Cocaleros de los Yungas proponen un primer caso al nuevo Defensor del Pueblo
Se quejan por la ‘persecución política’ de parte del Gobierno y piden la liberación de sus dirigentes detenidos.
Dirigentes de entregan la carta en la Defensoría de La Paz. Foto: Pedro Luna
Imagen: Pedro Luna
Ni bien tomó posesión de su despacho, el nuevo Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, recibió ayer su primer caso. Se trata del pedido de los cocaleros de los Yungas, de la facción de Freddy Machicado, quienes le dejaron una carta en la que manifiestan sus preocupaciones y demandas.
Esta mañana, un grupo de cocaleros se hizo presente en las oficinas de la Defensoría para dejar un documento en el que denuncian la ‘persecución política’ de que son objeto por parte de Gobierno.
Pero, además, piden la liberación de sus dirigentes detenidos y que se investigue también a los miembros de la facción de Arnol Alanes que, según su denuncia, igualmente manejan explosivos y armas.
Después de la violenta toma del mercado ‘paralelo’ de coca de Villa El Carmen, fueron detenidos los dirigentes Freddy Machicado, César Apaza y Raúl Uría, acusados por los abusos cometidos contra mujeres y niños y el uso de dinamita.
Durante la toma, según denuncian los dirigentes del grupo de Machicado, también la gente de Alanes hizo uso de explosivos y algunas armas, “pero ellos no son investigados ni detenidos”, dijo una de las dirigentes.
En ese sentido, pidió al Defensor considerar su caso y ayudarles a que ‘la justicia sea para todos’ y que no actúe solo en contra de su sector.
Los cocaleros de los Yungas están divididos desde hace años. Un grupo lo lidera Alanes, mientras que Machicado está al frente del otro. Ambos se reivindican como legítimos y legales representantes de los cocaleros de Yungas.
Por más de seis semanas, los cocaleros de la facción de Machicado realizaron protestas en las zonas de Villa El Carmen y Villa Fátima con la intención de cerrar el mercado ‘paralelo’, pero no lo lograron. Sus protestas se caracterizaron por el excesivo uso de dinamita.
Finalmente, lograron entrar al mercado llamado ‘ilegal’ y lo incendiaron, no sin antes golear a la gente que estaba dentro y de llevarse los equipos y otros enseres que estaban en el lugar.