Vinculan muertes por rayos al uso de celulares y el cambio climático
Un diagnóstico de la Gobernación de Potosí maneja tres causas. Físicos confirman dos
En el país, la mayoría de las muertes por descargas eléctricas se suscitan en Chuquisaca y Potosí, y en este último departamento realizaron un diagnóstico que relacionó el impacto de los rayos con celulares y el cambio climático. Dos físicos confirman la teoría.
El 17 de noviembre de 2018 murieron Juan Conde y sus cuatro hijos a causa de un rayo que les cayó mientras se refugiaban en una choza. Casi un mes después, el 12 de diciembre, una niña falleció por una descarga mientras se dirigía a una biblioteca. Ambos casos se dieron en Potosí, el primero en el municipio de Chayanta y el segundo en San Pedro de Buena Vista.
A los seis decesos se suman otros siete ocurridos el año pasado en el mismo departamento. En tanto Chuquisaca reportó 10 muertes por descargas eléctricas.
Ante ese panorama, la Gobernación de Potosí confirmó una comisión para investigar las causas más recurrentes y establecer un mapeo de los sectores con más casos para generar acciones de mitigación y prevención.
Una primera teoría que lanza el director departamental de Riesgos de Potosí, Fernando Elías, basado en un diagnóstico preliminar, es que los rayos caen ahora con más frecuencia y ello se originaría por la variabilidad climática.
El físico Ronald Winkelman, de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), apoyó la teoría y detalló que actualmente el calentamiento global afecta más al área tropical, y Bolivia está dentro de este sector por su cercanía a la Línea del Ecuador.
“Esto es un contraste con lo que dicen los modelos, los cuales indican que disminuirán las lluvias, pero se darán tormentas más intensas que producirá un mayor número de rayos”, advirtió.
Puntos. Winkelman indicó con datos de un ranking de la NASA (1995-2012), institución que genera información satelital sobre descargas eléctricas en el mundo, que Chimoré (Cochabamba) está en el puesto 47 de 500 puntos con caídas de 88 rayos por kilómetro cuadrado por año que tocaron la tierra.
Elías agregó que la información preliminar también halló una relación de más descargas eléctricas en zonas mineralógicas de Potosí.
Al respecto, Winkelman sostuvo que no se puede descartar esta relación de rayos con suelos metalizados. “De todos los relámpagos que se generan en la nube, solo el 20% toca tierra; entonces de repente esos están relacionados con el suelo, pero no existe un estudio que hable sobre ello”.
Para Rubber Muñoz, físico del Planetario Max Schreier, “no es una idea descabellada” que la mayor recurrencia de rayos esté ligada a zonas mineras. “En este caso el problema es la conductividad del suelo por el mineral, haciendo que la descarga afecte a la región”.
Un tercer aspecto del diagnóstico es que los celulares atraen relámpagos, añadió el funcionario de la Gobernación de Potosí.
Fausto Escalante, director de Riesgos de la Gobernación de Chuquisaca, respaldó esa teoría. “Los tres bachilleres que estaban pasteando las ovejas (el 16 de diciembre de 2018) manipulaban sus celulares cuando fueron víctimas de la descarga eléctrica”, recordó.
El argumento es que un rayo puede buscar una energía de conectividad y los celulares la tienen.
Una vez que la comisión de Potosí verifique los datos preliminares para confirmar o descartar las causas, se prevé instalar pararrayos en zonas vulnerables. Según Winkelman, estos equipos ayudan, pero no siempre son efectivos cuando se trata de extensiones amplias.
Sugirió implementar una red de alerta temprana para que las personas y comunidades tomen previsiones. Si hay tormenta se sugiere no refugiarse bajo árboles, ni permanecer en un planicie; si es así, debe colocarse de cuclillas, y si está en un vehículo evite encender el motor y usar objetos con energía.