El mosquito transmisor amplía su hábitat y el dengue llega a Sorata y Tacacoma
En La Paz se registró 119 casos de dengue en 2005, pero entre octubre de 2018 y marzo de 2019 (periodo de lluvias) se llegó a 158. De octubre de 2019 a lo que va de enero de este año la cifra trepó hasta los 1.345 casos.
A raíz del calentamiento global y las migraciones humanas, el Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya, coloniza nuevos territorios. Se detectaron los primeros enfermos en Sorata y Tacacoma. El invertebrado ascendió de 1.200 a 2.400 msnm.
“El vector tiene una distribución altitudinal de hasta 1.200 metros sobre el nivel del mar (msnm), pero según recientes reportes fue encontrado en lugares que están sobre 2.400 y tenemos información de que los nuevos municipios con el vector son Sorata y Tacacoma”, revela Jimmi Renjifo, responsable del Programa de Enfermedades Transmitidas por Vectores, del Sedes de La Paz.
El mosquito amplió su hábitat y subió gradualmente a otras regiones, donde el calor y la humedad crean un espacio “inmejorable” para su reproducción.
“En ríos de Sorata (a 2.400 msnm y a dos horas y media de la ciudad de La Paz) hicimos un control ambiental y químico con técnicos y hallamos al Aedes. Ahí está”, complementa el técnico.
El sector donde fue hallado el mosquito es Chusi, una pequeña comunidad. En esa región, los epidemiólogos del Sedes hallaron casos de síndrome febril (aumento de la temperatura corporal), pero Renjifo no precisa la cantidad.
“Hicimos la investigación de los casos e intervinimos Chusi y gracias a ese tipo de actividades cortamos la cadena de transmisión”, dice el epidemiólogo.
Los expertos fueron luego a los valles de Tacacoma, que está a 2.000 msnm, donde detectaron también al temible mosquito.
En Sorata y Tacacoma, municipios vecinos y ubicados en la provincia Larecaja, se hallaron dos casos de dengue, pero en ambos se cortó la cadena de transmisión y se evitó la propagación. Un mosquito infectado puede propagar el virus a 30, 40, 50 y hasta 60 personas, según el Sedes.
El dengue es una enfermedad viral que puede derivar en fiebre hemorrágica y en la muerte si no es tratada a tiempo. Dolores musculares y articulares, fiebre alta y nauseas son algunos síntomas. El mosquito habita y se reproduce en agua estancada, y su proliferación es mayor en época de lluvia.
En lo que va del año, el Aedes causó la muerte de 21 personas en el país y 13 de ellas son de La Paz. El resto es de Beni, Pando, Tarija y Cochabamba. Los casos positivos llegaron a 6.994.
En La Paz se registró 119 casos de dengue en 2005, pero entre octubre de 2018 y marzo de 2019 (periodo de lluvias) se llegó a 158. De octubre de 2019 a lo que va de enero de este año la cifra trepó hasta los 1.345 casos.
El serotipo 2 es el tipo de dengue que se halla en La Paz. Según Renjifo “es mortal y puede acabar con la vida de niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y enfermos de base (con diabetes, hipertensión, VIH, etc)”. “Por eso debemos tomar previsiones comenzado con la limpieza desde la casa, porque el mosquito ya no está en el monte”.
El médico atribuye también la dispersión del vector a las migraciones humanas. “En Unutuluni (Tipuani), donde existe un centro de salud en la punta de un cerro y a una considerable altitud, donde hay mucho frío, se encontró el vector y ahí tuvimos casos positivos”.
Tipuani, una región de gran producción aurífera, está en riesgo moderado en el mapa del dengue en La Paz. Sorata y Tacacoma ahora están con riesgo leve.
Mapiri, La Asunta, Palos Blancos y Caranavi están con riesgo grave. El decimotercer fallecido paceño era de La Asunta. Mientras que Ixiamas, San Buenaventura, Teoponte, Tipuani y Guanay están en riesgo moderado.
Un estudio académico de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz encontró también indicios de la presencia de este mosquito en Río Abajo, al sur del municipio de La Paz. Las muestras aún son estudiadas en el laboratorio. Ese sitio se halla a una altitud de 2.800 msnm.
Desde el Ministerio de Salud, la médica Carola Valencia, jefa nacional de Epidemiología, corroboró que el Aedes coloniza nuevos territorios.
“Hay regiones que no estaban en la zona de los brotes de dengue. Ahora, por el cambio climático el Aedes está teniendo nuevo hábitat para la reproducción, son lugares donde no aparecían nunca”, refrenda la especialista.
El jueves 26 de diciembre, el ministro de Salud, Aníbal Cruz, dijo que 2019 se convirtió en “el año del dengue en Las Américas”.
Los alcaldes de Sorata y de Tacacoma, Celia Camargo y Carlos Aguilar, respectivamente, esperan más información del Sedes sobre la presencia del Aedes para tomar previsiones en sus territorios.
“No nos avisaron aún (sobre la aparición del vector), voy a averiguar para ver qué podemos hacer, pero hay comunidades lejanas y los accesos son muy difíciles. Vamos a coordinar con el Sedes para que vengan”, sostiene Camargo.
Por su lado, Aguilar atribuyó la presencia del mosquito a la cercanía de esa región con Mapiri, una zona que se halla en el nivel de riesgo grave por dengue.
“Somos vecinos de Mapiri y tenemos zonas tropicales que están a 800 y 900 metros de altitud, pero además valles desde los 2.000 hasta los 2.800 metros y si bien nosotros combatimos la basura, quemamos llantas y controlamos aguas servidas, aún así tenemos problemas con mosquitos”, dice.
Agrega que su municipio todavía tiene problemas para controlar a la vinchuca, insecto que provoca la enfermedad del chagas, que causa serios problemas en el corazón y el estómago.
Tapas. Antes se creía que el Aedes estaba en el monte, sin embargo ahora habita en el patio de las viviendas, alerta el Sedes. Los técnicos de esa repartición hallaron larvas en llantas en desuso, botellas, platos desechables y hasta en tapas de cerveza, y es que basta un centímetro cúbico de agua para el mosquito.
“Hallamos casas que tenían de dos a tres criaderos y eso representa un alto riesgo”, insiste Renjifo tras precisar que el 90% de criaderos del Aedes son artificiales y creados por el descuido y falta de limpieza del ser humano.
Si no se eliminan esos recipientes, la última medida es la fumigación, que mata a insectos adultos y el efecto dura 10 días, pero no garantiza que desaparezca.
El Sedes posee 13 técnicos epidemiólogos para el departamento, por eso se hacen alianzas con alcaldías, juntas vecinales, escuelas e instituciones militares para difundir las medidas de prevención y dar orientación con el fin de evitar la epidemia.