Sociedad

Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 12:04 PM

Sindicato de garzones, cocineros y barmans pide al Gobierno víveres para sobrevivir

El sector envió cartas a las autoridades nacionales y regionales para ser incluidos en la canasta familiar, pero aún no reciben respuestas.

/ 8 de abril de 2020 / 17:28

Afectados por la cuarentena total, el Sindicato de Trabajadores Gastronómicos Eventuales de La Paz, conformado por garzones, cocineros, barmans y coperos, envió solicitudes a las autoridades nacionales y regionales para la dotación de víveres que les permitan sobrevivir en este tiempo.

Mario Gonzales tiene 70 años y trabaja como garzón hace 48 años. Antes de la cuarentena ganaba hasta Bs 150 por evento que conseguía, en el mejor de los casos, y con ese dinero pagaba facturas y compraba su alimento; pero desde que se asumieron medidas (12 de marzo) que prohibieron la aglomeración de personas y los eventos públicos, ya no genera ingresos. “Ahora me tengo que mezquinar porque solo recibo la Renta Dignidad”, lamenta.

José Luis Flores, secretario de Haciendo del Sindicato de Trabajadores Gastronómicos Eventuales de La Paz, explica la demanda del sector.

Al igual que él, otras 300 personas —afiliadas al Sindicato de Trabajadores Gastronómicos Eventuales de La Paz—viven la misma situación. “Lo peor es que al salir de esta cuarentena, con la crisis que se avecina en el país, no vamos a poder trabajar todavía”, comenta Nicolás Lizares, secretario general del gremio.

Por ello, el sindicato envió cartas al Órgano Ejecutivo, a la Gobernación y Alcaldía de La Paz que solicitan su inclusión en la otorgación de la canasta familiar con productos, pero aún no recibieron respuestas. “No queremos dinero, lo que necesitamos es que nos den lo esencial, como arroz, azúcar, fideo, aceite y harina”, afirmó Lizares.

Este sector trabaja generalmente los viernes, sábados y domingos en la atención de acontecimientos sociales, como matrimonios, cumpleaños, bautizos, prestes, cenas de gala, prestes, vinos de honor de fraternidades en el departamento de La Paz, eventos que fueron totalmente suspendidos con la cuarentena total vigente desde el 26 de marzo.

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Cuatrocientos años de Venezuela en una calle de La Guaira

El primer vuelo de BoA a tierras venezolanas permitió conocer el Casco Histórico de La Guaira, un lugar con muchas historias por contar

Un grupo de artistas representa la historia de Venezuela. La actriz Helianta Cruz posa con la bandera.

Por Marco Fernández Ríos

/ 19 de noviembre de 2023 / 06:41

Venezuela celebra Navidad desde octubre. Ya sea en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar o en las calles del estado La Guaira, los incontables focos y adornos recuerdan el nacimiento de Jesús. Es, tal vez, lo primero que impresiona a los bolivianos que formaron parte del primer vuelo de Boliviana de Aviación (BoA) a aquel país sudamericano.

Sebastián Michel, embajador de Bolivia en Venezuela, recuerda que, a finales del siglo XX, los vuelos entre los territorios boliviano y venezolano eran constantes —a través de la extinta Lloyd Aéreo Boliviano (LAB)—, pues Caracas era la ciudad desde donde se hacían conexiones hacia todo el mundo.

Después de varias décadas de ausencia, era necesario volver a conectar ambos países por la vía aérea. Ronald Casso, gerente general de BoA, afirma que la aerolínea nacional tiene vuelos a Sao Paulo (Brasil) y Buenos Aires (Argentina), “y es ideal que ese flujo lo complementemos con otros mercados como Caracas”. Pero ese no es el único objetivo.

Como parte de los acuerdos entre ambos Estados, 14 jóvenes bolivianos —de diferentes regiones— fueron becados para estudiar Medicina Integral Comunitaria en la Escuela Latinoamericana de Medicina Dr. Salvador Allende (ELAM), en la capital venezolana.

