Solicitada
Si la Federación hubiera dicho “Fulano nos insulta, mengano nos calumnia y perengano nos descalifica” se hubiera ahorrado la ola en su contra por haber metido a todos los comunicadores en la misma bolsa. Dicho sea de paso, tal vez logró hacer mella en algunos.
Hace una semana la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) emitía en éste y otros medios de comunicación una solicitada con el título “Por un periodismo profesional y transparente”, a partir del cual debe creer la dirigencia que autorizó esa publicación, que el periodismo no es profesional ni transparente y, por supuesto, ahí está su primer craso error.
Si la Federación hubiera dicho “Fulano nos insulta, mengano nos calumnia y perengano nos descalifica” se hubiera ahorrado la ola en su contra por haber metido a todos los comunicadores en la misma bolsa. Dicho sea de paso, tal vez logró hacer mella en algunos.
Pero hubiera sido beneficioso prestarle entre todos atención —y no quedarse sólo en la crítica que hace al periodismo— a otros asuntos que plantea y quizás podría sacarse algo de provecho a ese impreso que no cuesta pocos bolivianos.
No es el periodismo el llamado a proponer soluciones —y si las propusiera tampoco le tirarían bola— cuando ahí están los dirigentes, de quienes ése es su trabajo, pero es innegable que el fútbol —como bien está escrito— necesita políticas de Estado para promover una formación sostenida. Si no las hay, es nadar contra la corriente.
Que la situación del fútbol boliviano es desventajosa es indudable. No hay, en la actual coyuntura, forma de salir del pozo —que es eterno, porque no vaya a creerse que Bolivia, más allá de algún esporádico éxito, estuvo alguna vez en posiciones privilegiadas—; mientras en los demás países de Sudamérica ésta y otras disciplinas han crecido de manera sostenida y para ello la relación dirigentes deportivos-Gobierno ha sido determinante, dejando de lado otras cuestiones y enfocándose en el beneficio general.
Hace bien la FBF en reafirmar su cotidiano propósito de trabajar —según afirma— en favor del crecimiento del fútbol boliviano. Sin embargo, de lo que debería darse cuenta la dirigencia es de que algo falla: o es insuficiente todo ese esfuerzo o las cosas se han estado haciendo mal y cabe corregir el camino tomado.
Desde este editorial ha salido más de una vez el pedido de auxilio —es lo máximo que el periodismo puede hacer— para nuestro deporte y que no crea la Federación Boliviana de Fútbol que su disciplina es la única descuidada, porque si de eso se trata el resto anda peor.