El Viacrucis de los pacientes con cáncer por una ley
En 2016, Rosario Calle, hija de un paciente con cáncer, asumió la representación de los enfermos y se cambió el nombre a Asociación de Personas con Cáncer, Familiares y Voluntarios. En 2017, la muerte de los enfermos fue más visibilizada y relacionada con la falta de equipos en La Paz.
Marchas, crucifixiones y tapiados, sumados a la carga de la enfermedad, fueron parte del viacrucis que atravesaron los pacientes con cáncer desde 2014, en demanda de mejores equipos y atención. El jueves fue promulgada la ley con estos aspectos.
“Servicio suspendido hasta nuevo aviso por fallas en la máquina de cobalto”, fue el mensaje con el que recurrentemente se topaban los pacientes con cáncer al acudir al Hospital de Clínicas, en La Paz.
En 2014, esta situación rebasó el límite de los enfermos y un grupo optó por el primer bloqueo en las afueras del nosocomio, en demanda de un equipo para su tratamiento. Poco o nada de atención lograron de las autoridades.
La bomba de cobalto es una máquina que data del siglo anterior y que llegó al país en 1998, a medio uso y en calidad de donación por parte de Argentina.
Al año siguiente, en 2015, salió a la luz pública Nancy Huallpa, una comerciante a la que detectaron cáncer pulmonar desde 2014. Ella, como el resto de los enfermos, no pudo acceder a la cobaltoterapia, y comenzó a agrupar a los pacientes del Clínicas.
El grupo se centró en dos demandas: la compra de un acelerador lineal y la construcción de un oncológico en la zona de Achumani (Sur), obra abandonada.
“Un enfermo de cáncer en Bolivia está abandonado a su suerte, nadie nos toma en cuenta, por eso hemos fundado el Movimiento de Defensa por la Salud de las Personas con Cáncer, para organizarnos y poner en la mesa del Gobierno nuestros pedidos”, declaró Huallpa el día de su posesión, el 10 de mayo de 2015.
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