Para Emerson Nina es una experiencia única. Primero, porque es la primera vez que se aleja de su natal Caranavi y, segundo, porque estudiará durante seis años y medio en la universidad. “Siento un poquito de miedo porque mi familia está un poco lejos; pero, una vez que termine la carrera, quiero volver al lugar donde nací, como médico, para trabajar y ayudar a la gente que necesita”, afirma el joven de 21 años, quien, apoyado en la ventana del avión, mira el horizonte con una mezcla de tristeza y mucho de esperanza.

El vuelo de algo más de cuatro horas entre Santa Cruz de la Sierra y La Guaira es una invitación para quedarse a ver el inmenso mar de bosques amazónicos, que tienen inacabables ríos que parecen serpientes gigantes que se abren paso entre la vegetación, hasta llegar al mar Caribe, que forma parte del océano Atlántico.

Nada más llegar al aeropuerto venezolano, lo primero que llama la atención son los focos y adornos navideños de finales de octubre, algo que se repite en las calles del territorio venezolano.

Esta región es por demás interesante desde el ámbito histórico, pues fue un puerto apetecido por piratas neerlandeses e ingleses, por lo que la Corona española fortificó los ingresos marítimos, algo que se nota por algunos cañones antiguos que actualmente forman parte de los ornamentos citadinos.

En las faldas de los cerros Colorado y Caído, la delegación boliviana se detiene en el Casco Histórico de La Guaira, que era el eje del comercio entre Europa y América, y que en la época republicana se transformó en un bastión para repeler las invasiones extranjeras.

“En el Himno a Venezuela dice: ‘Seguid el ejemplo que Caracas dio’. La gente aquí dice: ‘El grito que La Guaira dio’, porque pensamos que la independencia comenzó aquí”, asevera Helianta Cruz, una reconocida actriz de teatro y de televisión.

Recordada por haber participado en telenovelas como Inés Duarte, secretaria, y Cara Sucia, entre otros, ahora lleva un vestido de la época colonial y no deja de sostener la bandera venezolana. “Yo represento a Venezuela en esta ruta histórica, en la que estamos representando 400 años de historia, porque nosotros aquí, en La Guaira, dimos el primer grito de libertad, de independencia y de soberanía”, recalca la actriz.

Tiene razón. El 28 de febrero de 1761, José María España y Manuel Gual fueron protagonistas de un movimiento de emancipación contra la Corona española, que luego se irradió hasta Caracas. En esta movilización también se destacó Josefa Joaquina Sánchez —esposa de España—, quien diseñó, de manera clandestina, una bandera de liberación. Al conocer esta parte de la historia de La Guaira es irrefrenable relacionar a Josefa Joaquina con Helianta.

Autoridades, invitados y estudiantes becados hicieron este primer vuelo a Venezuela.
Autoridades, invitados y estudiantes becados hicieron este primer vuelo a Venezuela.

Desde hace más de un año, más de 50 actores, músicos y artesanos protagonizan una representación histórica de 400 años de historia de Venezuela, en especial de La Guaira, en la calle Bolívar, que retrotrae a las épocas coloniales, con casas de zaguanes amplios que dan paso a patios empedrados, balcones relucientes y paredes que tienen colores intensos, sin olvidar que hay también iluminación que recuerda que faltan dos meses para Navidad.

De repente, el bongó, la tambora, la charrasca, el cuatro y las maracas se apoderan de la calle con un contagioso ritmo de parranda. “Viva Venezuela, mi patria querida; quién la libertó, mi hermano fue Simón Bolívar”, cantan no sólo los músicos, sino también los actores y la gente que visita este lugar. Incluso los bolivianos.

Es la antesala para un repaso histórico venezolano, que continúa con la actriz y cantante Juana Castillo, quien personifica a una negra esclava de hacienda que, en su canto, incita a la rebelión del yugo español.

“Mostramos 400 años de historia de La Guaira, con la idea de que vengan turistas internos y externos”, dice Juana con una voz dulce y suave, que se transmuta en intensa y fuerte cuando le toca relatar pasajes históricos de su país.

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La calle adoquinada se transforma en una correa que transporta a los visitantes a una representación de los caribes, pobladores originarios de esta parte del país; a la conspiración independentista de José María España y Manuel Gual; el encuentro entre José María Vargas —patriota y luego presidente de Venezuela— y Simón Bolívar; la declaración de independencia, del 19 de abril de 1810, y un espectáculo artístico de pintura.

