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Bloqueadores impidieron auxilio oportuno a ciclista accidentado en Cochabamba

El reloj marcaba aproximadamente las 11:45 del lunes 18 de mayo, cuando Antonio Ricaldez Rojas, un profesor del valle alto de Cochabamba y también músico, circulaba por la antigua carretera Cochabamba-Santa Cruz, a la altura del Km 10, a bordo de su bicicleta montañera roja. Se dirigía desde su residencia, en Punata, a la ciudad de Cochabamba.

En inmediaciones de uno de los puntos de bloqueo —instalados hace varios días por personas que piden la renuncia de la presidenta Jeanine Áñez y el levantamiento de la cuarentena, entre otros puntos— el ciclista chocó contra un promontorio de piedras colocado en la vía.

Debido al golpe que sufrió en la cabeza y dado que se encontraba sin casco, Ricaldez resultó gravemente herido. “Se golpeó muy duro la cabeza, quedó inconsciente”, contó a La Razón su amigo Ariel Antezana, gestor cultural de Cochabamba.

Falta de auxilio

Después de reaccionar ante la brutal caída, el profesor “continuó su circulación a pie empujando su bicicleta, el conductor llegó a la extranca, perdió el equilibrio y se desplomó nuevamente”, de acuerdo con el reporte policial. No se volvería a levantar.

“La dueña de la tienda, al ver que se desmayó, llamó a una ambulancia, supongo que es Cliza, y le dijeron que estaban colapsados, que llame a Cochabamba. Lo hizo y ellos le dijeron que no pueden pasar el bloqueo del km 4, desde aquí que es la entrada al botadero de K’ara K’ara, hay puntos de bloqueo y ahora en Cochabamba nos estamos inundando en basura porque (los bloqueadores) no dejan entrar a los carros basureros ni a nadie”, contó Antezana.

Explicó además que la mujer se contactó con un amigo de Ricaldez, quien acudió al lugar y estuvo esperando por socorro unas tres horas, hasta que a las 15.30 aproximadamente llegó la Policía.

«La demora fue por los mismos motivos, los bloqueos que no dejan ni pasar a la Policía”, lamentó Antezana.

“Las personas que se encontrarían bloqueando  las vías se negaron a auxiliar, según versión de los vecinos del lugar”, dice el reporte oficial de Tránsito.

Destacan su aporte social

Ricaldez “tenía una banda de death metal en Cliza: Puchichi Ortu Mucosis y junto con su hermano, el Mortuus, eran quienes hacían llegar bandas de metal hasta su tierra. El Toñito era un gran hombre profesor en el Valle Alto”, resaltó Antezana.

“Fue un gusto haber crecido a tu lado, sonreír junto a ti, pelearnos de cosas banales, y sobre todo haber tenido esas charlas tan largas para así poder derrotar al sistema, lo cual nos conducía a veces a discusiones, son cosas que jamás podré olvidar, y sobre todo tu sencillez de mirar la vida y tu humilde personalidad. La última vez que pisamos juntos un escenario fue en Santa Cruz, donde sobre saliste con tu excelente y magistral voz, y como siempre con esa chispa que te caracterizaba”, publicó en su cuenta de Facebook su hermano de vida y de arte, Mortuus Sepulcro.