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La metamorfosis de Xavier Pino

La obra gráfica de Xavier Pino se expone en el Ministerio de Culturas hasta el 19 de abril

/ 14 de abril de 2013 / 04:00

Xavier Pino es músico, escritor, dibujante, historietista, diseñador gráfico y grabador. Es el compositor y vocal de la banda chojcho, posera, punk, rock Los Tuberculosos. Poserismo (2012) es título del último disco de Los Tuberculosos y también de la muestra gráfica de Xavier Pino. Un título irreverente que caracteriza a la banda y a su postura. Concepto que empezó a desarrollarse en el manifiesto Dada Punk, que proponía la autoidentificación  con el término “posero” como una respuesta a los  prejuicios y como una forma de apertura musical y de pensamiento.

El nuevo álbum de Los Tuberculosos lleva este concepto más allá, hace crítica no sólo de los perjuicios de las escenas chojcho rockeras, sino también a la homofobia presente en la religión cristiana; a la cara politizada de miembros de la jerarquía católica boliviana; a las escuelas militares y su subordinación; a los discursos políticos y regionalistas; a Dios, al Estado y otras tantas aristas de nuestra cultura local y de los medios de comunicación.

En contraparte a la crítica social que Xavier hace en las letras de sus  canciones, su obra gráfica explora otras formas de expresión más cercanas a la introspección. Con una cuidadosa técnica y manejo de claroscuros representa simbólicamente cada una de las canciones del álbum en un mundo de seres fantásticos, quimeras y ensoñaciones cercanas a las pesadillas o las experiencias psicodélicas con sustancias psicoactivas, como la marihuana, el sanpedro y otras. Aquí también pueden verse diversas sátiras de íconos espirituales o eclesiásticos. Coincidiendo con las percepciones de Iván Cáceres (premio SIART 2012), considero que la obra de Xavier Pino refleja las relaciones conflictivas del hombre con su mundo y la naturaleza, conflictos que derivan en La metamorfosis de Kafka no sólo como motivo de inspiración sino como postura política e ideológica: un bestiario de seres mutantes y místicos.

Es en esta metamorfosis en donde encontramos un nexo entre la obra gráfica de Xavier Pino y su obra musical. Lejos de pretender encasillarse en marcas, en tendencias estéticas o en discursos políticos uniformes, su trabajo busca siempre un discurso amplio propio y polimorfo. Su obra, en todo su conjunto, representa una llave a nuevas formas de la mente y el pensamiento ajenas a las instrucciones robóticas y estandarizantes de los sistemas de comunicación y control. Es tal vez una visión profética de lo que vendrá: seres insectos y sistemáticos o mutaciones místicas. La elección obviamente tiene sus sacrificios.

Y si de sacrificios hablamos, no sólo están las extensas horas de trabajo minucioso que ahora se ven en cada una de las obras, sino también las cuidadosas presentaciones que acompañan a cada una de ellas. Esperamos que Xavier nos siga entregando sus mundos fantásticos y sus ácidas críticas tan necesarias hoy como ayer. No sólo somos lo que escuchamos, sino también lo que no queremos escuchar.

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La metamorfosis de Xavier Pino

La obra gráfica de Xavier Pino se expone en el Ministerio de Culturas hasta el 19 de abril

/ 14 de abril de 2013 / 04:00

Xavier Pino es músico, escritor, dibujante, historietista, diseñador gráfico y grabador. Es el compositor y vocal de la banda chojcho, posera, punk, rock Los Tuberculosos. Poserismo (2012) es título del último disco de Los Tuberculosos y también de la muestra gráfica de Xavier Pino. Un título irreverente que caracteriza a la banda y a su postura. Concepto que empezó a desarrollarse en el manifiesto Dada Punk, que proponía la autoidentificación  con el término “posero” como una respuesta a los  prejuicios y como una forma de apertura musical y de pensamiento.

El nuevo álbum de Los Tuberculosos lleva este concepto más allá, hace crítica no sólo de los perjuicios de las escenas chojcho rockeras, sino también a la homofobia presente en la religión cristiana; a la cara politizada de miembros de la jerarquía católica boliviana; a las escuelas militares y su subordinación; a los discursos políticos y regionalistas; a Dios, al Estado y otras tantas aristas de nuestra cultura local y de los medios de comunicación.

En contraparte a la crítica social que Xavier hace en las letras de sus  canciones, su obra gráfica explora otras formas de expresión más cercanas a la introspección. Con una cuidadosa técnica y manejo de claroscuros representa simbólicamente cada una de las canciones del álbum en un mundo de seres fantásticos, quimeras y ensoñaciones cercanas a las pesadillas o las experiencias psicodélicas con sustancias psicoactivas, como la marihuana, el sanpedro y otras. Aquí también pueden verse diversas sátiras de íconos espirituales o eclesiásticos. Coincidiendo con las percepciones de Iván Cáceres (premio SIART 2012), considero que la obra de Xavier Pino refleja las relaciones conflictivas del hombre con su mundo y la naturaleza, conflictos que derivan en La metamorfosis de Kafka no sólo como motivo de inspiración sino como postura política e ideológica: un bestiario de seres mutantes y místicos.

Es en esta metamorfosis en donde encontramos un nexo entre la obra gráfica de Xavier Pino y su obra musical. Lejos de pretender encasillarse en marcas, en tendencias estéticas o en discursos políticos uniformes, su trabajo busca siempre un discurso amplio propio y polimorfo. Su obra, en todo su conjunto, representa una llave a nuevas formas de la mente y el pensamiento ajenas a las instrucciones robóticas y estandarizantes de los sistemas de comunicación y control. Es tal vez una visión profética de lo que vendrá: seres insectos y sistemáticos o mutaciones místicas. La elección obviamente tiene sus sacrificios.

Y si de sacrificios hablamos, no sólo están las extensas horas de trabajo minucioso que ahora se ven en cada una de las obras, sino también las cuidadosas presentaciones que acompañan a cada una de ellas. Esperamos que Xavier nos siga entregando sus mundos fantásticos y sus ácidas críticas tan necesarias hoy como ayer. No sólo somos lo que escuchamos, sino también lo que no queremos escuchar.

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