En un par de horas, 400 años de Venezuela transcurren por una calle colonial, con zaguanes, balcones y rejas, con Juana Castillo que actúa como una esclava y Helianta Cruz que representa a Venezuela, con una Venezuela de gente muy amable, de playas imborrables en la memoria y con una promesa, para el visitante, de retornar para seguir conociendo los rincones del país de Bolívar.

Con charango en cielos venezolanos

El primer vuelo tenía que ser especial. Cuando el Boeing 737-800 de BoA sobrevuela el océano verde de Amazonia, la artista boliviana Luciel Izumi desenfunda su charango y comienza a interpretar un huayño, un caporal y termina con la infaltable Viva mi patria Bolivia. “Es la primera vez que hacemos un show así, saltando como caporales, de un lado a otro. Ha sido algo muy hermoso”, confiesa Luciel, ya en tierra venezolana.

Ronald Casso, gerente general de BoA, afirma que la nueva ruta aérea entre Bolivia y Venezuela generará mayor movimiento de exportaciones e importaciones entre ambos países, además de generar recursos a la empresa estatal.

“Empezamos el desafío comercial para hacer que esta ruta sea rentable y salga un buen servicio hacia ambas poblaciones, pero nos interesa hacer conectividad hacia otras ciudades y otros países de Sudamérica”, añade.

El objetivo —según el ejecutivo de BoA— es convertir el Aeropuerto Internacional de Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra, en un hub desde donde haya vuelos no sólo a Caracas (Venezuela) sino también a La Habana (Cuba), Lima (Perú), Sao Paulo (Brasil), Buenos Aires (Argentina).

A ello se deben sumar los vuelos a Madrid (España) y Miami (Estados Unidos), además de su próxima salida a Asunción (Paraguay), sin olvidar que se esperan los permisos correspondientes para llegar a Santiago de Chile y Bogotá (Colombia).

Según la Cámara de Exportadores, Logística y Promoción de Inversiones de Santa Cruz (CADEX), tener llegada directa a Venezuela abre posibilidades para incrementar las exportaciones con soya, productos cárnicos y aceite, sin olvidar la quinua, chía y castaña.  

El viceministro de Turismo, Íver Tórrez, dice que 2019 fue el mejor año de ingresos económicos en el ámbito turístico, pero que con la pandemia del coronavirus y los conflictos sociales los índices bajaron. Por ello espera que estas conexiones permitan mejorar los resultados.

En cuanto al intercambio cultural, Luciel es un ejemplo de ello cuando, en el Casco Histórico de La Guaira, saca otra vez su charango para interpretar Viva Venezuela, mi patria querida, junto con músicos y actores venezolanos.

Texto: Marco Fernández

Fotos: Marco Fernández y Roberto Guzmán

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Durante 12 días, la Fipaz quiere sobrepasar los 200.000 visitantes

El Campo Ferial Chuquiago Marka albergará más de 650 emprendimientos

Por Marco Fernández Ríos

/ 29 de octubre de 2023 / 07:05

FERIA

En sus 22 años de vigencia como la mayor cita empresarial de la sede de gobierno, la Feria Internacional de La Paz (Fipaz) 2023 se propone sobrepasar los 200.000 visitantes y superar los $us 50 millones en la rueda de negocios.

Desde aquel lejano año 2001, cuando la Fipaz abrió sus puertas por primera vez, ha habido muchos cambios, cuenta Fernando Dick Mealla, presidente ejecutivo de la Fipaz, en una entrevista en el programa Piedra, Papel y Tinta, conducido por Claudia Benavente, de La Razón Digital.

“Antes se hacían ferias en el Coliseo Cerrado (Julio Borelli), un campo deportivo donde había mucha incomodidad”, rememora Dick acerca de los primeros intentos por activar la economía a través de una exposición masiva.

En 1995, con el apoyo de empresarios y micro y pequeñas empresas, y luego de una huelga de hambre, se logró que el Gobierno de entonces otorgara, en la modalidad de usufructo, un terreno en Bajo Següencoma, en la zona Sur paceña, añadió el ejecutivo.

