Todo apuntaba a que en el primer día de obligatoriedad de uso de barbijos en la calle —en el día 29 de la cuarentena total decretada en Bolivia debido a la emergencia sanitaria del COVID-19 — la venta de estos implementos se dispararía en los comercios. Aunque no sucedió así, casi la totalidad de las personas que circularon por el centro paceño portaban este implemento.
James Méndez (22), uno de cinco vendedores ambulantes en las cercanías del supermercado Hipermaxi de Sopocachi, contaba la mañana de este lunes 20 de marzo que “las primeras semanas todos llevaban (compraban), por pánico, ahora ya no”.
Es la misma percepción de la farmaceútica Ángela Aguirre, de la farmacia Fray Vicente Bernedo, a quien le pareció que incluso las ventas de este implemento se redujeron. Ella lo atribuye a que se las ofertas de barbijos están floreciendo por internet.
Los más vendidos
Los más vendidos en los mercados populares de La Paz estos días, de acuerdo Méndez, se llaman “hechizos”, costurados (en la parte de los sujetadores u orejeros) y hechos en tela galleta.
Su costo oscila entre Bs. 2 y Bs 2,5. Pero si se trata de los alrededores de supermercados, afirma, la gente pide más ‘los de farmacia’ que tanto en las aceras como en las mismas farmacias se pueden encontrar a un costo de Bs. 3 (antes de la pandemia estos mismos valían apenas Bs 0,8).
Aguirre advierte que las mascarillas de tela galleta y otras baratas no sirven. “Es como ponerse una bolsa”, están hechas con material reciclado, son casi plástico y no son adecuadas para inhalar.
En las calles se encuentran barbijos de todo tipo y color. Una de las compradoras que hacía fila para entrar al supermercado comentó que consiguió su mascarilla Prot 3D mediante la red social Facebook, que se ofrecen a Bs 70 y dos, por Bs 50.
Este medio también constató que otros de los protectores más solicitados a los vendedores ambulantes son las máscaras de acetato, transparentes que cubren todo el rostro.
“Yo los estoy comprando porque mis hijos trabajan y están constantemente en la calle. Uno está en la Policía, le dan implementos, pero yo quiero que esté más seguro”, contó Carmen (69), tras comprarle a Méndez los últimos que a él le quedaban de este tipo.
Y si de precauciones se trata, Raúl Harriague, un comprador del supermercado Fidalga, tomó las suyas. “Tengo esta máscara de gas desde que me fui como bombero voluntario a los incendios de septiembre, a Taperas, en San José de Chiquitos”. También cubierto por sus antiparras o gafas alcanzó a recordar, mientras hacía fila para pesar verduras, que estos implementos le debieron costar más de Bs 200.
Un decreto edil aprobado este domingo por el Ejecutivo Municipal establece que toda persona que circule por la calle debe portar barbijo de manera obligatoria “así sean barbijos hecho en casa. Toda la gente tiene que usar barbijos si está yendo a comprar a la tienda, a la farmacia… De lo contrario va, a ser sancionados de acuerdo a disposiciones que ya se han establecido”, explicó el alcalde Luis Revilla.