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Ocho casos en Oruro: las claves para entender el ‘silencio epidemiológico’

El 19 de marzo, el Gobierno confirmó la existencia de un octavo caso positivo del nuevo coronavirus en Oruro. Una mujer de 24 años resultó la última contagiada por parte de la llamada “paciente cero”, una mujer de 65 años que volvió enferma de Italia el país el 29 de febrero.

Con el continuo crecimiento de casos en el país, 81 hasta la noche del sábado 28, llama la atención el “estancamiento” en Oruro, con ochos pacientes desde cuando se confirmó la primera de ellas, el 10 de marzo.

Con los últimos reportes, Santa Cruz es el ejemplo más claro de descontrol; suma 44 casos positivos. Las cifras también crecieron en Cochabamba  (14) y La Paz (10); apareció un caso en Potosí y uno en Chuquisaca y otro en Pando. Y Oruro, con los mismos ocho desde hace 10 días.

En entrevista con La Razón, el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Henry Tapia, evalúa la situación y ofrece algunas pautas para encontrar las claves de lo que técnicamente se llama “silencio epidemiológico” en Oruro.

Reacción inmediata

Incluso antes de que se supiera de la existencia del primer caso positivo de coronavirus en Oruro, las autoridades de Salud locales se ocuparon de “captar a los primeros contactos de la familia”, cuenta Tapia.

“Nos dio buen resultado. Los aislamos en sus viviendas hasta dar con los ocho casos”, dice.

Las medidas urgentes

A las horas de haberse conocido del primer caso positivo de coronavirus en Oruro, la Dirección Departamental de Educación dispuso el 11 de marzo la suspensión, “hasta nuevo aviso”, de las actividades educativas en el municipio.

La medida hasta causó protesta en el ministro de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, quien dijo que dicha suspensión era contraproducente y generaría pánico innecesario en la población.

Pero al día siguiente, el mismo Gobierno emuló la decisión y suspendió las actividades educativas en todo el país.

La cuarentena

Dos días después, el viernes 13 de marzo, Oruro fue la primera ciudad grande del país en declarar cuarentena local.

En coordinación con autoridades de la Gobernación, instituciones y vecinos, el alcalde Saúl Aguilar firmó el Decreto Municipal 127 para establecer la medida por 14 días, con la suspensión de viajes desde y hasta la ciudad, el cierre de mercados y la circulación restringida de las personas a solo las mañanas, de 06.00 a 10.00, los martes, miércoles y viernes.

“Fue oportuna” la medida, dice Tapia.

El alcalde Aguilar coincidió el viernes con la apreciación. “El secreto del éxito orureño fue tomar decisiones rápidas y oportunas, cueste lo que cueste”, dijo a La Razón.

Aislamiento familiar

Los ocho casos positivos en una familia no “salieron” del entorno, salvo el contagio del primer caso de Cochabamba. Tapia considera que la identificación temprana del caso positivo y el cierre del círculo familiar contuvieron la propagación del virus en la ciudad.

“La disciplina de la familia de la mujer de 65 nos ayudó mucho”, dice.

Si bien al principio estuvieron aisladas 18 personas del entorno familiar en tres viviendas diferentes, el número se amplió ahora a 77. “Están en observación hasta definir su situación”, informa Tapia.

Disciplina ciudadana

Como Aguilar, Tapia cree también que la “disciplina” ciudadana ayudó a mantener el número de casos positivos de coronavirus se mantuvo en ocho.

Salvo la reacción y desobediencia a las restricciones por vecinos de la zona Pumas Andinos, el 22 de marzo, la cuarentena en Oruro se cumple con mucha disciplina. Ese día, decenas de vecinos protestaron por el control policial, al influjo, esta vez, de la cuarentena nacional dictada hasta el 31 de marzo por el Gobierno.

Socialización

Desde el 11 de marzo, la Alcaldía de Oruro y la Gobernación del departamento coordinan sus acciones conjuntamente con las juntas vecinales, organizaciones sociales e instituciones civiles, acerca de las medidas y la necesidad de concientizar sobre los efectos del coronavirus.

