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En cuarentena, ‘al violento, lastimosamente, se lo tiene 24 horas del día, siete días a la semana’

La violencia en los hogares es multifactorial y uno de estos factores en el caso boliviano es su normalización. “En muchos hogares no se distingue lo que es violencia o qué (es) cultural”, explica a La Razón la presidenta del Colegio Departamental de Psicólogos de la Paz, Verónica Alfaro.

“Pese a estar en pleno siglo XXI, las personas justifican el maltrato recibido, apuestan por que algún día la situación de violencia cambie y de esa manera no buscan ayuda psicológica y menos de las instituciones que deben velar por su bienestar”, agrega.

Alfaro es psicóloga, master en Ciencias e Investigación Forense, tiene diplomados en Psicología Forense y Criminal, Violencia Familiar y Sexual.

Ella es responsable del Comité Científico de la Sociedad Boliviana de Ciencias Forenses, es integrante de la Sociedad Interamericana de Psicología y  de la Asociación Latinoamericana de Psicología Jurídica y Forense.

— Pese a las medidas de prevención estatales, la violencia en esta cuarentena no ha disminuido. ¿Por qué sucede esto?

—   Los casos de violencia intrafamiliar en esta cuarentena se han incrementado debido a que las parejas o familias ya contaban con antecedentes de algún tipo de maltrato, y estas conductas, debido a la situación (cuarentena), se intensifican. Sabemos que la violencia no se presenta de un día para otro o que obedece a un único factor estresor; es más bien una sistematización de conductas que cada día se incrementan tanto en cantidad como también en gravedad.

— ¿Por qué se manifiesta esta conducta con mayor virulencia en esta condición de aislamiento?

–En cuarentena la persona agresora ya no sale de su hogar a trabajar o a realizar sus actividades. Ahora, lastimosamente se la tiene las 24 horas del día, los siete días a la semana, demostrando toda su frustración, miedo e insatisfacción convertida en muchos casos en ira, menosprecio o agresividad hacia los más débiles; pudiendo ser su pareja, un adulto mayor, los hijos e inclusive las mascotas.

–La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) habilitó líneas telefónicas gratuitas para ir al auxilio de las víctimas. ¿Es esto suficiente?

— La FELCV tiene líneas gratuitas propias y también ha realizado alianzas estratégicas con otras instituciones como Unicef, el Colegio Departamental de Psicólogos de La Paz, la Universidad Católica San Pablo, con la línea Familia Segura, que ayudan mucho tanto en la prevención, en fortalecer lazos saludables y no llegar a situaciones de maltrato, como también de ayuda y rescate inmediato y en brindar terapia psicológica a víctimas.

Sin embargo, considero que hay mucho por hacer, porque en muchos hogares no se distingue lo que es violencia o qué (es) cultural.

Pese a estar en pleno siglo XXI, las personas justifican el maltrato recibido, apuestan por que algún día la situación de violencia cambie y de esa manera no buscan ayuda psicológica y menos de las instituciones que deben velar por su bienestar.

También se ve personas que no saben gestionar sus emociones de frustración, miedo, intolerancia. No reconocen que aquello está mal. Adicionalmente, nuestra sociedad permisiva que, a partir de comentarios, música, medios, sigue aumentando en la mente de estas personas pensamientos distorsionados de nuestra realidad.

La responsabilidad de vivir sin violencia no es solo de la FELCV, es un papel de la sociedad en su conjunto; por tanto, nos falta mucho, nos falta cambiar paradigmas hacia el respeto, hacia una convivencia basada en el respeto, la responsabilidad, la toma de conciencia de nuestros propios actos y la resolución de conflictos mediante el diálogo y la cultura una cultura de paz.

— ¿Por qué se ejerce violencia dentro de un hogar?

— Se podría resumir como expresa Echeburúa y de Corral (2002). Consideran que la “conducta violenta en el hogar es el resultado de un estado emocional intenso – la ira – que interactúa con unas actitudes de hostilidad, un repertorio pobre de conductas (déficit de habilidades de comunicación y de solución de problemas) y unos factores precipitantes (situaciones de estrés, consumo abusivo de alcohol, celos, etc.), así como de la percepción de vulnerabilidad de la víctima”.

Las historias de violencia dentro un hogar por lo general están marcadas por la desproporción o relaciones asimétricas en la pareja. Por ejemplo, una de las personas es el gobierno y todos los demás, incluida la pareja son el pueblo; el gobierno da órdenes, los demás acatan; el gobierno maneja la economía y los demás deben someterse, etc.

Cuando no existe equilibrio en una relación, generará disconformidad, frustración, rechazo, sentimientos de indefensión, dependencia, por un lado, y, por el otro, sentimientos de poder, manipulación. La violencia en el hogar se produce bajo el influjo de diferentes factores que actúan a la vez, pero donde se tienen la percepción real de contar con una víctima que lo soporte.

— ¿Cuáles son las características de un agresor dentro del hogar?

— Según Dutton, hay tres perfiles básicos:

1)  El agresor psicopático. Responde a un patrón de desconsideración extrema hacia toda norma social, puede tener antecedentes delictivos, carece de empatía y su objetivo es dominar a la víctima.

2) Agresor hipercontrolado. Su perfil más bien es de ‘evitación’ y agresión pasiva, hasta que la ira aparece desbordada por la acumulación progresiva de sus frustraciones.

3) Agresor inestable. Tiene una incapacidad para describir sus sentimientos, gran temor a la intimidad y sobre todo temor al abandono. No dejan de agredir hasta que sus celos y su ira se hayan descargado.

