Icono del sitio La Razón

Iglesia urge al Estado a extremar esfuerzos contra la violencia

La Iglesia Católica de Bolivia se mostró preocupada por los casos de violencia contra las mujeres y las familias, y demandó a las autoridades de los tres niveles de Estado extremar esfuerzos para garantizar una aplicación eficaz de la legislación; y a la población, a denunciar los abusos oportunamente.

“Muy poco ha logrado todavía la legislación vigente, que no cuenta con las condiciones para incidir significativamente frente a este mal que desintegra nuestra sociedad y cuestiona sus fundamentos”, señala un comunicado de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), que fue leído este jueves por su secretario general, Aurelio Pesoa.

La Iglesia lamentó que los casos de violencia contra las mujeres y las familias aumenten de forma “alarmante” y con ellos se produzcan más muertes y luto en cientos de familias bolivianas. Los religiosos manifestaron su solidaridad con padres, hermanos, hijos huérfanos y otros que atraviesan este drama y “con todas las mujeres que, en este momento, son acosadas y condenadas a sufrir en silencio”.

“Urgimos a las instancias de gobierno, locales y nacionales, a que, en coherencia con las leyes vigentes, extremen esfuerzos para garantizar una verdadera y eficaz aplicación de las mismas, precautelando en todo momento la vida y seguridad de las mujeres. A la comunidad que presencia y sufre estos males le instamos a denunciar estos casos oportunamente y ofrecer apoyo y respaldo a las mujeres contra represalias y presiones cómplices”, resaltó Pesoa.

Desde marzo de 2013, cuando se puso en vigencia la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia (348), que tipifica el feminicidio, hasta julio de 2019, la Fiscalía General del Estado registró 628 casos de féminas asesinadas por razones de género.

La CEB, además, exigió atacar las causas de este flagelo: la cultura machista que pervive, el deterioro general de valores morales, la pérdida del respeto al valor sagrado de la vida, la inaplicabilidad de las leyes, la lentitud del sistema judicial, el olvido del sentido religioso y valores trascendentes, la indiferencia y complicidad, la dependencia y sometimiento económico de las mujeres, las diversas formas de marginación y “otros males sociales que se ensañan con ellas, como el alcoholismo, la violencia sexual, la trata y tráfico de personas, la drogadicción y el narcotráfico”.

En su visita a Perú, en enero de 2018, el papa Francisco se refirió a los feminicidios como la nueva plaga que azota al continente y aseguró que “son muchas las situaciones de violencia que quedan silenciadas detrás de tantas paredes” e invitó “a luchar contra esta fuente de sufrimiento, pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia”. (01/08/2019)