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Loretto formó 50 generaciones, hoy la falta de infraestructura propia cierra sus 61 años historia

El colegio Loretto está ubicado en la zona sur de la ciudad de La Paz. Foto: Pedro Luna.

Las anécdotas son muchas y la satisfacción de la enseñanza es su orgullo. Son 50 generaciones, padres e hijos, que se formaron en el colegio particular Loretto, de La Paz, que esta gestión deberá cerrar sus puertas de manera definitiva por decisión de la Dirección Departamental de Educación, que con una resolución puso fin a 61 años de historia de la unidad educativa.

Para su plantel es imposible evitar la tristeza, no volver a ver a los estudiantes, luego de incluso verlos crecer desde niños, es irreparable para ellos. Padres e hijos crecieron y se formaron dentro de esas aulas, que fueron el segundo hogar para esta comunidad, que llegó a ser una familia.

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“El colegio funciona 61 años y hemos sacado la promoción 50 el año pasado. Hay exalumnos que quieren el colegio y tienen sus hijos acá, es una familia, es una comunidad educativa bastante grande y eso no se tomó en cuenta. También hubo descuido de parte de la cooperativa en cuanto a lo que son los predios”, dijo a La Razón el director interino de la unidad educativa, Dante Eguino.

A la tristeza de dejar esta “familia”, se suma la preocupación del desempleo. Maestros, administrativos, conductores y hasta comerciantes tenían sus ingresos gracias al funcionamiento de esta unidad educativa paceña.

“Estoy acá apoyando a los padres de familia, apoyando a mis colegas. Son 60 trabajadores que se van a quedar sin empleo, aparte tenemos 10 choferes de góndolas, dulceras y dueñas de quioscos. Además otras personas que viven del colegio van a quedar sin ingresos, son familias que serán afectadas”, lamentó Eguino.

HISTORIA

El colegio Loretto fue fundado por las hermanas Loretto en 1961. En principio funcionaba en inmediaciones de la plaza Isabel La Católica, del centro paceño. Las hermanas de esa fundación dejaron el país y el colegio quedó en manos de la Comisión Episcopal, que determinó su cierre, entonces los padres de familia se organizaron y formaron la Cooperativa Educacional Colegio Loretto (CECOL limitada).

Para finales de la década de los 70, la unidad educativa migró hacia la actual infraestructura ubicada en la avenida Montenegro, de la zona San Miguel de La Paz.

“Estos predios eran de Hogares Bolivia, que había construido estos ambientes, pero estaba funcionando el colegio Franco y ese colegio se fue; entonces Hogares Bolivia alquiló esto al colegio Loretto. Posteriormente se fueron del país y Loretto no pagó alquileres y se quedó desde 1984. Después se tramitó un comodato por 15 años, que fue anulado por la aparición del Jockey Club y hasta la fecha no está definido exactamente a quién corresponde el terreno”, contó el director.

Eguino enfatizó que en comparación a otros establecimientos privados de la zona Sur, el colegio Loretto tenía las mensualidades más económicas, Bs 815 para primaria y secundaria, en tanto que el nivel inicial tenía un costo de Bs 560.

DECISIÓN

Tras la determinación del cierre del colegio Loretto, los padres de familia formaron una asociación con el fin de que la institución continúe prestando el servicio, pese a que el director Departamental de Educación, Carmelo López, anunció que los 554 alumnos serian reubicados.

La representante de los padres de familia, Carola Alba, señaló que no están de acuerdo con su el traslado de los estudiantes a unidades educativas fiscales.

“En la coyuntura que vivimos los maestros de las escuelas fiscales salen en huelgas, paros, suspenden clases y como padres queremos continuidad, que nuestros hijos tengas educación de calidad. Por eso los inscribimos en colegios particulares, el plan de contingencia no contempla ningún colegio con el mismo presupuesto de mensualidades del colegio Loretto”, dijo Alba a La Razón.

Los padres de familia determinaron hacer una vigilia en los predios hasta lograr que la medida sea revertida. No descartan asumir otras acciones en caso de que no tomen en cuenta su demanda.

LORETTO

Alrededor del Loretto ya una comunidad se había formado. Las comerciantes de inmediaciones vieron a niños crecer y salir bachilleres; ahora deberán marcharse, pues muy pocos ingresos se podrían aspirar ahí con el cierre del colegio.

Una las personas afectadas es Dina Pacheco (78), quien instaló su puesto de venta de golosinas en puertas del establecimiento hace 45 años. Ella se rehúsa a abandonar su fuente laboral.

“Toditos me tienen cariño, hasta los que han salido de promociones anteriores y ahora están sus hijos, algunos también ya están saliendo. Años que vendo aquí y me da mucha pena de que a esta edad no sepa a dónde ir a vender. Qué será de mi vida, soy sola, no tengo marido”, señaló Pacheco con la voz entrecortada.

Hoy el colegio Loretto, que ya debería estar preparando las inscripciones, está vacío. Sus aulas no recibirán niños en esta gestión. Las grandes letras en negro que reciben a las personas en el patio permanecen, pero el patio está vacío. Ni maestros ni estudiantes acudirán este año escolar.