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Desastre en Alpacoma: Mar de basura y lixiviados cae sobre Achocalla

Olor fétido, ardor en los ojos y la nariz, malestar físico y daños a la producción agrícola son algunos de los efectos que ya se sienten en el municipio de Achocalla tras el colapso de la Macrocelda de Emergencias del relleno sanitario de Alpacoma.

Lo que a lo lejos parece solamente una mancha negra en el cerro son “15.000 toneladas de residuos”  —según un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) al que tuvo acceso La Razón— que cayeron entre la tarde del martes y la madrugada de ayer sobre un área de 15 kilómetros cuadrados, de acuerdo con la Alcaldía de Achocalla.

El mar de desechos sólidos y líquidos lixiviados destruyó a su paso oficinas del relleno y sepultó equipos y maquinaria.

El relleno es operado por la empresa Tratamiento Especializado de Residuos Solidos y Servicios (Tersa) SA.

Según el MMAyA, el deslizamiento de la macrocelda, ubicada en la parte superior del recinto, “ha comprometido cinco piscinas de lixiviados”, que quedaron prácticamente sepultadas. Además, la Planta de Tratamiento de Lixiviados —líquidos que se producen por la descomposición de la basura— se encuentra inhabilitada para continuar operaciones. “El daño en la infraestructura del relleno es irreversible. Los accesos, así como las plataformas, están comprometidos”. Según el reporte oficial, los lixiviados llegaron al río Alpaco, que forma parte de la subcuenca Alpacoma.

Reclamos de Achocalla

El alcalde de Achocalla, Dámaso Ninaja (MAS), informó que producto del desastre 28 urbanizaciones de las comunidades Pucarani, Pacajes, Cañuma, Huancarani y Putiri resultaron afectadas.

“Unas 4.000 familias sufrieron las consecuencias. Hay niños y algunos adultos que reportaron infecciones estomacales, fueron atendidos en el Centro de Salud de Achocalla y de Alpacoma”.

La mañana del ayer, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, anunció que la situación estaba bajo control. “Al momento y después de todos los trabajos que se han hecho desde horas de la noche (del martes), la situación está controlada. Efectivamente se trata de un deslizamiento de magnitud, pero la situación está controlada”. La autoridad añadió que ha iniciado un proceso sancionatorio administrativo contra Tersa SA a fin de establecer las causas y responsabilidades para proceder con las sanciones que correspondan.

La Alcaldía de La Paz pidió a la compañía que presente un plan de contingencia que, hasta las 21.00 de ayer, se encontraba en revisión, informó la secretaria de Medio Ambiente, Mariana Daza.

Ninaja no descartó presentar una demanda penal contra Revilla por el delito de atentado contra la salud pública. Al respecto, el secretario ejecutivo de la municipalidad de La Paz, Álvaro Blondel, dijo a la red ATB que se busca “aprovechar el tema” para desviarlo en otro sentido.

Los vecinos tomaron conocimiento del desastre cuando comenzó a propagarse el  olor nauseabundo por Achocalla, Alpacoma y Mallasilla.

“Hace dos años pasó lo mismo en el mismo sector, pero nadie dijo nada. Este insoportable olor permaneció varios días y se propagaron moscas”, recordó Wálter Smith, vecino de Mallasilla. 

Alejandro Poma, quien reside en Alpacoma, confirmó esa versión y recordó que entonces se firmó un convenio con la operadora para que no vuelva a ocurrir.

Espere…

El subalcalde del Distrito 6 de la Alcaldía de Achocalla, Enrique Mansilla, reportó que los vecinos de Alpacoma se sintieron afectados con ardores en la nariz y en la garganta. “Estamos en emergencia ante esta situación. Ya no se ha permitido el ingreso de más vehículos recolectores”, anunció.

Cada día el municipio de La Paz produce aproximadamente 587 toneladas de residuos.

Respecto al bloqueo del ingreso al relleno, Revilla declaró que no existen razones, considerando que hay otras celdas que están funcionando “adecuadamente”.

El bloqueo en Alpacoma, que comenzó a las 10.00, se mantenía pasadas las 21.00 de ayer.

En La Paz se denunció que esta medida de presión dificultaba el ingreso de maquinaria y personal para atender la emergencia. No obstante, Ninaja precisó que los vecinos dieron paso a esos vehículos y que solo cerraron el paso a los camiones recolectores.

Por la tarde, José Vargas, director de Medio Ambiente de Achocalla, confirmó que los lixiviados llegaron al río. “Son casi 40 hectáreas afectadas. La contaminación va a afectar a poblaciones de Río Abajo (municipio de Mecapaca)”.

El funcionario informó que a raíz de la contingencia se conformaron tres comisiones para hacer frente al desastre: una de salud, otra técnica y una social. La primera determinará los efectos en la población; la segunda verificará y cuantificará los daños, y la tercera tratará la operación del relleno a futuro.

Antecedente

Gonzalo Fernández, director del Observatorio San Calixto, recordó que entre 2010 y 2012 se hizo un estudio con apoyo de una  universidad canadiense,que detectó en Alpacoma sitios de deslizamientos rápidos y lentos.

A través del sistema ISAR (método de fotografías satelitales) se determinó que el sitio donde está el relleno tiene una probabilidad alta de deslizamiento rápido. “Ya se han producido deslizamientos en este sector antiguamente y existe la probabilidad de que puedan volver a ocurrir”, advirtió.

La Razón intentó conocer la información que tiene al respecto la Secretaria de Gestión Integral de Riesgos de La Paz, pero el secretario interino, José Pacheco, no atendió su celular.

Peligro. El ingeniero Vladimir Revollo, especialista en residuos sólidos de la Asociación de Ingenieros Ambientales de La Paz, explicó que por la magnitud del deslizamiento —15.000 toneladas de desechos— se pueden presentar diversos efectos en las personas.

“Los más expuestos son los trabajadores, pues no se saben  qué contaminantes pueden estar en el sitio y, mínimamente, deberían contar con equipos especiales de protección”.

El especialista explicó que los residuos sólidos generan biogás,  compuesto por dióxido de carbono, metano, sulfuro de hidrógeno y amoniaco, los dos últimos son los responsables de la irritación en los ojos. “Como (los desechos) están a la intemperie, los vientos permitirán que se disipen”.

Sin embargo, expresó su preocupación por las “partículas viables”, que son hongos, bacterias o microorganismos que están presentes en los residuos sólidos. “Es como una herida abierta y los vientos hacen que estar partículas se puedan transportar, lo que puede afectar a los habitantes cercanos generando enfermedades digestivas, cutáneas y respiratorias”.

Respecto a los lixiviados que llegaron al río, precisó que pueden generar una afectación a la calidad del agua que se utiliza para el riego de forma temporal. Sin embargo, en los suelos pueden llegar a acumularse y a contaminar las aguas subterráneas.