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Embajador de Rusia: Contra el COVID, no solo queremos venderla, ofrecemos cómo producir la vacuna

El 11 de agosto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció que su país patentaba la primera vacuna en el mundo contra el Covid-19, la Sputnik-V (‘Satélite’ en ruso, y V por ‘vacuna’). Inmediatamente surgieron las dudas de otros países acerca de la efectividad de dicha vacuna, objetando el tiempo récord en que había sido producida y el que —se alega— no haya pasado aún la tercera fase de las pruebas, la masiva.

Rusia informó que esa tercera etapa empezó el 12 de agosto. Producida por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya del Ministerio de Salud de Rusia, a la fecha ya hay el pedido de al menos 20 países para aplicarla, explica el embajador ruso en Bolivia, Vladimir Sprinchan.

Pero no se trata solo de la venta del producto, enfatiza, sino también de la oferta, transfiriendo tecnología, de que los países compradores la produzcan.

Tal es el volumen de vacunas que se necesitará que un solo país no alcanzará a producir lo suficiente, señala el diplomático. A la objeción de la rapidez con que se patentó la Sputnik-V, expertos ya reconocieron que todos están trabajando en tiempo rércord (una vacuna lleva al menos dos años en consolidarse); el embajador Sprinchan añade: Y es que nosotros no partimos de cero.

—¿Por qué fue tan rápida la vacuna rusa? Países y expertos expresaron sus dudas.

—Porque las investigaciones no se iniciaron de la nada. Se realizaron en base a una vacuna que fue elaborada hace 15 años contra el Ébola, porque el Ébola como el coronavirus son un tipo de la influenza; fue necesario solo modificar un poco esa vacuna, por eso se realizó más rápido, no solamente en investigación sino también en verificación en los tres estadios. Además, ayer mismo en Rusia se anunció otra vacuna, también contra el coronavirus, con otra tecnología; así, allí se preparan entre cinco y seis tipos de vacuna.

Rusia no se concentra en una sola; la Sputnik-V, además, tiene unos límites de edad y de peso; la que se acaba de terminar es para otras categorías de población.

—¿Cómo piensan distribuir o vender la vacuna?

—La implementación de la vacuna en los mercados extranjeros ha sido encomendada al Fondo de Inversión Directa de Rusia, que está listo para discutir con socios internacionales por pedidos preliminares para el suministro de vacunas, su producción por contrato, la capacitación de empresas extranjeras, así como la posibilidad de transferir tecnología y realizar ensayos clínicos. Usted entiende que la necesidad de la vacuna es muy grande, y además producirla rápido, por eso Rusia busca varios socios extranjeros para transferir la tecnología rusa para industrializar la vacuna en otros países; para América Latina está Brasil. No se va a industrializar solo en Rusia, sino también en otros países; así como con Brasil, hay contratos con países en Asia, en Europa.

—Se habla de 20 países que ya pidieron la vacuna rusa.

—Sí, algunos de ellos son los Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Brasil, México, India, Palestina,

Argentina, Jordania, Israel; de la Comunidad de Estados Independientes [de la ex Unión Soviética], Kazajistán, Moldavia, Kirguistán, entre otros.

—¿Con Bolivia, qué acercamientos hubo?

—Informamos a los servicios relevantes de Bolivia sobre las perspectivas de cooperación en esta área, estamos listos para presentar la asistencia necesaria de contactos (en Rusia) con el Ministerio de Salud o con la empresa que éste designe para las negociaciones con nuestro Fondo.

—La ministra de Salud, María Eidy Roca, dijo que no se cierra a comprar la vacuna rusa, pero que interesa mucho la seguridad y eficacia de la misma. ¿Cuándo será posible esto último?

—En caso de que las autoridades de Bolivia estén interesadas, preferimos trabajar con los socios específicos de las agencias gubernamentales, evitar las trabas burocráticas, en el marco de un contrato de suministros; en caso de alguna duda, aseguraremos que la transferencia a los compradores de la vacuna rusa se la llevará a cabo después de la certificación completa del medicamento en Rusia. Y se la venderá solo cuando el regulador nacional boliviano permita su adquisición; la vacuna es un medicamento, por eso tiene que seguir todas las condiciones necesarias para un medicamento; sin el permiso y verificación de la agencia reguladora nacional, claro que no se va a exportar la vacuna hacia Bolivia, como a cualquier otro país.

Rusia no empuja, no insiste en vender la vacuna sin la autorización de las autoridades del país.

—¿Siempre la negociación de compra o producción de la vacuna será de Estado a Estado?

—La negociación puede ser entre una empresa privada o pública pero que esté designada por el Gobierno, porque la salud es una responsabilidad del Gobierno. Además, es un bien de ayuda a toda la gente del país y no solamente de beneficio para una empresa. Nosotros entendemos que en lo de la vacuna contra el COVID hay una competencia, pero nosotros presentamos nuestra vacuna sin hacer comentarios negativos sobre las otras vacunas, sobre las otras ofertas; podemos ofrecer colaboración sin irritar otros contactos.