Esa área se transformó, en 2014, en el Campo Ferial Chuquiago Marka, donde cada año se lleva adelante la exposición más grande del occidente boliviano, además de otras actividades culturales y de emprendimiento.

“Nos catalogamos de estar entre los mejores eventos de Bolivia, pero creemos que podemos ser más, por la calidad, por la producción y por todo el sector productivo del departamento (de La Paz) y del país”, sostiene Dick.

En ese sentido, el objetivo de la Fipaz 2023 es superar el ingreso de 200.000 personas durante los 12 días de la exposición y llegar, al menos, a los $us 50 millones en ventas. Para ello, como todos los años, presentan varias novedades. 

Novedades. La avioneta antigua que es expuesta en el ingreso al campo ferial es antesala a la temática de este año. Después de armar cascadas y un ambiente medieval en anteriores años, para la presente gestión se apostó por una ambientación espacial, donde los visitantes pueden sacarse fotos.

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Además de los tres bloques —Rojo, Amarillo y Verde—, que albergarán a más de 650 emprendimientos, la Fipaz habilitó el denominado patio verde, que tiene espacios para el entretenimiento, especialmente para los niños, con una variedad de juegos, un muro de escalada y camas elásticas, entre otros.

En cuanto al entretenimiento para los mayores, el campo ferial tendrá una extensa variedad de presentaciones musicales y de danza, como la agrupación folklórica Chila Jatun, el cantante y productor musical Bonny Lovy, la artista Maisa Roca y el músico Luis Vega, principalmente.

“Lo interesante es que no será solo el escenario principal, porque los stands presentarán invitados especiales”, recalcó el principal ejecutivo de la Fipaz.

Fipaz
La Fipaz 2023 abrirá sus puertas el 25 de octubre. Foto: Archivo

Además de los stands de ciudades invitadas como Oruro, también se tiene la presencia especial de delegaciones de Alemania, Brasil, Colombia, Perú, Uruguay y Chile.

Como cada versión, la feria multisectorial se caracteriza por novedades en el sector manufacturero, automovilístico, inmobiliario, artesanías y en otros emprendimientos.

Desde el miércoles 25 de octubre hasta el domingo 5 de noviembre, la gente tendrá la posibilidad de conocer más de 650 emprendimientos de pequeñas, medianas y grandes empresas nacionales, además de otras sorpresas.

“La feria genera más de 3.500 fuentes laborales externas y eso nos motiva a seguir creciendo”, aseveró Dick Mealla.

 Costos. Para ingresar al Campo Ferial Chuquiago Marka, las personas menores de nueve años pagan Bs 15, mientras que la entrada general vale Bs 30.  Con el fin de permitir la mayor cantidad de asistencia, los cumpleañeros tendrán ingreso gratuito, habrá ingreso de dos personas por un boleto, además de facilidades para las familias.

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La Exposur 2023 superó los $us 12 millones en intención de negocios

Se prevé que haya más de 40.000 visitantes en el Campo Ferial de San Jacinto.

Por Marco Fernández Ríos

/ 22 de octubre de 2023 / 06:38

EXPOSUR

A falta de una jornada para la conclusión de la Exposur 2023, la feria más importante de Tarija sobrepasó los 40.000 visitantes, con una intención de negocios superior a los 12 millones de dólares.

Este fin de semana, los pabellones y patios del Campo Ferial de San Jacinto tuvieron una masiva presencia de visitantes y de empresas nacionales y de la región, gracias, entre otras razones, a la rebaja en el costo de las entradas y de alquiler de los stands.

“Hemos bajado el alquiler de los stands al 40% de lo que tradicionalmente era; las entradas las hemos puesto en 10 bolivianos, y la más cara es de 40 bolivianos, porque hay grupos de renombre internacional”, explicó Óscar Montes, gobernador de Tarija.

Como consecuencia de ello ya se superaron las expectativas, pues se superaron las 40.000 visitas que se tenían previstas para esta gestión.

“En materia de rueda de negocios, que es el punto central, hemos tenido 55 empresas y 550 reuniones, y una intención de negocios que ha superado los 12 millones de dólares”, aseguró la máxima autoridad de la Gobernación, organizadora de la Exposur junto con la Feicobol.

