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Libros, encanto y actualidad

Obras literarias con sello boliviano —que se sumergen en relatos fantásticos y abordan entre líneas temas sociales como el acoso escolar, la migración y los valores morales— se vuelven atractivas para lectores infantiles y adolescentes porque pueden encontrar en ellas el peculiar lenguaje con el que se comunican y una realidad similar a la suya en la que predominan las redes sociales y los juegos electrónicos.

La producción de literatura nacional infantil y juvenil se encuentra en constante innovación y crecimiento porque, además de ser expuesta en librerías, busca su incorporación en los establecimientos educativos para su óptima aplicación en las aulas.

Para la coordinadora pedagógica del Grupo Santillana, Lidia Alcázar, el hábito de la lectura comienza en casa con el ejemplo de los padres y para que éste sea más enriquecedor puede complementarse con textos que reflejen la realidad que los niños viven a diario.

Tanto Alcázar como la subdirectora de Edición Literaria del grupo Editorial La Hoguera, María José Paredes, coinciden en que los libros que ahora se escriben, dirigidos a los lectores de menor edad, son más didácticos, innovadores y de variadísimas temáticas.

Existen textos que destacan por el tema y el contexto en el que se ubican, por ejemplo, la novela  Las andanzas de Dere, de Ruddy Terceros  —primer lugar del Premio Nacional de Literatura Infantil 2013— entrelaza en su contenido sutil y divertido una historia con valores morales de empatía y honestidad,  comenta Alcázar.

Otra obra que se inscribe en el tema de la migración, a propósito de los familiares que se fueron a España —la ola migratoria de bolivianos a ese país se dio en la década del 90 hasta 2007—, es El vuelo del murciélago Barba de Pétalo, de Carlos Vera Vargas. En sus líneas, llega a los niños que tienen a sus seres queridos fuera del país.

Tecnología. Los textos que se refieren a la situación “cibernética” en la que se encuentran inmersos los adolescentes tampoco quedan al margen.
Parejas destaca que el cuento juvenil Arturo es un marciano, primera obra de  Carlos Rocabado, por ejemplo, está escrito con la jerga y los códigos que ahora utilizan los jóvenes, con una trama que considera la amistad.

 El lenguaje, sumado a las ilustraciones que se plasman en las páginas de cada obra, más  la presentación y el diseño utilizados conjugan el atractivo del texto. “Los libros demandan imágenes dinámicas, con más color, todo ahora tiene que ver con que están expuestos a la televisión, al cine y a la computadora…”, expresa Parejas.

En esa línea de innovación también se toma en cuenta a la novela Trapizonda: Un video juego para leer, de Isabel Mesa de Inchauste. Se trata de un texto en el que la autora sumerge al lector en el mundo de los dinosaurios y hace que éste juegue mientras lee para salvar a los personajes.

Así como este último, existen innumerables  obras que zigzaguean entre lo ficticio y lo real para envolver a los menores en verdaderas historias que no están alejadas del contexto social en el que se encuentran.

Muchas de ellas se exponen ahora en la III Feria Internacional del Libro Infantil, un evento auspiciado por La Razón que se realiza en el Campo Ferial Chuquiago Marka (Bajo Següencoma) y que abrirá sus puertas hasta el domingo 13. Para esta cita, la entrada es libre a menores de 12 años.