—Ahora, contra el COVID, parece que lo más adelantado es lo del Avifavir, ya para tratar pacientes.

—Sí, con este medicamento ya para tratar a personas con COVID la cosa está más avanzada. En Bolivia hay una empresa, Sigma Corp, de Cochabamba; está negociando con nuestro Fondo y con la empresa que lo produce para importar a Bolivia un monto bastante grande, que será no solo para Bolivia sino también para países vecinos. Bolivia se convertirá en un centro de distribución del medicamento en la región. Yo conozco que esa empresa presentó a la Agemed [Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud] todos los materiales, las pruebas necesarias para recibir un certificado, una aprobación de importación de este medicamento.

Sé que en estos días en Agemed se analiza estos materiales para tomar una decisión. El Avifavir ya se utiliza en mi país. Ahora, se usa solo para tratar a pacientes activos en los hospitales, con atención médica; no se puede tratar en las casas, no es para casos leves, es para casos graves en hospitales.

—Ahora, para que la opción boliviana por la vacuna rusa prospere, necesitamos estar en buenos términos como gobiernos. Hay varios proyectos iniciados con el anterior. ¿Cómo está, por ejemplo, la cooperación Gazprom-YPFB?

—Cuando se instaló el gobierno interino, yo me reuní con varios ministros que tenían que ver con asuntos de cooperación bilateral con Rusia. Y, claro, lo primero fue la cooperación en hidrocarburos. Hace un año, en julio de 2019 se aprobó un borrador de convenio entre Gazprom y YPFB sobre investigación, extracción, industrialización y transporte de gas del proyecto Vitiacua, en Chuquisaca, un proyecto de 1.200 millones de dólares de inversión de Rusia; en el caso de este proyecto se confirmó la intención del gobierno de la señora Áñez de continuarlo, pues es un proyecto de desarrollo no solo de materia prima, sino de industrialización de hidrocarburos.

—¿Hay alguna obra concreta o siguen en tratativas?

—Está en tratativas, porque usted conoce que lamentablemente cambiaron los presidentes de YPFB, y por eso las negociaciones continúan.

—En el caso de la planta nuclear en El Alto parece que era lo más avanzado, lo que estaba haciendo Rosatom.

—Sí, ese proyecto es una prioridad en nuestras relaciones económicas. No solo es un proyecto económico, sino de tecnologías avanzadas.

Hasta octubre del año pasado se avanzó más de 80% de la construcción, más o menos 60% de importación de equipamiento especial. El (nuevo) Ministro de Energías visitó nuestro centro, en febrero, y también confirmó la disponibilidad del Gobierno de Bolivia de continuar la construcción de ese centro; ahora estamos en una pausa por el COVID. Pero, aparte Sprinchan fue nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Federación de Rusia en el Estado Plurinacional de Bolivia el 26 de julio de 2017.

—¿Hay algunas fechas de conclusión?

—Lamentablemente no podemos asegurar las fechas que fueron establecidas a la firma del contrato.

Se hablaba de la primera fase en 2021, y el término final en 2023; pero ahora creo que se va a cambiar a un poco más tarde. La tarea principal de esa planta, que no es planta, es un centro científico, será preparar materiales de medicina nuclear para enfermedades de cáncer.

—¿Los otros proyectos?

—Es importante señalar que tenemos una comisión intergubernamental de cooperación económica y comercial; allí se analiza varios temas de la agenda bilateral, en agricultura, minería, medioambiente, salud, etc. La última sesión de esa comisión fue el 17 de mayo. Rusia propuso una hoja de ruta de cooperación, de 35 páginas; el gobierno interino espera las elecciones para analizar de nuevo estos temas.

—¿Cooperación con las Fuerzas Armadas? Ya había acuerdos firmados.

—La esfera de cooperación militar es un tema delicado. No se anuncia todo para todo el mundo. Pero, también tenemos una comisión de cooperación técnico-militar y en la última reunión del 19 de julio se presentó un interés de incrementar esa cooperación en seguridad, en capacitación de oficiales; pero usted entiende que en las condiciones del gobierno interino, todo se posterga para después de las elecciones.

—Se entiende, no puede decidir muchas cosas.

—Sí, tiene unos límites de sus posibilidades y mandatos.

—Habrá que esperar al nuevo gobierno

—Rusia desde los primeros días del nuevo gobierno presentó su posición de que está por la solución pacífica [de los conflictos]. Rusia está lista para cooperar con cualquier gobierno elegido legalmente, independiente del color político.

DATOS PERFIL

Nombre: Vladimir Ivanovich Sprinchan Nació: En Moldavia, el 31 de agosto de 1957.

Profesión: Diplomático. Cargo: Embajador Plenipotenciario de la Federación de Rusia.

El embajador aclara que la vacuna Sputnik-V primero será para los grupos de mayor riesgo de contagio, como médicos, maestros (en Rusia); después, en octubre o noviembre, se la aplicará a otros sectores de la población. Será una vacunación voluntaria, a pedido.