Desde el 12 de octubre hasta hoy, la Exposur reunió a sectores productivos, agropecuarios y empresariales, tanto de la región como nacionales, con el objetivo de promover el crecimiento económico.

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En los tres escenarios que habilitaron en el campo ferial se presentaron artistas tarijeños y chaqueños, además de representantes nacionales como David Castro y Lu De La Tower. En el ámbito internacional sobresalió la presencia del grupo argentino Los Nocheros.

Ante el éxito de esta versión de la Exposur, el gobernador Montes anunció una reunión, en las próximas semanas, para hacer una evaluación y planear la próxima feria exposición en el sur del territorio boliviano. 

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BoA anuncia la inauguración del hangar más grande del país

BoAFest. La aerolínea ofrece más de 100.000 boletos con el 50% de descuento.

Muestra de los quioscos digitales.

Por Marco Fernández Ríos

/ 22 de octubre de 2023 / 06:25

EXPOSUR

Como parte de las actividades para celebrar su aniversario, Boliviana de Aviación (BoA) anunció la inauguración de un hangar en Cochabamba, que se convertirá en la más grande del territorio nacional.

En la Exposur 2023, el stand de BoA muestra algunas de las novedades que buscan beneficiar a sus usuarios. Una de ellas son los quioscos digitales, pantallas táctiles que permiten reservar los mejores días y horarios para un vuelo.

“La mejor forma para encontrar boletos es usar la tecnología. Por eso hemos traído estos equipos, para familiarizar a la gente y mostrar la facilidad con que pueden seleccionar el boleto”, afirmó Ronald Casso, gerente general de BoA.

Una de las novedades es que, dentro de unas semanas, la empresa inaugurará un hangar en el departamento de Cochabamba, con capacidad para al menos tres aeronaves. “Esperamos que ahí se formen cientos de ingenieros dedicados a la aeronáutica y al mantenimiento de aeronaves, porque generará grandes oportunidades a los bolivianos”, dijo el ejecutivo.

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Con 16 años de trayectoria, la aerolínea boliviana se consolidó con 23 aviones en actividad, 120 vuelos diarios y aproximadamente 15.000 pasajeros por jornada, en rutas nacionales e internacionales, como Buenos Aires, Sao Paulo, Lima, Miami y Madrid.

Como parte de la ampliación de actividades, Casso informó que se consiguió la autorización para hacer vuelos a La Habana (Cuba), Caracas (Venezuela) y Asunción (Paraguay), y se espera hacer lo mismo con Santiago de Chile y Bogotá (Colombia).

“Hemos estado trabajando con una serie de trámites y certificaciones en cinco países, de los que tres han concluido, por lo que estamos listos para abrir la ruta a Asunción de Paraguay, a Caracas y La Habana”, recalcó el gerente.

Por otro lado, la empresa anunció el lanzamiento de la campaña BoAFest, que consiste en comercializar más de 100.000 espacios con un descuento de hasta el 50%. Esta promoción está vigente desde el 20 hasta el 31 de octubre.  

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Takesi: Un camino precolombino de leyendas y biodiversidad

Los guías comunitarios, con el apoyo de la Fundación Codespa, fueron capacitados para mostrar a los visitantes la importancia de la fauna y flora de la región.

Por la Ruta del Takesi

Por Marco Fernández Ríos

/ 15 de octubre de 2023 / 07:05

“El abuelo Coaquira, la Ulla Awicha y Llaulli Tawaco quedaron petrificados en el cerro”, relata don Primitivo para distraer a los visitantes del cansancio y dolor en las rodillas que sienten al descender el Takesi, una senda de varios siglos de existencia y también de muchas historias.

Antes de la llegada de los españoles, en la región andina había un complejo sistema vial que fue unificado por los incas. Este camino es conocido como Qhapaq Ñan, que comparten Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

En el territorio boliviano hay varios vestigios del Qhapaq Ñan, aunque uno de los mejor conservados es la Ruta del Takesi, que empieza en Palca y concluye en las puertas de los Yungas, en el departamento de La Paz.

A las siete de la mañana, no es casual que en Choquecota —último pueblo del municipio de Palca—, unas amables señoras sirvan a los futuros caminantes una suculenta y caliente sopa de trigo. Esa alimentación hará falta.

