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Por atentar contra la salud, cerrarán albergues ilegales

Entre heces, sin alimento ni atención viven en algunos albergues.

Entre heces, sin alimento ni atención viven en algunos albergues.

Perros y gatos hacinados, caminando entre sus heces, sin alimento ni agua suficiente y enfermos. Ése es el panorama que las autoridades hallaron el 25 de octubre en un “albergue” de mascotas ubicado en la calle Sucre, en el centro de La Paz.

Esa imagen se repite en muchos de estos establecimientos, que, en vez de brindar bienestar a los animales, se convierten en potenciales centros de maltrato y que atentan contra la salud pública.

Ante esa situación, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) inició una etapa de verificación y alista la clausura de todos los albergues o refugios de animales que no cumplen con los requisitos para el respectivo registro. Roberto Mario León Espinoza, encargado departamental del área de Registro y Certificación Zoosanitaria del Senasag, explicó a LA RAZÓN que los albergues de animales forman parte de los “establecimientos veterinarios”, que son lugares donde se dedican a actividades que pueden incidir en la salud de animales.

Todos estos centros deben contar con un registro para lo cual tienen que cumplir con algunos requisitos. Actualmente, en el municipio de La Paz, solo un albergue, Animales SOS, cuenta con el registro legal del Senasag.

Con el objetivo de normar esta actividad, durante todo el año el Senasag realizó un proceso de socialización con más de 50 representantes de estos establecimientos. Tras esa etapa, ahora se ejecuta la notificación de aquellos que no se acogieron al registro.

“Si no se registran cumpliendo todos los requerimientos, procedemos según el proceso sancionatorio del Senasag. Se les clausura y al responsable se le inicia un proceso por atentado contra la salud pública porque no tienen un regente veterinario, entonces hay susceptibilidad de que estén albergando animales con rabia”, explicó León a este diario.

Remarcó que ésa es la mayor preocupación del Senasag, velar por que los animales que están albergados sean atendidos por especialistas y cuenten con la vacuna contra la rabia, pues un animal enfermo puede contagiar al resto e incluso transmitir el mal a las personas y sus familias.

Varios albergues no tienen ni ofrecen condiciones.

La autoridad recordó que atentar contra la salud pública tiene una sanción de privación de libertad de uno a 10 años.

El proceso de notificación y posterior clausura se inició con el albergue “Mis amores patitas”, en octubre la calle Sucre, donde se les dio la oportunidad de registrarse; sin embargo, tras varias denuncias y con una tercera notificación se procedió a la clausura.

“Durante todo el año se socializó a unos 50 representantes legales de albergues de La Paz y El Alto, pero nosotros conocemos que existen más de 100 albergues o refugios, cada uno con más de 10 o 20 animales acogidos. Nuestra mayor preocupación, y lo dijimos en la socialización, es la rabia. Bolivia está siendo visto como punto rojo por los casos de rabia, los países nos piden más requisitos para el ingreso de animales. Tener animales con rabia es un atentado contra la salud pública”.

Los requisitos para el registro de estos establecimientos son, fundamentalmente, contar con las condiciones mínimas sanitarias; es decir, ambientes adecuados, jaulas que separen cachorros, madres gestantes, lactantes, animales agresivos y que les ofrezcan bienestar animal.

Deben, además, llenar formularios, presentar los documentos de la persona responsable y una lista de equipamientos, como jaulas y mesas de consulta, y un área para almacenar alimentos.

El requisito fundamental es que deben tener un veterinario que esté presente cuando lleguen los animales y elaborar una ficha médica de cada uno de ellos para cualquier eventualidad. El Senasag cobra Bs 1.647 por el registro que tiene una duración de cinco años.

ZOONOSIS. Zoonosis, dependiente del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, también tiene la función de precautelar la salud pública y el bienestar de los animales. Fernando Guzmán Escalera, jefe de Unidad de Salud Integral de Animales y Zoonosis, informó a LA RAZÓN que ellos tienen un registro de entre 15 y 20 albergues existentes en la ciudad de La Paz, prácticamente todos sin registro del Senasag.

La entidad confirmó que en el municipio solo Animales SOS, de Susana Carpio, está registrado y cumple con los requisitos. Guzmán explicó que el municipio verifica que los albergues tengan personería jurídica, un representante legal, su ubicación y cuentan con un veterinario para hacer la valoración de los animales.

“Se hacen operativos de inspección para ver si cumplen con los requisitos. Nosotros pedimos apoyo para el ingreso cuando un albergue no cumple y tiene denuncias. Eso ocurrió con el albergue en la (calle) Sucre; se le envió primero una conminatoria para que cumpla con los requisitos que le faltaba y, a la par, hubo una denuncia en la Fiscalía”.

La clausura de un albergue.

