Conmoción en Argentina. Una niña de 10 años, hija de una ciudadana boliviana, fue asesinada con 32 puñaladas en la localidad de Longchamps. Dos exparejas de la progenitora, padre e hijo, son los principales sospechoso del crimen.
Saira Mamaní, de 33 años, madre de la pequeña Joselyn, acudió a una entidad financiera a pagar unos servicios, cuando ocurrió la tragedia.
Según medios argentinos, cuando la madre retornó a su vivienda, encontró a su pequeña hija herida con 17 puñaladas en el rostro y 15 en la espalda.
La Justicia investiga a Carlos C., de 44 años y a su hijo, Rubén C., de 25. Mamani sostuvo una relación amorosa durante 10 años con el padre, y posteriormente tuvo un romance con el hijo, lo que pudo provocar la ira de alguno de los dos.
Ambos serán sometidos a pericias psicológicas para determinar si participaron en el crimen y en un posible «femicidio vinculante», figura penal que se aplica al homicida que haya tenido «el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación», según informa el portal digital La Voz del Pueblo.
Personal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en Violencia de Género del Departamento Judicial Lomas de Zamora allanó la vivienda de los sospechosos, de donde secuestraron dos computadoras y un teléfono celular.
También se conoció que la progenitora tuvo una relación con un hombre de 39 años, de nacionalidad peruana, hace más de un año, pero que por el momento no está siendo investigado. (10-01-2019)