Minutos más tarde, los vehículos se detienen en el desvío de la Mina San Francisco, donde la senda se hace exclusiva para las personas y los animales de carga.

En una loma que da inicio a la caminata, don Primitivo Quispe se presenta con una pronunciación perfecta y una tranquilidad que contagiará en toda la expedición. Su serenidad también queda demostrada con su chaleco y sombrero de ala ancha que le caracteriza como guía comunitario, la mirada que contagia sosiego y las historias que va a contar.

Coca, alcohol y cigarrillo Casino son importantes para ch’allar y pedir a la Pachamama que todos lleguen en buenas condiciones al destino, mientras los rayos solares emergen en lo más alto de los cerros.

El inicio es una subida aparentemente complicada. Los primeros metros dejan sin aliento y con algo de sudor, pero el cuerpo se habitúa y el grupo se mantiene unido hasta el punto más alto de la travesía: 4.700 msnm de la apacheta de Choquecota.

A pesar del viento que traspasa la ropa, el panorama llama la atención por los cerros circundantes y el sendero que nos llevará a un precipicio de aventuras.

La caminata a través de la vía serpenteante es agradable, con vista, incluso, de alguna mina que fue explotada durante la Colonia.

Don Primitivo —quien prefiere que le llamen don Primo— está acostumbrado a recorrer estos rumbos desde sus 12 años pues, a esa edad, su papá (José Quispe) le dijo que debía ayudar a la familia en el transporte de alimentos para hacer los trueques.

“Llevábamos verduras, hortalizas, choclo, pan minero (panes grandes que elaboraban en la Mina Chojlla), maíz seco y coca, principalmente. La caminata de este lado nos tomaba nueve horas; de regreso eran como ocho horas, según la regulación de las mulas”, rememora el líder de la comitiva.

Al caminar por ese sendero de tierra y empedrado, no es difícil imaginar a don José, al pequeño Primitivo y a la mula recorriendo esos tramos para cambiar su producción por papa, chuño y charque.

Con cada paso, la expedición se llena de asombro por algunos trechos empedrados que, a pesar de los siglos, se muestran impolutos. Por otro lado, varios sectores son irregulares.

El guía dirige la última parte de la caminata por la Ruta del Takesi
El guía dirige la última parte de la caminata por la Ruta del Takesi

Al respecto, don Primo explica que esta ruta era exclusiva para comunarios y llamas, pero cuando llegaron los españoles, los caballos y las mulas se resbalaban en las piedras. Por esa razón —dice el guía— quitaron parte del empedrado, por lo que, ahora, las mulas pueden avanzar sin que haya la posibilidad de que sufran heridas en las extremidades. “Hicieron que ingresen caballos y mulas para el transporte pesado, pues ya no querían arrear 30 llamas, sino sólo 10 mulas”, afirma.

La primera parte de la caminata termina en la comunidad Takesi (3.200 msnm), una cabecera de valle donde casi todo el tiempo está nublado y ocasionalmente cae llovizna.

Hasta ese lugar, los nutrientes de la sopa de trigo de Choquecota han tenido efecto y es turno de alimentarse con un variopinto apthapi que lleva papa khati, chuño, tunta, oca, plátano postre, queso, asado, huevo cocido y pollo, entre otros. Harán falta para la siguiente parte de la travesía.

El descanso y el almuerzo parecen ser suficientes para soportar las más de cuatro horas de caminata hacia la comunidad de Cacapi. 

Da la sensación de que el descenso ahora cansa más rápido. Alguno de los visitantes sufre un calambre y tiene que caminar con mucho cuidado.

El camino tiene mucho por contar. Don Primo señala los tres senderos que transcurren en la ruta, que en algunos son estrechos y en otros son amplios, y que en muchos casos se entrecruzan. El guía explica que se trata de sendas que abrieron tanto los tiwanacotas y los incas como los mollos, quienes creían que el trazo que hicieron era mejor que el otro.

La incursión no se centra sólo en el camino, sino que don Primo lleva a sus dirigidos a sentir el silencio y distinguir el trinar de los pájaros, además de mirar con atención para reconocer a algún otro animal que se mimetiza en su entorno.

