Internos de las cárceles elaboran productos para vender en Navidad
Régimen Penitenciario organiza feria para ofertar los productos.
Internos producen varios artículos para ofrecer en Navidad.
Imagen: PEDRO LUNA
Ante la proximidad de las fiestas de fin de año, los privados de libertad de los recintos penitenciarios de La Paz trabajan en la elaboración de artesanías, panetones y galletas para ofrecer a la sociedad y generar recursos económicos.
El director departamental de Régimen Penitenciario, Rodolfo Laura, informó a La Razón que cada recinto carcelario elabora un producto característico. Por ejemplo, en el de mujeres, en Qalauma, elaboran galletas navideñas, panetones y los tallados y artesanías en Chonchocoro.
“Con todo esto, en coordinación con nuestras autoridades, vamos a organizar una feria navideña para exponer todos los productos de los recintos penitenciarios”, dijo el funcionario.
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En la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, algunos privados de libertad trabajan en tallados de madera pino, cajas navideñas, muebles y los tallados en cuernos de toro, estos y otros productos serán ofrecidos en una feria que se realizará en diciembre.
“En una sana competencia, los productos de los recintos penitenciarios son realizados a mano y personalizados, la población y la sociedad va a tener la certeza de que al comprar estos productos estará apoyando a la reinserción social y también está aportando al Estado con la reactivación económica”, acotó Laura.
El director del centro de rehabilitación Qalauma, capitán Édgar López, dijo a este medio de comunicación que debido a la demanda de los trabajos de ese centro, duplicará su producción con relación a la gestión pasada.
“El año pasado, 2021, hemos vendido más de 1.000 panetones y para este año estamos elaborando 3.000 unidades, tenemos más mercado para nuestro panetón artesanal que es elaborado sin elementos químicos”, dijo López.
Son 20 los internos quienes elaboran los panetones y otros 40 se dedican a la producción de galletas navideñas.
En los centros de reclusión, el 95% los privados de libertad reciben capacitación en diferentes áreas. Otros culminan sus estudios de secundaria y hasta continúan con estudios superiores con una carrera universitaria.