Los primeros años del siglo XX fueron fundamentales en la transformación de tierras en El Alto. Los padrones coloniales y republicanos permiten ver que los ayllus y estancias que conformaban este lugar fueron Cupilupaca, Checalupaca, Chinchalla y Pucarani. En algunos casos, los nombres de los ayllus se mantuvieron en el tiempo hasta en las haciendas: la estancia Collpani del ayllu Pucarani y la estancia Yunguyo del ayllu Chinchalla. Las haciendas localizadas en El Alto, a su vez, fueron: Villandrani, Hichucirca (Jichu-Circa), Tacachira, Ocomisto (Hoko-Misto), Alpacoma, Seq’e, Milluni, Ingenio, Yunguyo, Mercedario y San Roque. Todas estas, prácticamente, se dedicaban a la producción agrícola y ganadera.

PRIMERAS VILLAS. Con las primeras urbanizaciones en El Alto comenzó otro tipo de transformación de la tierra. En todos los casos, la compra de terrenos las hacían varias personas y organizaciones, posiblemente 20 años antes de la Reforma Agraria. A principios del siglo XX, El Alto era propiedad de unos cuantos hacendados. Nombres como Julio Téllez, Jorge Rodríguez Balanza, Adrián Castillo Nava, Raúl Jordán Velasco, Francisco Loza y la familia Zalles figuran como propietarios de esas zonas y hasta la actualidad, algunas, todavía llevan el denominativo de sus exdueños.

Las causas que impulsaron a que se inicien las gestiones para urbanizar las tierras de los hacendados en El Alto fueron, quizás, la instalación de empresas, escuelas y pequeñas industrias. Por ejemplo, la Empresa de Navegación del Lago Titicaca (1912), el Ferrocarril La Paz-Guaqui (en lo que en la actualidad es la Ceja), la Escuela de Aviación (1923), las oficinas del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) 1925, el Golf Club de la familia Ormachea (1925) y los galpones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en 1933.

Entonces, a partir de 1940, los hacendados empezaron a lotear sus tierras y de la misma forma a urbanizar sus propiedades. El primero que se deshizo de sus terrenos fue Julio Téllez Reyes. Esa zona se llamaría urbanización Villa Dolores, que fue creada el 14 de septiembre de 1942. Diez años después, en el contexto histórico de la Revolución Nacional, la base del distribuidor (hoy las inmediaciones de la Ceja), estaba ocupada por una cantidad importante de población. Hasta estos años ya existían seis zonas o villas alrededor de la Ceja. En el sur se encontraban: Villa Dolores, 12 de Octubre y Bolívar A. En la parte norte, las villas 16 de Julio, Ballivián y Alto Lima. Los rasgos de éstas no fueron los de una ciudad como La Paz, sino más bien se parecían a las comunidades campesinas del altiplano.

CRECIMIENTO. El imaginario de que El Alto fuese una zona alejada y despoblada fue cambiando a partir de 1960. Y es que desde ese momento empezaron con dinámicas de movilidad y migración campo-ciudad en las que existía una explosión urbana con una sociedad escindida, por lo cual, de a poco, se convirtió en urbe. Estas masificaciones, con varios estilos de vida e ideologías, son las que prevalecerán en el porvenir de la urbe alteña. Asimismo, la expansión de La Paz y el desplazamiento intraurbano de la población están asociados a la migración de las familias campesinas de distintas provincias de la región del altiplano y asentamientos de quienes trabajan en La Paz.

Más aún, con el Decreto Supremo 21060 se desencadenaron migraciones en varias regiones. El fenómeno del crecimiento urbano que se experimentó estaba relacionado con el incremento de flujos migratorios entre 1976 y 1986; el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que para entonces El Alto constituía el 15% de la población paceña. El censo de 1976 indica que la población de Bolivia era de 4.613.486 habitantes, y la región de El Alto estaba conformada por 95.455 habitantes. Entonces, la proliferación de zonas se extendió hacia todas las secciones del territorio, como en la carretera a Oruro, donde el incremento de urbanizaciones sobrepasó el control de Senkata. Lo mismo pasó con la parte norte de El Alto, en la cual Alto Lima, Río Seco y Villa Ingenio se expandieron aceleradamente.

Después de la creación de El Alto, el 5 de marzo de 1985, y su elevación a rango de ciudad, el 28 de septiembre 1988, el surgimiento de zonas, villas y barrios se incrementó, dando lugar a una expansión. A pesar del transcurrir del tiempo los nombres de algunas estancias y haciendas persisten en estas circunscripciones, tal es el caso de la estancia de Yunguyo a la zona Yunguyo, las haciendas de Seq’e, actual zona San Felipe de Seke; Ingenio, Villa Ingenio; Mercedario, zona Mercedario; San Roque, zona San Roque; la zona Adrián Castillo Nava, que adquirió el nombre de su hacendado, Villa Dolores que adquirió el nombre en honor a la esposa de Julio Téllez Reyes, María Dolores, entre otros. En la actualidad El Alto cuenta con 14 distritos y una población de 848.840 habitantes según el último censo realizado por el INE, en 2012.

*Ángel Cahuapaza Mamani es historiador alteño, trabaja en teorías descoloniales desde el Sur.