Inca: El proceso de ayuda humanitaria para las víctimas de Senkata avanzó en 95%
En cambio la entrega de “ayuda humanitaria” a las víctimas de Sacaba, según el cálculo del activista David Inca, solo avanzó entre 20% a 30%.
David Inca, activista de derechos humanos que apoya a las víctimas de las masacres de 2019 durante el gobierno de Jeanine Áñez, informó este viernes que, a dos años de lo ocurrido, el proceso de la entrega de la “ayuda humanitaria” avanzó en 95% a favor de las víctimas de Senkata.
“El proceso de ayuda humanitaria se ha presentado ya con el Decreto Supremo 4176 (del gobierno de Áñez) y sobre esto sí podríamos informar que un 95% se ha cumplido para las víctimas de Senkata”, dijo Inca en una entrevista con La Razón Radio.
Porque, según detalló el activista, muchas de las víctimas ya recibieron, por ejemplo, atención médica, subsidio alimentario, fuentes de trabajo, becas universitarias o de institutos técnicos.
Asimismo, “todas las familias de los fallecidos han recibido los Bs 100.000 de ayuda humanitaria; entonces de ese sentido hay avance”, agregó.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con las víctimas de Sacaba, para las que, según el cálculo del activista, solo hay un avance de entre 20% a 30%.
Es decir, ellos todavía “no tienen todos estos beneficios y justamente la marcha (del pasado mes de octubre) también se ha hecho para ayudarlos” en ese sentido, señaló.
Además, recordó que todavía se debe ejecutar un plan integral de reparación, recomendado por el propio Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
“Y justo ayer tenían que haberlo presentado (ese plan los del) Ministerio de Justicia públicamente, pero no lo han hecho; entonces, si ellos no avanzan en este plan de reparación integral, estamos quedándonos en una espera que desespera”, afirmó.
Las masacres de Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto) dejaron una veintena de muertos el 15 y 19 de noviembre de 2019, respectivamente, y, según la investigación del GIEI, hubo uso excesivo de la fuerza pública e incluso ejecuciones sumarias.
Patricia Tappatá, una de las investigadoras del equipo, dijo sobre esos episodios que “el GIEI no duda” de que fueron masacres.