Icono del sitio La Razón

En memoria a Patricia Flores, por primera vez los colegios del país viven el día de la convivencia pacífica

El caso de la niña Patricia Flores consternó al mundo. Foto: Archivo LR

El caso de la niña Patricia Flores consternó al mundo. Foto: Archivo LR

En homenaje al natalicio de Patricia Flores, este 22 de febrero, se inició el Día de la Convivencia Pacífica y Armónica en colegios como una medida de reparación luego de la agresión sexual y asesinato de la niña en 1999, en un colegio de la ciudad de La Paz.

La abogada de la familia Flores, Paola Barriga, informó que este día es historio ya que se logró “de que el Estado tenga una sola respuesta ante la víctima”, después de 23 años.

Explicó que “la invisibilidad de la demanda” generó la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ante ello, el Estado declaró este 22 de febrero como el Día de la Convivencia Pacífica y Armónica en Unidades Educativas. 

“Y ante esta solución amistosa, uno de los elementos viene a ser un día de convivencia pacífica dentro de las escuelas para recordar a Patricia y para que ningún niño ni niña en la historia de nuestro país tenga que sufrir lo que ha sufrido Patricia”, resaltó.

Te pude interesar: Cuatro personas resultaron heridas tras un choque de vehículos en Obrajes

El caso de Patricia Flores marca un precedente

Por su parte, el viceministro de Educación Regular, Bartolomé Puma, con el objetivo de concienciar a la población, confirmó que en esta fecha se realizarán las actividades de convivencia y armonía en las unidades educativas. 

“Las unidades educativas son centros donde se debe vivir de manera pacífica, debe haber solidaridad, donde debe haber paz, justicia y principalmente la protección a los niñitos, niñitas, adolescentes y jóvenes”, dijo.

Patricia Flores, quien tenía 10 años cuando se cometió el crimen, desapareció de su escuela el 27 de agosto de 1999. Cinco días después, con signos de violencia y violación, su cadáver fue hallado en un depósito de la unidad educativa Vicenta Juaristi Eguino.

Odón Mendoza, quien entonces ejercía el cargo de regente, fue identificado como el principal sospecho del hecho. Luego de 15 años de aquella fecha, en 2014, la justicia dictó 30 años de presidio sin derecho a indulto, para este sujeto que hasta la fecha cumple su condena en el penal de San Pedro de Chonchocoro.

Mensaje

El ministro lamentó que este día se haya generado luego de un hecho de violencia extrema hacia una estudiante, por lo que pidió a los maestros enfatizar “los valores humanos”.

“Los espacios de nuestras unidades educativas son centros para compartir aprendizajes y no para generar violencia, por lo tanto, nuestros maestros y maestras deben velar una convivencia armónica dentro el marco de lo que es la Ley 348”, señaló.

La autoridad, además, reportó que hay denuncias de violencia, pero que estas son esporádicas, en ese marco, sugirió a los padres de familia asistir a las reuniones convocadas por la unidad educativa para informarse del “comportamiento de los maestros y la situación de sus hijos dentro el colegio”.

El crimen

De acuerdo a los informes de los investigadores, Patricia Flores fue agredida sexualmente y luego asfixiada, entre las 8.30 y las 10.30 del mismo día de su desaparición.

Según un informe médico forense de lo que en aquel entonces era la Policía Técnica Judicial (PTJ) se develó que Patricia fue “castigada” por el regente quien le “ordenó” quedarse en el depósito.

Luego de hacer “formar al alumnado”, Mendoza volvió al estrecho depósito de 0,70 cm X 6 metros para cometer el crimen.

El delincuente trancó, por dentro, la puerta del depósito con un palo y luego salió por la ventana hacia el baño de varones. Llegó a su domicilio, en un centro de alcohólicos, para lavar con detergente las manchas de sangre de su pantalón y retornar al colegio a cumplir sus tareas de rutina.   

Años después los informes de la PTJ revelaron ADN de la sangre de la niña en prendas del agresor y semen en la chompa de la menor de edad.

Otro reporte, también, daría cuenta de que Mendoza tiene “rasgos y síntomas de alcoholismo crónico, personalidad confabuladora y simuladora, inseguro de sí mismo, baja resistencia a la frustración, agresividad latente, rasgos de perversión sexual y tendencia a la pedofilia (abuso sexual a menores)».