (tapas de metal de botella aplastadas) y un bombo o lata de leche. Aunque ahora es raro observar a niños, hay centros culturales que lo están promoviendo y eso reconforta”, sostuvo.
Rescate. Mendoza indicó que en la actualidad se ve a pequeños que tocan villancicos, pero lo hacen más por el tema económico. “En esta época vemos que los niños que vienen del área rural, especialmente de Potosí, usan su atuendo tradicional y al son de la grabadora saltan e interpretan villancicos, lo hacen por monedas”.
Alejandra Lluta, profesora del ballet Fantasía Boliviana, resaltó que dentro de su acervo también están las tradiciones de Navidad.
“Nuestros pequeños y adolescentes comienzan por representar a los animalitos, luego son pastores, reyes magos y pasan a ser adoradores o villanciqueros. Por último está la interpretación de los padres de Jesús (José y María). Para personificar ellos aprenden primero su significado”, indicó.
La Misa de Gallo o misa de Navidad, que se realiza a la medianoche del 24 de diciembre, es otra de las costumbres que aún perdura.