Ch’uxña Yapuchiri Awichanaka: la huerta de los abuelos
Con sus manos transformaron un basural en la ‘huertita’ de Pampahasi
Los abuelos de la huerta trabajan día a día para cuidar sus sembradíos urbanos
Imagen: Erika Ibañez
Las manos arrugadas y cansadas de un grupo de ancianos transformaron un terreno abandonado en una huerta donde, desde el 2019, no solo cultivan sus alimentos, sino que se convirtió en un espacio de socialización y de motivación para ellos.
La “huertita”, como le dicen con cariño, está ubicada en la zona Alto Pampahasi de La Paz y es, según sus fundadores, la primera huerta ecológica y social del país para adultos mayores aymaras.
Se denomina huerta Ch’uxña Yapuchiri Awichanaka (abuelos y abuelas que siembran verde) y permite a los ancianos cultivar y producir alimentos agroecológicos para su propio consumo.
Audrey Vargas Valencia, cooperante de Ecotambo, que es una asociación de productores agroecológicos, contó a La Razón que la idea nació gracias a una de las productoras que se fue a España para conocer los “Huertos de ocio” para adultos mayores.
Al retornar al país, decidió replicar esa idea a favor de un grupo de ancianos en La Paz.
“Este espacio lo usamos para producir alimentos, pero es también para que los abuelitos puedan venir a descansar, a contactarse con la naturaleza, a compartir entre ellos; aquí se desconectan de sus problemas”, explicó Vargas.
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Huerta
Muchos de los ancianos migraron desde el campo y tienen conocimiento sobre la producción de alimentos. Ellos comparten sus experiencias para facilitar el trabajo a favor de la “huertita”.
Vargas contó que el espacio que hoy en día es verde y lleno de árboles frutales y sembradíos, era prácticamente un basural.
Al estar abandonado, era usado como depósito de escombros; los restaurantes del sector botaban ahí el aceite que usaban. Parecía imposible que pueda ser recuperado y darle utilidad.
Sin embargo, la perseverancia de los ancianos hizo el “milagro”.
“El suelo tenía muchas piedritas, estaba lleno de aceite y era mucho el trabajo que había que hacer. Fue un trabajo constante; empezamos con EcoTambo y con el apoyo de 25 abuelitos. Sacamos 20 centímetros del suelo para eliminar el aceite, durante meses acondicionamos el espacio”.
Luego hicieron una alianza con la Alcaldía de La Paz, propietario del terreno, para construir un huerto urbano bajo los requisitos que les pedían: mantenerlo funcionando y no vender los alimentos que produzcan.
El trabajo no solo fue en la tierra, también construyeron, con materiales ecológicos, un espacio donde se reúnen para refugiarse del clima, pijchar y compartir.
Abuelos
Los ancianos que trabajan en la huerta son parte de la comunidad Awichas, integrada por unos 120 adultos mayores.
Actualmente participan activamente 15 adultos mayores que producen papa, oca, rabanitos, acelgas, lechuga, espinacas, tomate, arveja, haba, papalisa. Tienen árboles frutales de ciruelo y durazno. Además, cosechan tumbo, granadilla y especies medicinales como caléndulas, sábila y ortigas.
Ellos se dividen en grupos para hacerse cargo del cuidado de la huerta. Unos siembran, otros riegan y protegen los cultivos.
Los ancianos mantienen sus costumbres, y la siembra y la cosecha tienen su ritual de agradecimiento a la Pachamama, ofrendan primero coca a la tierra como una forma de agradecimiento.
Cuidan con esmero todo el cultivo y durante la cosecha se dividen los productos entre los que trabajaron para que lleven a sus casas y una parte se queda para el grupo, donde comparten.
“Ellos sienten que aportan a sus familias, vuelven y nos cuentan que han comido y que sus hijos y nietos se emocionaron; es gratificante para ellos y nosotros. Depende de los abuelitos qué vamos a sembrar; tratamos de variar para no cansar al suelo y traer un nuevo cultivo”.
Ch’uxña Yapuchiri Awichanaka
La huerta Ch’uxña Yapuchiri Awichanaka no tiene financiamiento; los mismos abuelos aportan a veces para comprar semillas
Recién el año pasado lograron contar con una conexión de agua potable; sin embargo, aún no la usaron pues también cosechan agua de lluvia para regar sus plantaciones. Antes los ancianos debían traer el líquido desde sus casas o pedir a los vecinos.
“Las semillas o plantines normalmente las traen las productoras de EcoTambo o algunas veces cuando necesitamos los abuelitos aportan Bs 1 o Bs 2 para comprar plantines y nuestra idea para poder pagar la factura del agua es realizar actividades como recibir visitas de colegios, universidades o familias que quieren ayudarnos voluntariamente”.
La comunidad realizó este año una kermesse y cocinó chairo y plato paceño con lo producido en la huerta, y con ese dinero pagó la instalación del agua. En agosto, Mes del Adulto Mayor, organizará nuevamente la actividad para recaudar fondos y así pagar el consumo del líquido.
Los adultos mayores de Ch’uxña Yapuchiri Awichanaka necesitan apoyo e invitan a colegios, universidades y familias que quieran conocer lo que hacen y escuchar sus experiencias.
Han encontrado la forma de cómo ser útiles, a pesar de los años, y a hacer comunidad.
(15/04/2024)