Mujer revela presión para que denigre a Hanalí Huaycho
La denunciante apunta a tres policías, un exfiscal, un abogado y un exministro. La noche del 11 de febrero de 2013, Huaycho fue asesinada por su esposo, en su domicilio ubicado en Ciudad Satélite, en El Alto, en presencia de su hijo de cinco años.
Helen Kelly T. P. decidió buscar justicia. La exbombera dijo que fue presionada para que denigre a la periodista Hanalí Huaycho, asesinada por su pareja en febrero de 2013. Denunció que la golpearon, amenazaron de muerte y que se vio obligada a huir.
La mujer decidió hablar, tras conocerse la decisión fiscal de someter a auditoría las pericias del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), que aseguraron que los restos momificados de un hombre hallados en La Asunta (Yungas) eran del subteniente de Policía Jorge Clavijo Ovando.
La noche del 11 de febrero de 2013, Huaycho fue asesinada por su esposo, en su domicilio ubicado en Ciudad Satélite, en El Alto, en presencia de su hijo de cinco años. El autor del crimen no solamente la golpeó, también le asestó 13 puñaladas. La madre de Huaycho fue herida dos veces con la misma arma blanca cuando intentaba socorrer a su hija.
El lunes 4 de marzo de 2013 un comunario de La Asunta alertó de la existencia de un cuerpo momificado, que todavía colgaba de un árbol. La Policía aseguró que era del subteniente, quien, según su hipótesis, se había suicidado. La base de estas afirmaciones fueron las licencias de conducir de Huaycho que se encontraron en la billetera del difunto.
Al día siguiente el IDIF estableció, presuntamente mediante la comparación de huellas dactilares, que el muerto era Clavijo. Sin embargo, desde entonces empezaron a circular versiones sobre que, en realidad, el subteniente está vivo y que personeros del anterior gobierno le facilitaron la huida, por su participación y desempeño en el denominado caso Terrorismo, cerrado recientemente.
Sentada en una de las gradas de la plaza Murillo, casi frente al Palacio Quemado, Helen Kelly T. P., actualmente de 43 años, asegura que gente cercana a Clavijo la usó como “chivo expiatorio”.
Justicia
Desde 1997 hasta 2012 fue voluntaria en Bomberos Antofagasta. Sin embargo, en 2012 sufrió acoso sexual y hostigamiento de tres oficiales; uno continúa en esa unidad policial.
Presentó una denuncia en contra de ellos en junio de ese año al Ministerio Público y a la Dirección Departamental de Investigación Interna (Didipi) de la fuerza pública. Ella cree que su calvario comenzó entonces.
En un evento de Bomberos que se realizó en Miraflores, cuenta que tres mujeres policía la metieron a un ambiente y comenzaron a golpearla mientras le decían “tú eres la famosa T…. la que acusó a los oficiales”. El forense le dio 31 días de impedimento y tuvo que ser hospitalizada.
“Tras saber que los denuncié, me amedrentaron hasta que me vaya. Jamás se les siguió un proceso por la vía ordinaria y la Didipi (porque tenían protección política). Tenía hematomas e inflamación en el cerebro y marcas de los puntapiés”. En enero de ese año dejó el voluntariado y la última amenaza que recibió de los implicados fue “no aprendiste a callar, ahora vas a saber lo que es canela”.
El 11 de febrero, Huaycho fue asesinada. Cuatro días después, Helen Kelly T. P., quien es auditora, relata que fue sacada de su oficina por el coronel José H. M., quien dijo ser de Inteligencia. La llevó a un local en El Prado paceño y la coaccionó —recordándole que “le debía mucho” a la Policía por sus denuncias— y la amenazó para que defenestre a Huaycho, diciendo que era violenta y también infiel.
“Quiso presionarme para que yo declare públicamente en contra de la asesinada. Le dije que no iba a participar de ese juego sucio. ‘¡Le debes a la Policia! ¿No vas a cooperar?’. Joderse es ley’”, replicó.
Ese mismo día, un exfiscal y un abogado ofrecieron una rueda de prensa e informaron que la Policía había encontrado “a la amante” del oficial. “Sorpresa, era yo”.
“Quiero que me devuelvan mi dignidad, me lastimaron en lo más profundo, no puedo creer que un gobierno haya hecho eso por intereses personales y para encubrir un tema, no los disculpo. Todos los implicados tendrán que decir la verdad”, dice a La Razón.
Así, se indicó que fueron sus llamadas a Clavijo las que desencadenaron la tragedia “Pero mi celular estaba bloqueado, ni llamadas entrantes ni salientes”. Al día siguiente su fotografía fue difundida en medios de prensa.
Un día se encontró con una persona de confianza, quien le dijo que un exministro ordenó que la asesinaran, así informarían a la prensa que el asesinato se debió a temas pasionales.
“Cuando aparezcas muerta dirán que fue una ajuste de cuentas entre familias y así se distrae el hecho de sangre y las connotaciones que están llevando el tema del hotel Las Américas”, le advirtieron. Por ello decidió irse a vivir a otro departamento y contrató seguridad privada. Tras la muerte de su padre, hace tres años, decidió denunciar el caso.
Mandó una carta al Ministerio de Gobierno, denunció a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por difamación, amenazas y persecución por parte de representantes y personeros del Estado Plurinacional de Bolivia, y hasta publicó en su cuenta de Facebook lo sucedido como “La verdad del 2013 (…)”.
Junio 2012. “Mientras mi persona se encontraba sirviendo como voluntaria en Bomberos Antofagasta, siendo constantemente acosada y hostigada por oficiales (…). Se llevó a cabo una reunión de oficiales donde comenzaron a denigrarme como mujer, (…) mi persona debería irse “a las buenas o a las malas”.
Julio 2012. “Ante la invitación de ir a un ágape por motivo de celebración de la entrega de la propiedad del terreno de Bomberos, fui con la más sana intención de olvidar el mal momento; sin embargo, en algún momento de la fiesta fui intervenida (sic) por tres oficiales mujeres quienes usaron violencia, hasta quedar inconsciente”.
15 de febrero 2013. “Fue contactada (tras la muerte de la periodista) (…), quien me hizo salir de mi oficina citándome en un café, comenzó a increparme que debo mucho a la Policía, quiso presionarme para que yo declarase en contra de la asesinada (…) como mujer peligrosa y no víctima, le indiqué que jamás me prestaría a eso (…). “Ah… no vas a cooperar… está bien”, me replicó el coronel. El exfiscal y el abogado estaban dando declaraciones con el argumento “encontramos a la amante”, dando por hecho que lo suscitado se debía a un supuesto triángulo amoroso”.
16 de febrero de 2013. “Comencé a denunciar lo sucedido. (…) Un periodista amigo me respondió ‘(…) mandó a matarte para distraer y que fue un ajuste de cuentas entre familias’”. Textuales denuncia.