La pandemia demanda que las enfermeras trabajen 24 horas y atiendan hasta 30 pacientes
Este martes es su día, pero debido a la pandemia la única celebración que tendrán es estar juntas en el trabajo.
Tras las renuncias, licencias y jubilaciones de las enfermeras por miedo a contagiarse con el coronavirus COVID-19, las que quedan al frente hacen turnos de 24 horas y atienden hasta 30 pacientes en su batalla diaria contra la pandemia.
Este martes 12 de mayo se recuerda el Día Internacional de la Enfermera en ocasión del nacimiento de Florence Nightingale (1820-Londrés, 13 de agosto de 1010), precursora de la enfermería. Hasta 2009, Bolivia contaba con 18 mil de ellas en servicio, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este año, debido la pandemia, la única celebración será estar juntas en el trabajo, a pesar de las aún inadecuadas condiciones de bioseguridad en los hospitales centinelas y bajo el riesgo de ser contagiadas con el virus, manifestaron a La Razón Digital las profesionales.
“Es desesperante la situación, entramos al hospital con el Jesús en la boca, porque no sabemos cómo vamos a salir”, contó, por ejemplo, Sonia Astete, quien hasta hace dos semanas era la Jefa de Enfermeras del Hospital Juan de Dios de Oruro.
“Somos carne de cañón”, dijo y recordó que las enfermeras son las primeras en entrar en contacto con los pacientes. Contó que en San Juan de Dios entregan solo dos gorras y dos barbijos para las 24 horas de trabajo, cuando algunos de estos materiales tienen solo hasta cuatro horas de duración.
Las deficientes condiciones de bioseguridad en centros centinela de COVID-19 derivó en que algunas de ellas renuncien por temor a contagiarse, otras pidieron licencia y un tercer grupo se jubiló. Las que quedaron se organizaron en turnos de hasta 24 horas, contó la coordinadora de Recursos Humanos del Ministerio de Salud, María Elena Huanaco.
“Trabajar 24 horas no es legal, es cansador, hay exposición del personal, pero es una forma de que la enfermera esté dos veces a la semana en hospitales; la norma dice atención de 12 a 14 pacientes en internación, pero ahora la atención es de 25 a 30 enfermos”, indicó.
Si bien es el médico quien hace la valoración de los pacientes, las enfermeras son las que están más tiempo con ellos, saben de los tratamientos y las necesidades fisiológicas y psicológicas de los internos.
Pero el temor no solo está presente cuando se encuentran en el hospital, sino incluso cuando llegan a sus casas porque no saben si los cuidados que tuvieron fueron suficientes. “Tenemos alguien esperándonos, antes de saludarlo debemos quitarnos la ropa, los zapatos y bañarnos”, relató Astete.
Agregó que también deben luchar con la discriminación en su entorno. “Hemos visto llorar a la gente, les han pedido desocupar el cuarto. Nosotros no discriminados cuando llega un paciente con VIH, con sarampión. En lugar de alentarnos, nos desalienta”.
Inequidad de derechos laborales
En Santa Cruz, región más azotada por la pandemia, de las 2.300 enfermeras que trabajan en el sistema de salud público y la seguridad social, solo el 40% tiene estabilidad laboral, el 60% trabaja bajo contrato, en segundo nivel y provincias, informó Leonor Flores, presidenta del Colegio de Enfermeras de Santa Cruz.
Reclamó por está inequidad que hay con otros profesionales en salud, pues una sola enfermera llega a atender a decenas de pacientes y vacuna hasta a 400 personas. “Estamos firmes en esta pandemia, pero esta enfermedad desnudó las malas situaciones laborales”.
Huanaco reclamó por una representante de este gremio a nivel nacional y dijo que hasta antes de 1996 había quién vele por los derechos labores y de trabajo. Esther Moldes fue la última jefa nacional de enfermeras.
Según Hilaria Cortez, responsable del Programa de Enfermería del Servicio Departamental de Salud (Sedes) La Paz, para la enfermera no hay fines de semana ni feriados. “La enfermera se da modos de improvisar los equipos de bioseguridad”.