Víctimas colaterales: hospital y terminal quedaron con daños por los conflictos de Adepcoca
En el caso de la terminal Minasa, los daños fueron calculados en Bs 103.000; en el hospital San Francisco de Asís se presentaron daños en su infraestructura y pacientes pidieron su traslado.
La quema del mercado paralelo de Adepcoca. Foto: Rodwy Cazón
Sin tener algo que ver, la Terminal Interprovincial de Minasa y el Hospital San Francisco de Asís sufrieron las consecuencias de los conflictos por el comercio de coca en la zona de Villa El Carmen, que les generarán gastos inesperados para subsanar los daños en sus infraestructuras e incluso pérdida de pacientes en el caso del nosocomio.
“Se ha hecho la contabilización por parte de la arquitecta de la entidad, los daños ascienden a 103.000 bolivianos, toda vez que hubo afectación a las puertas de la terminal vehicular y peatonal, además la malla olímpica que protege nuestras instalaciones ha sido deteriorada en un 70 por ciento”, dijo a La Razón la administradora de la Terminal de Minasa, Violeta Rosso.
Este lunes, los trabajadores de la Alcaldía de La Paz todavía reparaban algunas áreas dañadas en las protestas de los cocaleros de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), del bloque de Freddy Machicado, que arribaron al lugar el jueves y en su afán de tomar el mercado de coca de Villa El Carmen, liderado por la Adepcoca de Arnold Alanes, causaron daños a otros inmuebles.
“Hubo daños también en el material de mantenimiento, toda vez que usamos como depósito algunas partes del parqueo y ellos han utilizado estos elementos para quemarlos, dado que esa noche se han quedado en el interior de nuestras instalaciones, prácticamente han tomado nuestras instalaciones, ese día nos veíamos todos muy preocupados”, puntualizó.
También víctima colateral de los conflictos fue el Hospital San Francisco de Asís, que se encuentra al lado del mercado de Alanes; en esa infraestructura los pisos superiores fueron los más afectados, algunos ambientes dejaron de ser utilizados por las perforaciones que presentan los techos y tumbados, informó a La Razón, Zulema Pardo, parte del equipo de administración del recinto.
“Las calaminas están destrozadas, tienen huecos del impacto de las dinamitas y eso ha repercutido incluso en las paredes, ese mismo impacto ha ocasionado las rajaduras que quita estabilidad a la misma construcción, esos ambientes de momento están inutilizados”, detalló Pardo a este medio.
El día que llegó la marcha de los cocaleros de Machicado (el jueves anterior), el hospital contaba con 14 pacientes internados, los cuales tuvieron que ser aislados en pasillos y otros ambientes donde no oigan el ruido de petardos y dinamitas, de esa cantidad de pacientes solo uno se quedó en el nosocomio, mientras que el resto solicitó su traslado a otro centro.
“El temor que más nos impactaba era con los niños, porque habían menores que habían salido de cirugía y estaban en recuperación y sus familiares tuvieron que solicitar su alta para resguardar su vida y la de ellos mismos, de los 14 de ese día solo una que estaba en terapia intermedia se quedó y actualmente está más estable”, aseveró.
En el Hospital San Francisco de Asís, los daños a primera vista son evidentes desde la parte de afuera toda vez que existen canaletas visiblemente dañadas por explosión de artefactos, en el interior de las salas del cuarto nivel presentan orificios en los tumbados causados por elementos que aún se desconocen.
Hasta el domingo, los administradores del nosocomio afectado esperaban el cálculo de una empresa constructora para la reparación de daños, entre tanto al menos seis ambientes del último nivel de ese centro médico dejaron de ser utilizados lo que significa una pérdida económica para el establecimiento, asimismo un motivo para rechazar pacientes.