Don Primitivo muestra la papaya Salvietti
Don Primitivo muestra la papaya Salvietti Texto y Fotos: Marco Fernández Ríos

Por ejemplo, el guía hace gala de sus habilidades cuando emite un silbido particular frente a las faldas de un cerro. Como respuesta, los caminantes logran ver a varias viscachas ocultas entre las rocas.

Esta demostración es una manera para que los visitantes tomen conciencia de la importancia de la fauna y flora existente en la ruta.

“Si les hacemos dar cuenta (a los guías de la importancia de la biodiversidad) y les apoyamos, vamos a fortalecer el valor de la naturaleza con el turismo. Es bueno que las comunidades sepan de ese valor y que a partir de ello cuiden el lugar para que haya más turistas y generen recursos de manera justa”, dice Arcenio Maldonado, coordinador técnico de la Fundación Codespa.

Codespa —una ONG con 35 años de vigencia— y el Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) llevaron a cabo el proyecto “Conservación de Bosques de Polylepis (BOL 08 y BOL 13) —queñuas— a través del Ecoturismo en Takesi y Totorapata – Bolivia”, que busca proteger no sólo los árboles de queñua, sino también la biodiversidad de la región.

Maldonado refiere que los bosques de queñua son importantes porque ahí viven la remolinera real (Cinclodes aricomae) y el torito pecho cenizo (Anairetes alpinus), aves que se encuentran en peligro de extinción.

“Por suerte viven en un lugar aislado, pero puede haber amenazas porque estamos en un entorno minero y de lugares que tienen sobrepastoreo”, afirma Maldonado.

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Por esa razón decidieron promover el ecoturismo como incentivo económico para las familias. Para ello efectuaron capacitaciones en manejo de grupos, aprendizaje de la fauna o flora de la región, administración de posadas y gastronomía. En total fueron beneficiadas 15 familias.

Don Primo, como uno de los beneficiarios de este proyecto, informa de manera detallada y amena la importancia de los animales, como el oso jukumari, el cóndor, el puma, la vizcacha, la urraca collar blanco, la aurora enmascarada, el tucancillo franja celeste, la tangara de montaña vientre escarlata, el barbudo versicolor, el matorralero boliviano, el silfo de cola larga, el colibrí cola de raqueta y la metalura escamada, entre otros.

En varias partes del trayecto vale la pena estar en silencio y escuchar el trinar de las aves, para que don Primo informe de cuál se trata y probar suerte para ver alguna. Y es que en la Ruta del Takesi hay más de 34 mil especies de fauna y flora.

Fachadas republicanas en Yanacachi

El descenso continúa y aumenta el dolor en las rodillas; pero don Primo empieza a contar una leyenda.

En tiempos en que no había luz, en todo este sector habitaban seres gigantes, como el abuelo Cuaquira, quien estaba casado con la Ulla Awicha. A pesar de tener su pareja, él solía frecuentar a Llaulli Tawaco, una joven y bella cholita que aceptaba los halagos del viejo pretendiente.

Después de mucho tiempo salió el sol y, con ello, comenzó a alumbrar esas tierras. Para mala suerte de los gigantes, los rayos empezaron a convertirlos en roca, por lo que muchos se escondieron en guaridas.

Ello no ocurrió con el abuelo Coaquira, quien fue a encontrarse con Llaulli Tawaco. Preocupada por su marido, Ulla Awicha salió de su cueva para advertir a su esposo del peligro que corría.

Vanos fueron los gritos, pues el abuelo Coaquira fue alcanzado por la luz y quedó como roca, al igual que Llaulli Yawaco. Ulla Awicha, afligida por su pareja y desprotegida, también quedó petrificada.

Durante la caminata, don Primo señala tres rocas sobresalientes de los cerros que, en efecto, tienen forma del abuelo, la abuela y la amante.

Al contrario de la leyenda, las sombras empiezan a apoderarse de los cerros, pero los caminantes llegan a salvo a Cacapi, la comunidad donde la delegación pasará la noche.

Esta aldea tiene pocas viviendas, que ahora sirven como refugio para los visitantes, diferente a lo que ocurría hace un siglo, cuando era el lugar de descanso de viajeros que llevaban alimentos para intercambiarlos.