Aclaró que Zoonosis no es un albergue de custodia de animales rescatados, aunque los acoge temporalmente, valora y tiene en observación para precautelar enfermedades virales como la rabia; y cuando están listos para irse, los entregan en adopción.

Zoonosis tiene la capacidad para custodiar y atender, en caso de ser necesario, a 18 mascotas.

Guzmán destacó que en el municipio está prohibida la venta de animales de compañía.

POFOMA. El trabajo de normar y resguardar el bienestar de los animales en los albergues también involucra a la Policía Forestal y Preservación de Medio Ambiente (Pofoma).

El capitán Franco Ariel Balboa Calle, jefe administrativo y Operativo de la Dirección Nacional de Pofoma, le dijo a LA RAZÓN que ellos intervienen cuando hay tratos crueles o biocidio.

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“Intervenimos cuando hay una denuncia formal, oral o escrita, o mediante redes sociales que denuncian tratos crueles que implica un daño permanente a la integridad, fisonomía de un animalito ( fractura, heridas expuestas, pérdida de alguno de sus sentidos o parte de su fisonomía) y también biocidio”.

Explicó que en el caso de tratos crueles la sanción va de seis meses a un año de privación de libertad y en el biocidio, de dos a tres años. “Hay personas que, queriendo ayudar a los animalitos, habilitan estos centros sin las condiciones adecuadas. Hay animales desnutridos, son agredidos y Pofoma debe verificar”.

Hasta septiembre de este año, Pofoma atendió 56 casos de tratos crueles a animales, una cifra superior a la registrada en toda la gestión 2022, cuando hubo 52 atenciones similares.

En muchos refugios los animales están hacinados. Foto la razón-archivo

Venta en ferias, otro ilícito díficil de frenar

Pofoma también interviene en las ferias donde comercializan animales; sin embargo, falta coordinación con las alcaldías, sobre todo de El Alto, para frenar este ilícito.

El capitán Franco Ariel Balboa Calle explicó que está prohibida la comercialización de ciertos animales; sin embargo, en el caso de la ciudad de El Alto, falta coordinación, pues no existen normas específicas. Esta entidad realiza operativos constantes en la feria 16 de Julio, donde venden animalitos, muchas veces en condiciones deplorables.

“A veces están enfermos, heridos y con rabia, y así los venden. Pofoma realiza controles, pero la siguiente semana nuevamente están ahí”, lamentó.

En Zoonosis explicaron que una ley municipal prohíbe la venta de animales en el municipio de La Paz; sin embargo, hay gente inescrupulosa que lleva a las mascotas a El Alto para comercializarlas.

El Senasag también realiza operativos en las ferias donde venden animales. Lo hace habitualmente, pero coincide con Pofoma en que faltan normas municipales y departamentales para ejercer un mayor control. Pofoma tuvo incluso que habilitar un espacio para albergar a animales rescatados o heridos y son los propios policías los que dan de su bolsillo para alimentarlos y cuidarlos.

Los espacios divididos en el albergue de SOS. Foto. animales sos

 ‘No son refugios, son centros de tortura’

Susana Carpio, responsable del albergue Animales SOS, el único que cuenta con registro del Senasag, afirmó que el 90% de los llamados albergues o refugios para animales que existen en el La Paz y El Alto son “centros de tortura”.

Remarcó que el albergue cumple con toda las exigencias. “Somos el único albergue en Bolivia registrado y con infraestructura adecuada; es decir, áreas separadas para madres con hijos, para perros pequeños, para perros agresivos, y áreas comunes para animales que se llevan bien entre ellos. Algunos hablan de albergues cuando son solo terrenos sin siquiera una casa; son puro nombres, centros de tortura donde no les dan ni de comer, no recogen sus heces y tiene, cinco casas para 50 animales”, dijo.

Lamentó que mucha gente no se dé cuenta de que se trata de vidas animales las que tienen en sus manos y, con el pretexto de protección, solo piensen en “robarles” a los animales.

“Son ladrones de poca monta, les roban plata o la comida balanceada que reciben las venden, les roban a los animales. El 90% de los llamados albergues son centros de tortura, terrenos abandonados”, remarcó Carpio.

Explicó que SOS se encarga de ayudar a los animales en condiciones críticas, enfermos, abandonados o lastimados.

Animales SOS nació por “casualidad” luego de que Carpio recogiera y llevara a su casa a Pelusa, una perrita preñada que dio a luz a 15 cachorros. “Nació el albergue, estábamos en San Pedro por 10 años en la casa de mi papá y de mi abuelito. Después nos trasladamos, en 2018 dejamos de recibir perros; ahora no lo hacemos, solo los animales que rescatamos, animales en condición crítica” contó Carpio a este diario.

El albergue tiene espacio para cobijar a 200 animales; actualmente resguarda a 50.