Bolivia hace 117 pruebas diarias de COVID-19 y es última en la región por cada millón de personas
Expertos señalan que la crisis de exámenes alienta una falsa calma por las ‘cifras bajas’ de contagios y pone en serias dudas el modelo exitoso de contención que es enarbolado por el Gobierno
No son datos alentadores. En promedio, Bolivia realiza 117 pruebas diarias para detectar o confirmar pacientes con el nuevo coronavirus (COVID-19), cuando, por ejemplo, a comienzos de mes en Chile ya se realizaban al menos 3.500 test al día.
Eso no es todo. Según un índice regional, el país está en el fondo en cuanto a la cantidad de test por millón de habitantes. Y la llegada de más reactivos persiste como una simple promesa.
Hasta el viernes en la noche, la enfermedad que azota a todo el planeta causó el fallecimiento de 44 personas y el contagio de 807 en el país. Para el Gobierno, todavía son tasas bajas con relación a otras naciones cercanas, lo que mostraría que el plan de contención basado en una cuarentena total está dando resultados, aunque hay especialistas que le ponen peros a este optimismo.
Solo tres centros pueden realizar los exámenes PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): el Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (Inlasa), en La Paz; el Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (Cenetrop), en Santa Cruz, y el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Cochabamba. Mientras, siguen pendientes los comprometidos en los nueve departamentos por el gobierno de Jeanine Áñez.
Pero hay una clave: sin reactivos, no hay pruebas. Y este material escasea. No en vano la Organización Mundial de la Salud (OMS) demanda “test y más test” para una detección temprana del virus —ante personas asintomáticas que son un riesgo de contagio— y llevar a cabo un aislamiento y un tratamiento precoces de los infectados. En Bolivia, la carencia de estos compuestos despierta preocupación.
O sea, tener “pocas” personas diagnosticadas con COVID-19 con relación a otros países de la región no implica un alivio; expertos ya advirtieron que puede ser lo contrario, porque demuestra las limitaciones para la detección de contagios. Vale la pena recordar la alerta expresada por el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich: se estima que de cada 100 personas que se infectan, 75 no tendrían síntomas.
Mejora. Bolivia ha ido mejorando levemente en los exámenes diarios, pero está todavía a años luz de otros países. Hasta el viernes 17 de abril se habían realizado 3.617 pruebas, lo que dividido por 39 días (tomando en cuenta que los dos primeros pacientes fueron confirmados el 10 de marzo), da un promedio de 92,7 test diarios. Al viernes 24, la cifra subió a 117, con 4.490 diagnósticos aplicados.
La plataforma Worldometers maneja otros datos que no cambian el panorama, de acuerdo con su contabilización por nación sin cálculo de promedios. Por ejemplo, indica que el 16 de abril Bolivia tenía 2.155 tests acumulados y 187 se realizaron ese día. Dos jornadas después hubo un salto, 3.569 y 306, respectivamente. Aunque las cifras se congelaron del martes 21 al viernes 24, con 4.420 y 379.
En resumen, desde el 10 de marzo se implementaron pruebas por un número que se acerca a lo que Chile realiza en un día, tomando la cifra dada el miércoles 15 de abril por el embajador de Ciencia y Tecnología, Mohammed Mostajo-Radji, de que el sector público de ese país realiza 3.500 test diarios, aunque tiene una población de 19 millones de habitantes (en Bolivia se superan los 11,5 millones).
Un vecino muy cercano, Perú, con más de 30 millones de habitantes, triplica en un día todos los exámenes realizados por Bolivia. El periódico El Comercio informó el jueves que había 20.914 casos positivos y 572 muertes; la tasa de crecimiento de contagios ascendió al 7,6%. Y solo ese día se aplicaron 14.838 pruebas; más aún, las acumuladas desde el paciente cero son 185.238.
Laboratorios. Hace dos semanas, el anterior titular de Salud, Aníbal Cruz, admitió que en Bolivia se hacen al menos 180 diagnósticos al día. Tras prometer nuevamente más laboratorios equipados, se animó a decir que con ellos se garantizaría hasta 1.342 test diarios.
Su sucesor, Marcelo Navajas, fue más cauto a la hora de brindar un guarismo: hasta 300 por jornada. Y la última cifra fue brindada por Mostajo-Radji.