Don Primo dice que había al menos 12 tambos en los que los comunarios, ya sea de Choquecota o de los Yungas, solían dormir y alimentarse. “Cacapi era un lugar céntrico, era un lugar de encuentro y de pernocte. Si salían de los Yungas, caminaban hasta Cacapi, y el segundo día iban hasta Palca”, dice don Primo.

Aquel transitar constante disminuyó a partir de 1936, cuando abrieron un camino amplio que conduce a Sud Yungas, por lo que ahora sólo hay pocas personas que luchan por no dejar morir a Cacapi.

Una de ellas es Porfiria Gonzales, quien hace 20 años empezó a vender maíz, papa khati y charque a los turistas y ahora, con la capacitación, es capaz de preparar alimentos mejor elaborados, incluso para vegetarianos y veganos. 

El empedrado prehispánico fue habilitado para el paso de mulas

El otro factor importante de este proyecto son las agencias de turismo, que están coadyuvando en esta clase de experiencias. Una de ellas es Waliki Adventure, que ahora promueve las visitas que van más allá de ver el camino precolombino.

“Estamos cambiando la clásica visita al campamento a una forma ecoturística, más vivencial, con el uso de guías de las comunidades, alimentación, hospedaje y mostrando más flora y fauna para que las personas sepan que hay plantas y aves endémicas”, afirma Danilo Barragán, representante de Waliki y quien disfruta, como los demás, de una cena especial preparada por Porfiria.

Después de una noche en carpas cómodas y arrullados por las estridulación de los grillos, los visitantes comen un suculento desayuno yungueño para completar la última parte de la travesía.

En esta ocasión, el guía Gregorio Mamani se encarga de llevar a los visitantes por un sendero menos empedrado y, por ello, con menos dolores.

El inicio no podía ser mejor. Don Gregorio muestra las plantas de tumbo, retira los frutos maduros y deja que cada uno pruebe. Hace lo mismo con la papaya Salvietti, que se caracteriza por ser diminuta, tener pulpa blanca y tener un sabor dulce y refrescante.

Durante la incursión, el guía de Cacapi explica que esta ruta no tenía un nombre definido hasta que, en 1975, el Gobierno denominó esta ruta como Monumento Nacional Camino del Inca El Takesi, que con el tiempo se llamó sólo Ruta del Takesi.

La caminata es más tranquila, aunque duele ver los chaqueos descontrolados, que han afectado cerros enteros y el hábitat de los animales. Dicen que algunos pobladores creen que de esa manera se desharán de los osos o los pumas, pero ignoran que son animales que dan equilibrio al ecosistema y que, por hambre, se acercan a las poblaciones para alimentarse del ganado. Al final, con estas quemas, todos pierden.

El premio llega al mediodía, cuando la delegación llega a una poza de agua cristalina y fría, ideal para refrescarse un momento antes de continuar hasta Yanacachi, donde Vitaliano Fernández, militar en retiro, corredor de autos y ahora guía comunitario, da la bienvenida a los visitantes.

Como parte del antiguo camino prehispánico —dice don Vitaliano—, este pueblo era un lugar de descanso y para proveerse de víveres antes de subir al altiplano o seguir bajando a los Yungas.

En Yanacachi llaman la atención las casas antiguas, con paredes hechas de piedra, que han soportado cientos de años, y otras con balcones republicanos. También llama la atención que en comunidades cercanas haya calzadas, miradores y construcciones de piedra que —dice Vitaliano— continúan hacia los cerros, aquellos cerros que suelen leerse con los pies.

Recomendaciones. La Ruta del Takesi es complicada debido al descenso constante, que puede generar dolor en las rodillas. Por ello es aconsejable cargar en la mochila lo estrictamente necesario, llevar unos zapatos cómodos y con huella, y moverse con uno o dos bastones de trekking. Otra recomendación fundamental es no dejar basura en el camino, porque de esa manera evitamos dañar el ecosistema. La última sugerencia es contratar a un guía local para prevenir accidentes y conocer mucho más de este camino prehispánico y de gran biodiversidad.

Texto y Fotos: Marco Fernández Ríos

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