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En el Sajra Q’atu, o feria del diablo, se ofrecen productos a bajos precios

Imagen de la llamada 'feria del diablo' en El Alto. Foto: Isabel Moreno

Desde las cuatro de la madrugada comienza la feria Sajra Q’atu, un lugar tradicional de la urbe alteña, donde se puede encontrar una diversidad de productos y artículos, entre usados y nuevos.

Los comerciantes contaron que Sajra Q’atu, o feria del Diablo en aymara, es un espacio de compra y venta.

“Muchos le dicen Sajra Q’atu porque dicen que se venden objetos robados. Nosotros desde temprano vemos que venden muchas cosas”, indicó un vecino del lugar, que prefirió no ser identificado.

La feria se ubica en la zona Alto Lima, segunda sección, funciona todos los martes y viernes.

“Es una feria tradicional y cultural, porque muestra lo grande que es el comercio en El Alto, se oferta una gran variedad de productos, la mayoría usados, pero en buen estado”, dijo una de las vendedoras.

Otra característica de esta feria es que se puede encontrar desde material de construcción, ropa, comida, muebles, equipos, instrumentos musicales hasta ropa.

Los puestos de venta están instalados en varias calles, plazas y avenidas. “Es una feria grande, ocupa gran parte de la zona.

“Los días de feria se cierran muchas calles, ya que los comerciantes ofrecen sus productos hasta pasado el mediodía”, contó un vecino del lugar.

También ofertan: artefactos antiguos, como radios y televisores, bicicletas para todas las edades, garrafas, tanques de oxígeno, inodoros, fierros, maletas, peluches, tenis, ropa, colchones, frazadas, mangueras, duchas, cocinas, lámparas, parlantes, celulares y asientos.

“Muchas personas nos visitan porque vendemos todo a bajo precio, casi a la mitad de su costo original porque es usado. Hay celulares desde 50 bolivianos y garrafas a 220”, indicó otro comerciante.

Además, se ofrece una gran variedad de comida desde los cinco bolivianos.

De igual manera, los vecinos aprovechan para habilitar los parqueos móviles. “Son parqueos en las vías, delante de sus aceras. Los vecinos salen y ponen bidones para mostrar que son parqueos”.

“El costo por hora es de cuatro bolivianos, en un estacionamiento en una casa la hora cuesta cinco”, señaló.

Más allá del nombre esta feria es una fuente laboral para muchas familias alteñas.