Por Facebook llegó el nuevo compromiso gubernamental. Mostajo-Radji anunció que tras un “esfuerzo gigantesco” se accederá a la compra y donación de 450.000 pruebas, y con la labor de los laboratorios de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Sucre y Tarija (estos dos últimos por entregar) se procesará hasta 3.102 test al día.
Y el nuevo plazo para el arribo de este material es en las próximas semanas.
Paralelamente, hay otro dato desalentador. La Sociedad Boliviana de Bioquímica Clínica (SBBC) expone que, según datos del portal argentino Infobae hasta el 2 de abril, Bolivia está en el fondo del índice regional sobre pruebas hechas por cada millón de habitantes, con 52 exámenes. En la cúspide está Chile, con 1.843, y le siguen Panamá (1.163), Costa Rica (609), Ecuador (467) y Uruguay (463).
De la mitad para abajo se encuentran Perú (386), Colombia (364), Brasil (218), Argentina (157), México (75) y Bolivia (52).
Para Álvaro Justiniano, presidente de la SBBC, esto demuestra que el país es uno de los Estados de Latinoamérica que menos pruebas hace, porque el Gobierno pensó que el virus iba a demorar mucho en llegar a Bolivia y las autoridades no tenían todo preparado y hasta ahora siguen en esa situación.
“Aún se ve que siguen implementando salas de terapia intensiva, equipamiento de bioseguridad. El país se quedó sin insumos para proteger al personal y lo mismo pasa con los reactivos. Como no hay pruebas, se dan silencios epidemiológicos de aparentes éxitos que se estuvieran dando y cuando se logran hacer las pruebas, se llega a encontrar gran cantidad de pacientes infectados, es un gran problema”.
Explica que si bien la OMS no avala plenamente las pruebas rápidas (sobre las que el Gobierno dijo que no tienen fiabilidad plena), en Bolivia se va a tener que pensar en usarlas ante la alta demanda de test. Además, remarca que Inlasa alertó de que no cuenta con reactivos para los exámenes de laboratorio, por lo cual hay el riesgo de que los centros estatales se encuentren sumergidos en el colapso.
“Por ello deben reconocer que si no existen pruebas de laboratorio, no existe paciente confirmado y así se da un falso silencio epidemiológico, y eso se traduce en una falsa calma de que no está pasando nada. Pensamos que se debe dar paso a pruebas rápidas, caso contrario es grande el riesgo de que comiencen a aparecer gran cantidad de contagios y no se puedan tomar medidas adecuadas”.
Pedro Flores, representante de una sociedad científica que aglutina a biólogos, epidemiólogos, laboratoristas químicos, entre otros, advierte que en el país el Gobierno no ha llegado ni siquiera al 1% de los tests que se realizan cada día en el planeta. “En promedio se realizan 100 al día en Bolivia. Necesitamos hacer pruebas oportunas, porque del 100% de la población, el 80% es asintomática”.
“Lo único seguro en Bolivia sobre el COVID-19 son los muertos, porque al no tener oportunamente las pruebas los resultados que se dan son de dos días anteriores, por lo que tardan en presentar los análisis. En el mundo, todos los que masificaron los tests aislaron a tiempo a los asintomáticos y ese es su éxito en pocos casos, como Corea del Sur, Japón, y Nueva Zelanda hizo pruebas a toda su población”.
Ya lo afirmó el ministro Navajas el anterior domingo, al informar que en un mes de confinamiento en suelo boliviano se habían realizado 3.900 test, lo cual es un “número bajo y estamos priorizando pacientes con ciertas características clínicas. Nadie está tratando de mezquinar una prueba, al que necesita se le hace”. Eso sí, remarcó que “para nadie es desconocido que no podemos desperdiciar pruebas”.
El anterior fin de semana, en un video de la cuenta de InterBolivia, el politólogo Jorge Richter planteó que en Bolivia no se hacen pruebas porque el modelo de lucha contra el coronavirus que se le presenta a los bolivianos se asienta en números paupérrimos y es catalogado como exitoso por funcionarios del Gobierno para sustentar las medidas de contención. “Y eso no es verdad. Aparenta ser exitoso porque las cifras son pequeñas y no se realizan testeos. Así, los contagios son anónimos y caminan anónimamente en la sociedad o están en sus casas”. (25/04/2020)