Entre otras características tenemos: que pueden ser personas con autoestima baja y mediante la agresión a su familia o a los más débiles tratan de compensar con sentimientos de poder. La agresividad es una condición innata para todos, y resolver problemas basados en violencia, se la puede comparar con los animales, donde no tienen otro recurso que la pelea para poder conseguir lo que desean.

Este tipo de personas, por lo general, no se reconoce como agresora, justifica sus actos; los niega o los minimiza.

Hay también factores sociales que se suman como reforzadores, como decía; en la música tenemos ideas distorsionadas de lo que debe ser una relación de pareja sana, entre otros; tenemos la permisividad ante actos violentos, en las familias o instituciones.

El tema de violencia dentro los hogares es multifactorial y se requiere una serie de análisis por cada familia que se ve en esta situación.

— ¿Por qué los adultos golpean a los niños que no pueden defenderse?

— Cuando un padre golpea a un niño, no es porque el niño haya generado un problema, es porque el padre tiene un problema. Porque un niño difícilmente podrá defenderse de un adulto. Una de las razones fundamentales del porqué los padres pegan a sus hijos, es porque ellos también han sido violentados a su edad como forma de disciplina. No existe límites entre lo que es un castigo de lo que es maltrato.

Existe también una teoría de la frustración-agresión, que se refiere a que si en el trabajo se sintió agredido y no pudo canalizar ese sentimiento, al llegar a casa descarga toda su frustración en los seres más débiles, que son los niños. Si le sumamos que este padre no tiene control de sus impulsos, no tiene conciencia de sus actos en momentos de estrés, se convierte en un sujeto de riesgo para la normal convivencia en el hogar.

— Si vemos un acto de violencia en nuestras casas o con los vecinos, ¿cómo debemos actuar?

— Si somos testigos de un acto de violencia, debemos pensar que existe riesgo para un ser humano; si no somos capaces de intervenir, por miedo a las represalias, lo mejor es pedir ayuda a las instituciones llamadas por ley.

Es difícil para muchos denunciar un acto de violencia dentro el hogar, por las represalias de la propia familia. Pero si no se pone un límite, si nadie interviene, considerando que la violencia crece, esta situación va a ser irreversible por los daños de los que la generan y de los que la presencian.

En varias ocasiones cuando sucede un hecho de feminicidio, cuando se pregunta a los familiares sobre antecedentes de violencia, indican conocer; pero si estas personas hubieran actuado en su momento, tal vez se hubiera salvado una vida. Psicológicamente hablando, muchas de las personas que callaron, tendrán sentimientos de culpa recurrente.

— ¿Cómo debemos actuar si la violencia se ejerce dentro de mi hogar?

 — Cuando la violencia se produce en el hogar, por más sutil que esta sea, lo indicado es convencer a los sujetos en cuestión a que busquen ayuda psicológica. Muchos de los conflictos de pareja o familiares tienen solución con profesionales especializados.

Si la situación es más complicada, o uno de ellos no acepta, es preferible recurrir a instituciones que le obliguen a participar de procesos psicoterapéuticos enfocados en su problemática. Algunos podrán ser sobre el consumo de alcohol, sobre el manejo económico, el control de sus impulsos, etc. Todo esto ayuda a mejorar la vida dentro un hogar y no esperar a que la situación sea irreversible con saldos fatales.

 — ¿Y si soy yo la víctima?

— En caso de ser la víctima, muchas veces tengo el cerebro muy bien adoctrinado en el sentido de ser la culpable de todo lo malo que ocurre dentro el hogar. También tener pensamientos de indefensión y de inutilidad que se han ido generando poco a poco en la mente hasta convencerme de tal situación. Si justifico el daño que me hacen sentir, debo buscar ayuda psicológica para reencontrarme conmigo misma, con aquella persona que fui un día y que debo volver a ser. Una vez que me sienta lo suficientemente estable, tendré la posibilidad de tomar mis propias decisiones sobre mi vida.

Si la situación está insoportable, si cada día me siento mal por la forma del trato que recibo, puedo realizar la denuncia respectiva para que me brinden el apoyo multidisciplinario de las instituciones llamadas por ley.

Trataré de evitar consejos de la amiga, de la comadre, del padrino, porque ellos no arreglarán la situación; este tipo de problemas solo se resuelve poniendo fin con ayuda profesional.

— ¿Cómo debo actuar si conozco de una persona que ha sido víctima de intento de feminicidio?

— Si no soy su psicoterapeuta, debo actuar de manera normal como ha sido anteriormente. Lo peor para una víctima es que la traten como eterna víctima. Tampoco preguntarle por los detalles, ya que es una situación difícil por la que ha atravesado y puedo generar rebrote de síntomas psicológicos que tal vez ya los haya controlado. Si estoy con esa persona por conocer los detalles, debo buscar ayuda psicológica, porque ese es un indicador que la que tiene pensamientos morbosos y está realmente mal, soy yo.

— También hay víctimas de violación…

— La población debe entender que, frente a una víctima reciente de violación sexual, debe acompañarla a las instancias llamadas por ley a realizar la denuncia y el examen médico legal. La víctima se sentirá más segura junto a una persona de su confianza. Le dará seguridad para continuar con las acciones legales, que son complicadas y en algunos casos sancionadoras. No debe preguntar, más bien debe tratar de escuchar lo que quiera decir. Si quiere llorar, dejar que lo haga y esperar con paciencia.

Una violación produce un desequilibrio emocional muy fuerte. Debido al estado en que se encuentre, debe estar en estos momentos acompañada de su red de apoyo, familia, amigos más allegados. Se debe tratar de evitar que esté en las redes sociales, ya que algunos mensajes pueden ser denigrantes. Y solicitar ayuda psicológica especializada para una intervención en crisis.

(25/05/2020)