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Una sede social fue transformada en el colegio de 38 niños, todo con cuotas de los vecinos

El colegio recibió a su primera generación de 38 estudiantes. Foto: Pedro Luna.

Un banner en frente de un modesto inmueble de dos plantas en la urbanización Unificada Pomamaya del Distrito 9, de El Alto, da la bienvenida a la unidad educativa Boliviano Corea del Sur. El lugar que solía ser solo una sede social fue transformado, con cuotas y esfuerzo de los vecinos, en un colegio, donde este año 38 niños serán educados.

“Esto hemos gestionado desde el año pasado; le hemos hecho conocer al director distrital (de Educación) nuestra necesidad y nos han dicho que el principal requisito es tener una infraestructura. Por eso hemos optado por dar la sede social y gracias a Dios el director distrital nos ha autorizado. Ahora nuestros hijos van a poder pasar clases”, contó a La Razón el presidente de la Junta de Vecinos de la urbanización Unificada Pomamaya, del Distrito 9, Lino Paucara.

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La urbanización, cercana a la carretera a Copacabana, fue fundada hace ocho años y desde entonces creció hasta albergar a 900 familias. A medida que la población crecía también lo hacían las necesidades. Los padres debían emprender caminatas de más de media hora para encontrar colegios cercanos o buscar transporte público cada día, la mayor dificultad era para los niños.

Es así que nació la idea. Los vecinos se organizaron e hicieron la solicitud a las autoridades de Educación. El visto bueno fue un aliciente, planearon convertir a la sede social en un espacio óptimo, dieron cuotas, compraron pizarras, pupitres, mesas y el colegio fue tomando forma.

COLEGIO

Un impulso fue dado por Coordinadora Regional de Madres y Padres de Familia (Corempaf), de la ciudad de El Alto. Los vecinos se encargaron de comprar desde los vidrios y la pintura hasta los baños y pizarras.

Este miércoles 1 de febrero, el sueño se hizo realidad. Los niños llegaron abrigados hasta el inmueble. En el patio un mástil de madera fue improvisado por la junta de vecinos para izar la tricolor, los pequeños cantaron y empezaron contentos su primera jornada de clases.

Las hermanas Lizbeth y Jasiel Chirinos Vásquez, de siete y cinco años, junto a su madre Deysi Vásquez, fueron las primeras en llegar a la escuela Boliviano Corea del Sur. Así como todo en este colegio, el nombre fue también elegido por voto de los vecinos.

Los niños al llegar observaron curiosos como habían quedado las aulas que sus padres en compañía de otras personas habían acondicionado para que ellos sean educados. Deysi expresó su felicidad porque el establecimiento queda cerca de su casa, lo que le permitirá ahorrar tiempo.

“Mi hijita menor va a entrar a primero y la otra a segundo. Mi primera hija estaba en la escuela Héroes del Litoral, que es un poco lejos. Esta escuela queda a cuatro cuadras de mi casa, estamos felices porque nos queda cerca para dejarles y recogerles”, dijo la madre de familia a La Razón.

ESFUERZO

Este es el primer paso. Paucara señaló que, por ahora, estarán disponibles los cursos de inicial, kínder, primero y segundo de primaria, empero, se agotarán todos los mecanismos para que los gobiernos central y municipal puedan construir una infraestructura adecuada. El terreno fue dispuesto por la junta vecinal, solo esperan apoyo.

“Vamos a solicitar al Gobierno nacional y al gobierno municipal que nos ayuden con los proyectos y poco a poco hacer realidad un gran colegio en esta zona. Mientras tanto los padres de familia nos vamos a organizar para iniciar con la escuela en nuestra sede social; tenemos espacio amplio para un colegio, un manzano estamos destinando”, explicó el dirigente.

La unidad educativa por ahora cuenta con cuatro aulas destinadas a los cursos del nivel inicial, kínder, primero y segundo de primaria. Además, dos baterías sanitarias fueron instaladas y construidas por los padres de familia, a través de trabajos de acción comunal.

Así fue el primer día de clases en el colegio Boliviano Corea del Sur. Fotos: Pedro Luna.

Nancy Pilui, madre de familia, afirmó que el esfuerzo valió la pena, ahora tienen la esperanza de que la unidad educativa vaya progresando.

“Ahora está empezando con cuatro cursos y espero que a lo posterior sea grande. Ojalá que al año haya por lo menos todo el nivel primario. Espero lo mejor para este colegio, uno de mis hijos entra a kínder y el otro a segundo”, expresó la mamá.

EDUCACIÓN

La emoción de niños y padres fue compartida por el plantel de maestros. La educación es un derecho de todos y debe llegar a los lugares más alejados, dijo la profesora del nivel inicial, Verónica Apaza. Añadió que se siente optimista al ser parte del nacimiento de una nueva escuela.

“Estoy muy optimista de iniciar esta jornada, esperando que al pasar de los días llegue más alumnado. Por ahora no hay muchos estudiantes, pero a medida que vayan conociendo yo creo que van a llegar más. Esperamos que las autoridades nos ayuden a mejorar la infraestructura”, señaló Apaza quien se hará cargo de los cursos de inicial y primero de primaria.

Así fue el primer día de clases en la urbanización Unificada Pomamaya. La unidad educativa Boliviano Corea del Sur es ahora parte de los 15.934 establecimientos de educación regular del país; sus 38 estudiantes son parte de su primera generación.