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Defensoría propone política para frenar la violencia hacia gestantes en centros de salud

La Defensoría del Pueblo planteó al Gobierno una propuesta de política pública para frenar la violencia hacia mujeres en atenciones de gestación y salud reproductiva conocida como violencia ginecobstétrica y que se practica en los centros de salud del país de índole privado y público.

De acuerdo con un boletín institucional, en Bolivia más del 63% de las mujeres que fueron atendidas durante su parto en un centro de salud fueron víctimas de violencia ginecobstétrica.

La Encuesta de Prevalencia y Características de Violencia contra la Mujer del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2017, muestra quejas de mujeres que, en los últimos cinco años, fueron sometidas a múltiples formas de maltrato durante su gestación, parto y postparto.

Los mayores reclamos apuntan a los hospitales públicos (68,3%), pero además alcanzan a la seguridad social (64,2%) y a clínicas privadas (35,4%).

A partir de esta realidad, la defensora del Pueblo interina, Nadia Cruz, elaboró una propuesta que presentó el miércoles a los ministerios de Justicia y Transparencia Institucional y de Salud sobre la política pública para prevenir ese tipo de violencia de género, que, denunció, se ejerce dentro de un marco de subordinación y discriminación que deriva en la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos.

“La violencia obstétrica y ginecológica involucra distintos tipos de violencia hacia las mujeres, como la violencia física, psicológica, institucional y simbólica, no obstante se constituye en este momento la violencia de género menos registrada, más silenciada y naturalizada en nuestra sociedad, lo que lleva a que las mujeres violentadas, en algunos casos, no presenten reclamos o quejas sobre comportamiento vejatorios que pudieron haber recibido en algún centro de salud”, afirmó.

La propuesta contó con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y tiene como principal objetivo contribuir a garantizar el respeto y protección de los derechos de mujeres durante el embarazo, parto y puerperio; aporta, además, en la eliminación de prácticas y actitudes racistas y/o discriminatorias de parte del personal de salud.

Su construcción está basada en consultas realizadas a diversos actores del sector salud y de la sociedad civil. En ellas se evidenció espacios no adecuados ni acondicionados para brindar una atención humanizada del parto y nacimiento; prácticas de atención que incumplen con lo establecido en la normativa de salud, inexistencia de mecanismos de registro y atención a la violencia ginecobstétrica; y una recurrente cultura permisiva de este tipo de violencia. (04/04/2019)