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Un sujeto mata a su esposa con 35 cuchilladas

Jaime R. Ch., de 44 años, mató a cuchilladas —35 según la familia— a su esposa Rosa U. C., de 38,  el miércoles 26 de diciembre en el municipio de La Asunta, La Paz. La pareja estaba en proceso de separación.

Las hijas del matrimonio, de 17 y 21 años, presenciaron el crimen. “La mayor trató de impedirlo; tiene una cortadura en el brazo derecho”, informó el coronel Víctor Hugo Soria, director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de La Paz.

Tras cometer el brutal feminicidio el sujeto —de quien se dice que es cocalero— huyó. Los hermanos de Rosa U. C. iniciaron una campaña en Facebook para encontrar al prófugo, divulgando fotos y un teléfono de contacto.

“En primera instancia (ambos) habrían consumido bebidas alcohólicas en Irupana, posteriormente se constituyen a La Asunta, donde siguen consumiendo bebidas y discuten”, señaló Soria.

Según la FELCV, el feminicida hirió 33 veces a la víctima, mientras Robin U. C., hermano de la víctima, contactado telefónicamente precisó que fueron 35. 

“Este señor tendría otra pareja y otros hijos, por eso discutieron y se ocasionó el desenlace fatal”, dijo el director de la institución.

Sin embargo, el hermano de la víctima informó que hace tres meses, el agresor había golpeado brutalmente a Rosa, quien decidió separarse de él.  

“Este viaje era para repartirse bienes (terrenos), porque se estaban separando”, recalcó.

Según la familia de Rosa U. C. , la hija mayor está fuera de peligro.

La Razón le consultó al coronel Soria sobre las causas del flagelo de los feminicidios, que segó más de un centenar de vidas en lo que va del año.

“Generalmente, se presentan por el exceso de consumo de bebidas alcohólicas. Todos los que hemos atendido este año son producto de bebidas alcohólicas. (Un ejemplo) el caso de Sorata, una concejala compartía bebidas alcohólicas, eso ha desatado celos y desconfianza del marido y eso hace que cometa el feminicidio. Este caso es igual”.

Cuando no hay alcohol de por medio “muchas veces son problemas pasionales, celos, desconfianza, infidelidad producto de que la mujer tiene doble vida, está con el marido y tiene otro, aunque esto es muy esporádico”, agregó.

La activista y abogada Jessica Echeverría refutó la declaración y la calificó de patriarcal.

“No se puede echar la culpa al alcohol o a las drogas, porque los feminicidios se producen por un sistema patriarcal y machista que vulnera con total impunidad”.

“Es deplorable que una persona que está a cargo de la FELCV dé declaraciones en las que señala que las mujeres tenemos la culpa de que nos maten. Es una muestra de que personas especializadas en erradicar la violencia no están en estos cargos”.

La activista Griselda Sillerico, integrante del Observatorio para la Exigibilidad de los Derechos de las Mujeres coincidió con ella.

“Esas declaraciones son un indicador de en qué manos está la FELCV. Así como él, hay fiscales y jueces patriarcales y misóginos. Hay una ausencia de enfoque de género, que indigna y por eso no se cumple la Ley 348 (Ley para Garantizar  a las Mujeres una vida Libre de Violencia).