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Voluntaria en la Chiquitanía: ‘Las víboras pasaban por encima de nuestros pies para escapar del fuego’

Los animales salvajes, como víboras, jochis y monos, huían desesperados de las llamas, a tal punto que no reparaban en la presencia de voluntarios que estaban en su paso para sofocar el incendio. Todo era dolor y frustración en la Chiquitanía.

Así describió Emelen Chavarría su experiencia como voluntaria del Grupo Especial de Operaciones de Salvamento GEOS-Bolivia. Estuvo en San Matías, donde combatió en siete jornadas extenuantes el fuego que acabó con fauna y flora a su paso.

“Las víboras pasaban por encima de nuestros pies como sin nada, ni nos tomaban en cuenta en su afán de escapar del fuego. Para nosotros era algo sorprendente, los animales silvestres, todos estaban escapando de esos focos de calor, los monos saltaban de árbol en árbol, las ardillas corrían y los jochis”, describió.

No solo fue testigo de ese escape desesperado de animales que jamás imaginó ver. En una de sus largas caminatas para encontrar el fuego y combatirlo se topó con un criadero de caimanes, en un espacio completamente verde. Al retornar pasó por el mismo lugar y todo era devastación.

“A las 08.00 los vimos, pero al volver a las ocho de la noche, por el mismo lugar, el panorama era impresionante, porque ya no había lagartos, no había bosques, no había nada, y era extraño porque no había focos de incendios cercanos al lugar, eso nos hace pensar que eran los chaqueos, era muy frustrante para nosotros”, sostuvo.

Partió de Cochabamba el 26 de agosto rumbo a Santa Cruz. Ella y sus siete compañeros de cuadrilla de Geos-Bolivia tuvieron que viajar 14 horas desde Santa Cruz hasta San Matías.

“Nos hemos dirigido al pantanal boliviano. Hemos acampado en Candelaria y de ahí nos dirigíamos hasta las comunidades de Santa Teresita, El Gato y Las Petas, donde habían bastantes focos de incendio. Lo que nos sorprendía era que estaban muy alejadas y en masa boscosa verde”, contó.

A un inicio, solo 12 personas realizaron los trabajos de sofocación de incendios, ocho voluntarios de Geos y cuatro guarda parques. El fin de semana recién arribaron a la zona 50 soldados para apoyarlos.

El día a día

Estaban en lugares distantes e inaccesibles. Soportaban las largas jornadas con solo el desayuno, en la noche podían comer algo.

“Cada voluntario se llevaba en su morral dos energizantes y agua, y teníamos full dulces, porque sabemos cómo es el trabajo de un bombero forestal, nos llevábamos chocolates, y nos tocó compartir con los soldados, porque ellos no tenían nada más que agua”, recordó.

Así como Chavarría, miles de voluntarios, policías y militares trabajan día a día incansablemente para mitigar los incendios forestales que parecen no terminar en la Chiquitanía, en el oriente boliviano.

GEOS-Bolivia

Fueron siete patrullas las que ingresaron a la Chiquitanía, que provenían de bases en La Paz y Cochabamba. Cuatro de ellas tuvieron que retornar por las obligaciones laborales y de estudios de sus miembros.

Focos de incendio

Inicialmente encontraron tres focos de incendio, pero el segundo día de trabajo encontraron tres más, y así se fueron incrementando de a poco.

“Ahí nos sentimos impotentes. Parte del pantanal es zona ganadera, dentro de esas zonas existen poblaciones cercanas, haciendas, y presumimos que son ellos los que realizan chaqueos”, indicó.

Los pobladores del lugar creen que son personas externas las que incendian los bosques, pero nadie sabe a ciencia cierta lo que pasa, según Chavarría.

Actualmente, varias cuadrillas se han desplazado a esa región para combatir los incendios, sobre todo en Santa Teresita, donde el fuego ha recrudecido. (04/09/2019)