Mientras sus vecinos todavía decoraban sus casas para la ch’alla, Francisca Quispe y sus hijos dejaron la suya como parte de una evacuación que afectó a cinco viviendas ubicadas al filo de un farallón en Niño Kollo, en el límite entre El Alto y La Paz.
Parte del talud cedió en la parte baja y equipo pesado de la Alcaldía paceña trabajaba para evitar mayores problemas. “Según informes, tendremos seis días con lluvias muy fuertes, por eso queremos precautelar la vida de las personas en caso que haya desajustes mayores”, justificó el secretario municipal de Gestión Integral de Riesgos, Vladimir Toro.
Durante la madrugada de este martes, 3.000 metros cúbicos de tierra se desplomaron, lo que afectó un talud de Niño Kollo, zona paceña que colinda con El Alto, a la altura del Faro Murillo. Si bien no se sufrieron daños de consideración, las casas aledañas a la corona del farallón ahora han quedado vulnerables ante cualquier nuevo desprendimiento de tierra.
Humedad. La casa de Francisca Quispe es una de ellas. Sus paredes tienen huellas de humedad, así como el piso. “He vivido 45 años aquí, junto a mis hijos. Mi casa está bien, pero parte del cerro se ha caído, tenemos que salir”, narraba con llanto, mientras sujetaba los papeles que la acreditan como dueña de ese inmueble.
“Es un desalojo temporal. En este derrumbe se ha perdido gran parte de la franja de seguridad, pero aún no llegó a las viviendas. Los problemas de humedecimiento son recurrentes y requieren monitoreo”, detalló Toro.
Las cinco edificaciones desalojadas están asentadas en uno de los límites entre las ciudades, allí viven nueve familias. Es por eso que personal del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto (GAMEA) también fue parte de la inspección que se llevó a cabo ayer.
“Nos reunimos para definir obras, porque son flujos (de agua) que ingresan desde El Alto y dañan el talud. Es necesario hacer algo para captar esas aguas”, explicó el funcionario paceño.
Toro informó que solo una de las casas pertenece o está inscrita en el municipio de La Paz, en tanto que Henry Contreras, secretario municipal de Atención Ciudadana y Gobernanza del GAMEA, afirmó que aún no se tienen datos sobre la situación del resto.
La Línea Morada de Mi Teleférico también se vio obligada a suspender actividades hasta las 18.00 debido a que una de sus estaciones se sitúa en el Faro Murillo, muy cerca del sector afectado.
“No iniciamos actividades hoy (por ayer) porque nos informaron del deslizamiento. La infraestructura no ha sufrido daños y estamos colaborando con las autoridades de los gobiernos municipales para que los técnicos geólogos puedan observar la zona desde las cabinas”, dijo Jorge Bonadona, gerente general de la empresa.
La Unidad Educativa Faro de Murillo queda cerca del área afectada y si bien la estructura está intacta, igualmente suspenderá actividades, para precautelar la seguridad de los estudiantes.
Las lluvias provocaron el 8 de febrero otro deslizamiento similar en la zona, aunque de menor magnitud. En aquella ocasión Mi Teleférico tuvo igualmente que suspender sus operaciones.
Tristeza. Francisca Quispe y sus hijos abandonaron su vivienda. Foto: Luis Gandarillas
Dos zonas afectadas
Zonas. En Kella Kella, en Ovejuyo, parte del Macrodistrito Sur, y en Niño Kollo, perteneciente al Macrodistrito Cotahuma, se registraron deslizamientos de tierra.
Casas. En el primer caso, 16 viviendas colapsaron y 12 fueron evacuadas. En la segunda zona, cinco fueron evacuadas. Suman en total 17 casas.
Damnificados. En Ovejuyo, 26 familias fueron afectadas por el desastre, mientras que nueve en Niño Kollo; suman 35.
Heridos. Una persona de la tercera edad resultó heridas tras la caída del techo de su casa en Kella Kella. Fue atendida y luego dada de alta.
(26/02/2020)