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Glass compone ‘El proceso’

El compositor estadounidense Phillip Glass ha comenzado en su visita a Santander, España, a componer una ópera basada en la obra El proceso, del escritor checo Franz Kafka, que prevé estrenar en Londres en octubre de este año.

Glass, un músico muy prolífico, hace dos meses terminó de componer su décima sinfonía y lo hizo de forma bastante diferente a las anteriores y cogió trucos de sus composiciones anteriores. Para él, esa penúltima composición es una obra “muy rítmica” que el músico norteamericano denomina simplemente la Décima sinfonía.

La obra de Phillip Glass —nacido en Baltimore en 1937— parte de sus viajes por el mundo, porque el músico asegura que el poder de las culturas cuando viajas “tiene una influencia en las vivencias”. Además, recuerda que su música está enfocada a un público joven que tiene familiaridad con el lenguaje popular que utiliza.

En cuanto al movimiento minimalista en el que empezó su carrera musical y del que muchos críticos han dicho que es su exponente, el compositor Glass ha declarado que, aunque para él y todos los de su generación en su momento esa corriente alcanzó un gran auge, se trata de un tipo de música que actualmente no compondría. El minimalismo, un tipo de música considerada muy estadounidense se basa en estructuras repetitivas y comenzó a difundirse en los años 70. Glass ha insistido en que la esencia está ahí, en lo sencillo, pero que ahora lo ve todo diferente.

Para Glass, qué significa la música es algo que se ha venido cuestionando desde los seis años que empezó a componer, y cada diez ha ido replanteándose esa pregunta.

En primer lugar, se planteó de dónde venía la música y para hallar una respuesta empezó a componer. Más adelante, le llegó a su cabeza la pregunta, “¿qué es la música?”, ante la cual tuvo muy clara la respuesta: “La música es el lenguaje más elocuente que existe y una conexión entre los seres vivos”.
Phillip Glass añade que la música es “algo que nos acompaña aquí y en el más allá”, aunque afirma que no escribe música sino que la piensa.

Sin embargo, el músico estadounidense, que defiende siempre las composiciones propias, confiesa que le gusta escuchar su música en manos de otros intérpretes, porque ellos la hacen diferente.

Glass ha destacado su “aptitud especial” para la composición de bandas sonoras, un género que le resulta fácil y para el que reconoce tener un secreto. Para él, se trata de ver la película de la que va a componer solo una vez.  Entre las más recordadas composiciones para el cine está la banda sonora de Mishima (1984) y para el filme Koyaanisqatsi (1983).

 Hace un año y medio, el estadounidense estrenó en Madrid la ópera  El perfecto americano, inspirada en la vida y la obra de su compatriota Walt Disney, una “gran ópera” y lo que para él fue una “buena experiencia.