Una constante campaña de información a través de parlantes y altavoces móviles en vehículos del gobierno local y la Policía Boliviana acompaña ese trabajo. 

Otras medidas

Desde el martes 24 de marzo, el personal de Paisajismo y Forestación, y de Zoonosis comenzó a fumigar centros educativos, mercados y calles de la ciudad.

Además, la Alcaldía instala tanques de agua y lavamanos en los mercados y principales vías dela capital.

A pesar de las medidas “exitosas” impuestas en Oruro para frenar la propagación del COVD-19, llamado clínicamente así el nuevo coronavirus, Tapia cree que hubo acciones que desordenan los filtros de la emergencia sanitaria:

Medidas dispares

Mientras Oruro cumplía el Decreto Municipal 127, que disponía salidas peatonales los días martes, miércoles y viernes de 06.00 a 10.00, el Decreto Supremo 4196, del 17 de marzo, abrió la circulación peatonal entre las 05.00 y 17.00.

Ante las medidas dispares, la ciudadanía resultó confundida. Con las medidas locales se han “contrariado desde el Ministerio de Salud”, afirma Tapia.

Más tarde, el Decreto Supremo 4199, de “cuarentena total”, limitó mejor la circulación peatonal. Permitió la salida de los ciudadanos entre las 07.00 y 12.00 hasta el 4 de abril, que todavía discrepaba con la norma municipal en Oruro.

Ante esta deficiencia, la restricción en Oruro comenzó a fallar, situación que obligó al alcalde Aguilar a reclamar “estado de sitio”, el miércoles 25 de marzo, en los medios de información.

Al día siguiente, el gobierno de Áñez dictó la ampliación de la cuarentena hasta el 15 de abril con restricciones más fuerte, entre ellas la circulación peatonal según el último dígito del carnet de identidad, de 07.00 a 12.00: lunes 1 y 2, martes 3 y 4, miércoles 5 y 6, jueves 7 y 8, y viernes 9 y 0; los sábados y domingos está prohibido circular, salvo necesidad de seguridad y salud.

En Oruro, la restricción se adecuó a sus normas, también de 07.00 a 12.00, pero en solo tres días: martes 1, 2 y 3, miércoles 4, 5, 6 y 7, y viernes 8, 9 y 0. Sábados y domingos también está prohibida la circulación peatonal.

“En la evaluación posterior, fueron oportunas las medidas de Oruro”, más allá de las restricciones del Gobierno, se defiende Tapia, director del Sedes de Oruro.

Retornos masivos

Una segunda preocupación de Tapia es al retorno masivo de ciudadanos bolivianos desde Chile, país afectado con fuerza por el coronavirus y la crisis social y económica.

Unos 70 ciudadanos regresaron a Oruro en los últimos días. “Se hizo una valoración” y se hace el seguimiento, dice.

Sin embargo, puede que hayan personas que se zafan al control, especialmente quienes ingresaron al país de forma clandestina.

Para la noche de este sábado estaba previsto que unos 150 ciudadanos bolivianos que viven en Chile lleguen a frontera con Bolivia.

Otras decenas de bolivianos retornaron directamente a sus provincias.

Reactivos e insumos

Consultado sobre la necesidad de insumos y reactivos para la detección del coronavirus, el Director del Sedes considera que aún alcanza, aunque no descarta que sea necesario.

Considera una dificultad que los estudios de laboratorio de los casos sospechosos tengan que resolverse en La Paz.

Por ejemplo, entre este domingo y el martes serán enviados de Oruro a La Paz las muestras de seis de los ocho pacientes positivos para una evaluación final. Un séptimo caso esperará aún esa evaluación.

De todos modos, “los siete están estables”, dice Tapia.

Se espera que para esta semana Oruro tenga un laboratorio propio, como prometió el Gobierno, dice el funcionario. (29/03/2020)