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Compañía de Jesús asegura que no hay ‘ningún’ riesgo de fuga de Alaix y Recolons

Los dos religiosos enfrentaron una audiencia de medidas cautelares. Foto: APG.

Luego de conocerse la determinación de la Justicia, la Compañía de Jesús emitió un comunicado en el que aseguró que no existe peligro de fuga de los dos religiosos que deberán cumplir arresto domiciliario: Marcos Recolons y Ramón Alaix; acusados de encubrimiento en un caso de pederastia clerical.

“En el marco de su acatamiento y respeto a las decisiones de la justicia, la Compañía de Jesús, no se pronunciará sobre el alcance de esas medidas sustitutivas. Sin embargo, quiere hacer notar que no existe riesgo ni posibilidad de fuga y/o de obstrucción de la justicia por parte de los sacerdotes Alaix y Recolons, ya que se trata de dos adultos mayores, ambos de más de 80 años, con salud frágil y un largo historial de servicio al país y a la Iglesia Católica”, (sic) señala el comunicado.

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Ambos religiosos están investigados por el delito de encubrimiento, en el caso contra el fallecido sacerdote español jesuita, Alfonso Pedrajas, apodado “Pica”. Este extranjero está acusado de al menos 85 agresiones sexuales la mayoría en el colegio Juan XIII de Cochabamba.

COMPAÑÍA DE JESÚS

Alaix y Recolons serían mencionados en el diario de Pedrajas; se presume que lo ayudaron a salir impune en los abusos que cometió por años. La Compañía de Jesús asegura que ambos han colaborado con las investigaciones y que ahora cumplirán su detención domiciliaria en Cochabamba.

“Ambos se han puesto en todo momento a disposición de la justicia; y han colaborado decididamente en las investigaciones del Ministerio Público, tanto por voluntad propia y representados por sus abogados, como por decisión de la Compañía de Jesús, a la que normativamente pertenecen y en cuya Casa ‘La Esperanza’ de Cochabamba tienen residencia fija; junto a otros sacerdotes ancianos”.

El caso de Pedrajas sigue en curso.

“La Compañía de Jesús reafirma la importancia de priorizar el apoyo a las víctimas de abusos sexuales; sean clericales o de otros ámbitos, ya que ellas y la protección de los niños, niñas y personas vulnerables deberían ser el centro de la atención del Estado, de la sociedad y de las distintas confesiones religiosas”.