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Las malas intenciones

Rosario García-Moreno, peruana, vivía en Nueva York cuando decidió plasmar sus recuerdos de infancia en un guión para un primer largometraje, Las malas intenciones.

Ya había hecho cortos, en inglés, celebrados todos ellos inclusive en Sundance, pero “era complicado vivir en EEUU y querer contar una historia en castellano, sobre Perú, y conseguir financiamiento”, recuerda la directora de cine, quien habló con Tendencias desde Lima.

García-Moreno, formada en Comunicación en Perú y en Cine en la  New School de Nueva York, concluyó   el guión de su largometraje en 2006.

“Quería contar la historia de una niña en una época oscura. Cayetana es malintencionada, pero no llega a serlo del todo, se queda en medio camino”, describe al personaje principal de la película que será estrenada en La Paz gracias a Yaneramai.

La historia se ambienta en los años 80 del siglo XX en Perú y la niña protagonista tiene ocho años; pertenece a la clase media alta y sus padres están separados. Sorpresivamente, la mamá, al retornar de un viaje, le dice que va a tener un hermanito y esto le genera un trauma. Jura solemnemente que el día que nazca su hermano, ella morirá.

La cinta describe con imágenes los alrededores donde Cayetana vive, su salud frágil por el asma, el ambiente familiar y la sociedad profundamente clasista que rodea a la niña, mientras se van manifestando allí afuera los primeros brotes de la guerrilla de Sendero Luminoso.

En palabras de García-Moreno, “los umbrales de la realidad y la fantasía, con toques de heroísmo, se confunden en la mente de Cayetana, quien, cuando llega a extremos de crisis, se conecta con un mundo claroscuro donde  aparecen los héroes que estudia en las láminas del colegio”.

Sin embargo, el filme no busca ser un drama, sino que aborda la oscuridad del alma y el dolor con humor.

La cinta, de hecho, “cumple una doble función porque no es un dramón y tiene humor y te ríes en los momentos menos indicados, es incómoda a ratos y eso me gusta”.

Los fondos económicos para concretar el proyecto llegaron gracias a la coproducción: Argentina, Perú, Alemania y Francia se unieron gracias al guión que supo conquistar.

Ganó recursos del fondo de fomento de cine peruano, luego el de Ibermedia (que financia proyectos de los países iberoamericanos cuyos estados aportan al fondo común) “y escogí Argentina”; luego “gané el World Cinema Fander de Berlín y un premio de posproducción de Francia”. La coproducción, dice, obliga a elevar el estándar de producción y facilita el estreno en otros países.

Entre los premios que recogió la obra figura la selección como la mejor película extranjera, representante de Perú, para ser proyectada en Los Ángeles y participar de los Oscar 2013 a principios de año.

“Fue mi entrada a Los Ángeles, a los Oscar y a ver cómo funciona esto; por otro lado, aquí ya saben que estoy y, lo mejor de todo, que el filme gustó a mucha gente”, destaca la directora.

Pero hay más premios: Mejor Película Latinoamericana en el Festival de Cine de Mar del Plata (Argentina); Mejor Dirección en el Festival de Cine de Punta del Este (Uruguay); Premio del Jurado del Festival de Austin (EEUU); Premio Mejor Actriz del Festival de Marsella (Francia); mejor largometraje de ficción en el Festival Internacional de Cine Digital (Fenavid, Santa Cruz, Bolivia); Mejor Dirección de Niños en el Festival de Gramado Brasil, entre otros más.

El 90% del éxito de la película se centra en la actuación de Cayetana, la niña protagonista. García-Moreno realizó una serie de audiciones porque sabía que ella era la pieza fundamental para la historia.

“Fátima Buntinx, quien encarna a Cayetana, te hablaba frente a la cámara con casi desprecio, te contaba que tenía 15 conejos, te hablaba de una conspiración escolar que no podías creer y yo estaba feliz con esta niña de seis años”, se entusiasma.

La casualidad y la fortuna acompañaron la elección de la actriz infantil. “Su madre terminó siendo mi directora de arte y fue fantástico; si la niña llegaba a engreírse, la mamá podía intervenir; pero todo fue muy bien, muy profesional”.

El desenvolvimiento de Buntinx fue tan óptimo que no tardó en ser reconocido con premios como mejor actriz. La niña, que hoy tiene 11 años, viajó con la directora al estreno del filme en Alemania. “Fuimos con Fátima al estreno y viajaba por primera vez en un avión y veía la nieve, estaba feliz, aunque era muy chiquita para entender estos temas de adultos, lo disfrutó”.

Queda para el registro que dos años antes hubo un intento frustrado de filmar con otra niña. “Esa experiencia me hizo más madura, me hizo darme cuenta de que no se puede emprender un proyecto cuando no se dispone de los recursos suficientes, porque decirle a la niña que no va fue algo muy complejo”.
Uno de los objetivos de Las malas intenciones es entrar en lo oscuro de las almas de los niños y con pericia la directora se sumerge en él sin idealizarlo.

“Hay un tema de oscuridad infantil que no te imaginas, que yo vi en las audiciones y, cuando más chiquitos eran, más siniestros. Si los observas jugar es posible que descubras lo crueles que llegan a ser, lo distantes del concepto del niño bondadoso. En realidad, los niños están en un umbral, una línea que te genera muchas dudas”.
Explica García-Montero que con sus personajes trata de aproximarse a la mayor realidad posible. Nada de estereotipos ni idealizaciones. “Ellos son falibles, como cualquier ser humano; por eso, en el guión Cayetana hacía una cosa buena y yo hacía que haga dos malas para balancear y siempre hacerla más real, sin desligarla de lo que sucede en su nación”.

Bolivia. El próximo estreno del filme en su país es gratificante para García-Moreno, aunque “no podré estar allí y, definitivamente, tengo una deuda con Bolivia porque tampoco pude acudir al Fenavid, que me dio el premio principal. Me emociona muchísimo que se proyecte para los bolivianos”
La película llega a las pantallas  gracias a las gestiones de Marcelo Cordero, cabeza de la distribuidora de cine independiente Yaneramai. “Marcelo y yo nos conocimos en un festival de cine en Río Branco (Brasil) y allí sentamos las bases para el estreno oficial en Bolivia”.
Las malas intenciones se proyectará desde el 4 de julio en la Cinemateca, el Multicine y el MegaCenter.