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Gobierno espera retorno masivo de connacionales y toma recaudos para evitar nuevos contagios importados

De acuerdo con cálculos del Gobierno, unos 20.000 bolivianos que residen en el exterior buscarán regresar al país en los siguientes días a raíz de que perdieron o podrían perder sus empleos fruto de la desaceleración económica que causa la pandemia del COVID-19 en otros países, en especial los vecinos. El control sanitario de estas personas antes de ingresar a Bolivia es importante para evitar nuevos casos positivos, coinciden las autoridades.

Horas antes de dejar el cargo de ministro de Salud, Aníbal Cruz informó que en el reporte nacional de casos positivos, los importados representan el 20% del total, y que desde el cierre de fronteras solo se contabilizaron nuevos casos de transmisión local. “Pero no olvidemos que en estos momentos estamos repatriando gente (en referencia a los más de 480 bolivianos que llegaron de Chile y guardan cuarentena en Pisiga, Oruro) y calculamos otras 20.000 personas en las próximas dos o tres semanas”, dijo Cruz a radio Panamericana. “Alguno de estos repatriados podría llegar infectado o ser contacto (de un positivo), por eso hay que tenerlos en albergue bajo control”, añadió.

Formularios para el ingreso

En esa línea, el Gobierno anunció la publicación de un formulario en línea para que los bolivianos residentes, por ejemplo, en Argentina, Brasil y Perú que deseen retornar al país, lo hagan a través de centros de cuarentena que se perfilan instalar en Yacuiba (Tarija), Puerto Quijarro (Santa Cruz) y Desaguadero (Perú).

“Hemos tenido requerimiento de muchos ciudadanos bolivianos que nos piden que los ayudemos a ingresar y es por eso que una de las prioridades es trabajar en que centros como el de Pisiga se repliquen también pronto, lo antes posible”, indicó el director del Migración Marcel Rivas en una entrevista en la estatal Bolivia Tv.

El plan consiste en instalar campamentos similares al Tata Santiago de Pisiga, en la frontera con Chile, que alberga a los 480 connacionales.

El gobernador de Oruro, Zenón Pizarro, informó que los bolivianos allí aislados se someten a revisión y seguimiento médico diario y que una vez que superen satisfactoriamente éste podrán seguir su viaje. El retorno de los connacionales es obligado –dijo– por circunstancias coyunturales, debido a que empresas de otros países que los contrataron, dejaron de requerir mano de obra.

Este martes, un grupo de cerca de 300 bolivianos que permanecen en Colchane (Chile) intentaron ingresar a territorio nacional en medio de un amago de enfrentamiento con los militares desplazados en la frontera. Demandan atención del Gobierno nacional porque reclaman su derecho de regresar al país y recibir alimento y refugio. La Defensoría del Pueblo y organismos de Derechos Humanos se pronunciaron también en su favor.

Pizarro dijo que no se opone a que regresen, pero demandó que el ingreso sea controlado por Migración y por Salud para no poner en riesgo los logros de la cuarentena que rige en Oruro, gracias a la cual no se reportó ni un caso más en 19 días.

Vuelo desde Chile

Generó polémica también el retorno de un grupo de bolivianos que contrataron un vuelo privado, precisamente desde Chile. El Gobierno dijo que autorizó el arribo de la nave por razones humanitarias dado que la mayoría son enfermos terminales, adultos mayores que requieren atención permanente o personas que regresaban a atender a sus padres ancianos. Pero además aclaró que todos pasaron por control migratorio y sanitario, además de que se someterán a cuarentena y que todos los costos (traslado incluido) fueron pagados por los interesados. “Los aviones no entran como Pedro por su casa”, indicó Rivas.

Mientras que en un comunicado, la Cancillería informó que el Gobierno facilitará la repatriación de connacionales en otros países, “siempre que dichas personas puedan costear su retorno y someterse a una cuarentena”.