Los hombres que asesinaron a dos niños en la ruta a Oruro querían vengarse de su padre
Encontraron en su poder un celular y manchas de sangre en sus ropas. Mataron a los dos menores, de 12 y 7 años, utilizando un combo.
La Policía esclareció el móvil del doble infanticidio en la ruta Pisiga-Oruro. Osman R., de 27 años, y Dilmar V. P., de 26 —tío de los niños y exayudante del chofer Wilmer P. Ch., respectivamente— querían vengarse del padre de las víctimas.
En poder de los sujetos, quienes la noche del domingo mataron a golpes a Leonel David, de 12 años, y a Didier Wilmer, de 7, se encontró el teléfono móvil que su padre les dio para que se entretengan durante el viaje, y una chamarra manchada de sangre.
“No pudieron justificar porqué tenían el celular. Se secuestró la chamarra y sus ropas tienen manchas hemáticas”, informó el coronel Manuel Vergara, director departamental de la fuerza anticrimen de Oruro.
Cerca de las 21.00 del 9 de febrero, ambos treparon a la carrocería del camión con placa 145-XN, que se dirigía a Oruro. El chofer viajaba con su familia, en la carrocería iban sus hijos menores y en la cabina, su esposa y sus otros dos descendientes.
Osman R. y Dilmar V. P. habían planificado matar al padre de las víctimas por los presuntos “malos tratos que recibieron” de Wilmer P. Ch. El primero vivió cuatro años en su casa y el segundo, fue despedido hacía tres años porque se presentaba a trabajar ebrio.
“Osman R. —cónyuge de la hermana de la madre de los niños— cultivó su odio contra el papá de las víctimas, ya que lo echó de la casa porque golpeaba a su pareja. Él quería agredir al hombre, pero pensó que con los hijos el dolor iba a ser mayor”, dijo el jefe policial.
Los dos hombres treparon por la parte posterior del camión a la altura del sector Cerro Tata Sabaya. Uno cortó con un cuchillo la lona de la carrocería y ambos ingresaron.
Los niños, que dormían sobre un colchón de esponja cubiertos con frazadas, se despertaron y vieron a su tío. El más pequeño alcanzó a preguntar “Tío, ¿qué haces aquí?”. antes de ser ultimados a golpes de combo y de otra herramienta que encontraron entre la carga.
Leonel murió por traumatismo craneoencefálico abierto, hemorragia cerebelosa derecha, fractura multifragmentaria de región occipital derecha y lesión de centros nerviosos superiores. En el pequeño Didier se advirtió, además, una fractura multifragmentaria con hundimiento de hueso temporopariotooccipital izquierdo.
Como el motorizado estaba en movimiento, nadie en la cabina se percató del crimen.
A las 03.00 del lunes, el chofer se detuvo a un costado del camino al descubrir que la carpa que cubría la mercadería estaba abierta. Los dos asesinos saltaron del vehículo y escaparon. Cuando abrió la carpa vio a Leonel, quien ya había muerto; Didier aún respiraba, pero falleció cuando era trasladado al centro de salud de Sabaya.